EscucharAmira Rodríguez Angulo, de 41 años, fue asesinada en febrero del 2023. Los análisis forenses demostraron que sus homicidas la golpearon con un trozo de madera y luego la trasladaron hasta un costado del templo católico de Hatillo 6, donde presuntamente la asfixiaron y abandonaron su cuerpo con una bolsa en la cabeza.
El crimen dejó huérfanos a tres menores, dos adolescentes que hoy tienen 17 y 13 años y un niño de 6. Amira era oriunda de Liberia, Guanacaste, pero había estudiado en la Universidad Nacional y trabajó un tiempo como guía turística en Tortuguero, Pococí,. Durante la pandemia quedó desempleada, por lo que regresó a vivir con sus hijos en La Aurora de Alajuelita.
Fue en esa época cuando la atacaron hasta la muerte, sin que hasta la fecha se sepan las razones. Los acusados son una mujer de apellidos Quesada Jiménez y un hombre apellidado Fernández, quienes este viernes enfrentarán el juicio por homicidio en el Tribunal Penal de Pavas.
Dos meses después del hallazgo del cadáver, el 21 de abril de 2023, la policía detuvo a Quesada y pocos días después cayó Fernández. Desde entonces, ambos permanecen en prisión preventiva, mientras se resuelve el expediente.
Salvador Díaz Angulo, de 35 años, hermanastro de Amira, expresó este jueves su esperanza de que se haga justicia en el debate. Recordó que conoció a su hermana ya siendo adulta, aproximadamente dos años antes de su muerte. Lo anterior debido a que ella vivía en San José y trabajaba en Tortuguero, mientras que el resto de la familia residía en Liberia, por lo que mantenían poca comunicación.
La familia se enteró del fallecimiento a través de las noticias, y lo único que les informaron fue que la habían encontrado muerta en Hatillo, lo que les causó gran sorpresa.
El relato de una paciente
En 2021, en una entrevista con La Nación, Amira Rodríguez explicó que padecía trastorno afectivo bipolar desde los 19 años, cuando experimentó su primera crisis, y que uno de esos episodios la llevó al Hospital Nacional Psiquiátrico en junio de ese año. Rodríguez dio esas declaraciones a este medio para un reportaje sobre el maltrato que personas con su condición recibían al solicitar atención médica en ese centro.
Esa vez dijo que nunca antes había estado en ese hospital y calificó la experiencia como traumatizante. Afirmó que su mayor preocupación durante el internamiento fue el bienestar de sus hijos, aunque sabía que estaban bajo el cuidado de su padre.
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Aunque no se ha asociado el crimen con los padecimientos mentales de Amira, pocos días después de la muerte de la guía turística, sus allegados pidieron respeto en redes sociales: “No debemos juzgar a nadie, quiero aclarar que mi hermana no era ninguna indigente, ella tenía una enfermedad mental que lastimosamente la llevó a todo esto. (...) Ella era una persona estudiada y una persona de bien, sobre todo, una de las personas más amorosas y quien la conoció realmente lo sabe”, dijo su hermana en febrero del año pasado.
El juicio contra los dos sospechosos está programado para comenzar este viernes a las 8 a.m. y concluir el próximo lunes. El caso se investiga bajo la causa 23-000216-0053-PE.
El año pasado terminó con 71 mujeres fallecidas por homicidio, la cifra más alta de mujeres ultimadas en hechos violentos desde que se tienen registros. En lo que va del presente año ya son 50 los casos, el más reciente se descubrió este miércoles cuando una mujer de 64 años apareció sin vida en Belén de Carrillo, Guanacaste.
