Con los primeros rayos de sol, 24 personas reanudaron, este sábado 5 de setiembre, las labores de búsqueda del cuerpo de Allison Pamela Bonilla Vásquez en un botadero ilegal ubicado en San Jerónimo de Cachí, en Paraíso, Cartago.
Se trata de 17 personeros del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), entre ellos investigadores, una antropóloga forense, peritos y miembros de la Sección de Inspecciones Oculares y Recolección de Indicios.
Además, se cuenta con el apoyo de cuatro funcionarios de Cruz Roja y tres de la empresa privada Equipo de Rescate Urbano.
También hay un grupo de oficiales de la Fuerza Pública, quienes custodian la escena.
Hasta este sábado en la mañana no había ningún indicio de restos humanos, por lo que se sigue buscando entre restos de basura el cadáver de la joven, de 18 años, quien desapareció el 4 de marzo anterior cuando regresaba a su casa, en la urbanización Florencio del Castillo, en Ujarrás de Paraíso.
En el camino, la muchacha fue abordada por un vecino suyo de apellidos Sánchez Ureña, alias Sukia, quien confesó que la había violentado sexualmente y después, golpeado en la cabeza hasta matarla.
De acuerdo con el abogado de la familia de Bonilla, Rodrigo Araya Solano, el hombre confesó durante su indagatoria lo que había hecho y dejó claro que las razones “no son otras que una obsesión sexual que él tenía”.
“Para lograr su impunidad, luego de violentarla sexualmente, procedió a golpearla en la cabeza y la mató. Después, la metió en la cajuela y la fue a tirar a ese botadero (en San Jerónimo de Cachí), donde se hacen diligencias de búsqueda”, dijo Araya este viernes a los medios de comunicación.
La Policía Judicial había detallado el jueves que los trabajos de investigación les permitieron establecer que el sospechoso, al parecer, fue el último en tener contacto con Bonilla antes de que se perdiera el rastro de su paradero.
Por ello hicieron diversas diligencias, entre ellas un allanamiento el 25 de marzo en la casa de Sánchez, también ubicada en Ujarrás, donde le decomisaron su carro.
Luego de los análisis científicos, se determinó que un rastro de sangre encontrado dentro de un vehículo coincidía con el ADN de la joven, por lo que se le abrió una investigación al sujeto como sospechoso de la desaparición.
Finalmente, luego de casi seis meses de labores, se detuvo a Sukia el miércoles 2 de setiembre y después de la audiencia de solicitud de medidas cautelares, el Juzgado Penal de Cartago le impuso seis meses de prisión preventiva.
Entre el domicilio de Allison y el sitio donde se busca su cuerpo desde el jueves anterior hay ocho kilómetros de distancia, aproximadamente.
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