“Ahí lo que hubo fue brutalidad policial, abuso de autoridad”. Así describió Johnny Fernández Moreno, padre del joven que murió en un tiroteo con la Policía, lo ocurrido este miércoles por la mañana en el centro de San José. En entrevista con el periódico La Teja, el empresario radiofónico manifestó que este viernes será el funeral de su hijo, Luis Diego Fernández Valverde, y que espera denunciar el proceder de las autoridades la próxima semana.
Fernández reconoció que él le hizo señas con la mano a un oficial para que se acercara al carro y fue ahí donde se dieron una serie de acontecimientos que acabaron con el fatal desenlace. “Ellos estaban hablando por celular, le dije con la mano: ‘Venga y le señalé a mi hijo, ahí empezó el problema.
“Estos policías dicen que mi hijo me estaba secuestrando, pero yo fui quien paré para decirle a uno de ellos: ‘Mirá, ¿puedes intervenir aquí?, porque tengo una discusión con mi hijo y parece que no concordamos’. Entonces vieron en el centro de mi automóvil el arma que portaba en mi carro por defensa personal”, explicó este jueves al rotativo.
Detalló que ellos regresaban de la parada de buses de San Carlos porque habían ido a dejar a ese sitio a la novia de Luis Diego y, según Fernández, luego de dejar a la novia, su hijo no se sintió bien y dentro del carro tuvieron el malentendido; sin embargo, el padre asegura que en ningún momento su hijo lo amenazó. Incluso sostiene que ni siquiera había tocado el arma de fuego.
“Jamás estaba siendo amenazado, él era el tipo más cariñoso conmigo y nos llevábamos de maravilla, era mi compañero de todo, simplemente porque la novia se había ido él venía un poquito golpeado. Yo le decía: ‘Tranquilo, ella vuelve, Diego’, pero él decía: ‘No, no, no, yo me siento mal, no sé, no estoy bien’. Le dije: ‘Cálmate hijo, cálmate. Dijo: ‘Que no me digás que me calme’, entonces yo dije: ‘No, no, esto no me gusta’, paré y le pregunté a un policía que si tenían una psicóloga o algo ahí y me dijo que sí, de una vez llegaron, abrieron la puerta y me hicieron sacado del cuello y me tiraron al suelo y le dispararon a Diego”, aseguró.
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Don Johnny, de 80 años, insiste en que el arma de fuego la mantuvieron en un compartimento en el centro del carro y que su hijo no la tomó.
“Inmediatamente le dispararon y después cayeron 50.000 policías y despedazaron mi carro a balazos, todo, totalmente. A mí me hicieron arrastrado, me pusieron un pie en el cuello como media hora y yo no podía ni respirar, y yo tengo seis infartos y estos (ofende a los uniformados y de inmediato pide disculpas por la palabra) no me atendieron, hasta la Policía Municipal, no había necesidad de tanto disparo cuando ya lo habían matado, siguieron disparando y disparando y mi hijo ya estaba muerto”, detalló.
Agregó que mientras lo tenían en el suelo, él preguntó por la salud de su hijo, pero que no le decían nada. A Fernández padre lo llevaron luego al Hospital Calderón Guardia y fue ahí donde un oficial le dijo que su hijo estaba muerto. “Es un abuso tremendo de autoridad, a los policías simplemente les dan un uniforme y un arma y se creen Rambo, esto hay que pararlo, no seamos serviles”.
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Sin problemas
Padre e hijo vivían en Curridabat a 500 metros uno del otro. El miércoles pretendían pasar a desayunar a algún lado y luego irse para la casa. “No nos separábamos, desayunábamos juntos, salíamos. En la mañana lo llamaba a las 7 a. m. y le decía: ‘Alístese y vaya a trabajar’, porque trabajaba en un call center, nunca teníamos discusiones, era el tipo más cariñoso conmigo que ha existido en la vida”, precisó.
El papá desmiente publicaciones que circularon en Facebook sobre pleitos entre ellos y más que fueran por plata. “Cuando a él le hacía falta dinero yo le daba, todos los días prácticamente le decía: ‘Tomá, para que no andés sin un cinco en la bolsa’, yo le pagaba el apartamento para que tuviera su dinero”.
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Carro en la casa
El carro Mercedes Benz en el que iban los Fernández el miércoles, lo tenía don Johnny en California, Estados Unidos, para usarlo cuando iba a aquel país, pero esta semana lo había traído a Costa Rica. “Decidí traerlo, lo acaba de sacar, anteayer (martes) y me lo despedazó la Policía, si ya lo habían matado, ¿por qué dispararon al motor, a las luces, a los faroles, las ventanas, al techo, los costados, las cuatro llantas?; es un abuso tremendo.
“Logré traerlo para mi casa, lo que quedó, no quería que se lo llevaran para un lote y llevara agua, viera que los papeles estaban en orden, soy residente de Estados Unidos y tenía el derecho de tener el carro tres meses”, detalló.
Asegura que por ahora estará dedicado a preparar el funeral de su hijo.
Intercambio
Pese a lo dicho por don Johnny, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) reiteró este jueves que los informes preliminares indican que hubo un intercambio de disparos y que de momento el caso se mantiene en investigación.
Este jueves, indicaron que agentes de la Sección de Homicidios recolectaron un total de 26 indicios balísticos en el perímetro donde se registró el tiroteo y que también decomisaron 12 armas de fuego, nueve de oficiales de Fuerza Pública y tres de uniformados de la Policía Municipal de San José.