"El imputado confesó el crimen. Indicó la motivación y las razones que no son otras que una obsesión sexual que él tenía con la joven Allison (Bonilla) (...).
“Confirmando entonces que estamos en presencia de un homicidio calificado, siendo que el imputado ya aceptó y reconoció ser el autor material e intelectual de estos lamentables hechos”.
Esas declaraciones en las que Rodrigo Araya Solano, abogado de la familia de Allison Pamela Bonilla Vásquez, confirma que un agricultor de 28 años confesó el crimen de la muchacha, no son una garantía para que de inmediato la Fiscalía plantee una posible acusación.
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Al menos así lo estiman los abogados penalistas Carlos Cartín Solís y Manuel Campos García, quienes fungieron en algún momento como juez y fiscal de la República, respectivamente.
Para ellos, es necesario que las pruebas estén bien sustentadas y permitan consolidar el caso sin temor a que el imputado, de apellidos Sánchez Ureña, cambie su versión en algún momento.
"La declaración es válida, totalmente, siempre y cuando él (Sánchez) la mantenga, porque puede cambiar de opinión.
“En este momento, es un estado de probabilidad lo que hay procesalmente hablando, y todo lo que diga el imputado puede ser usado a su favor o en su contra”, explicó Campos.
Insistió en que la historia narrada por el sospechoso podría durar días o semanas y eso haría que el caso tome otro rumbo.
Precisamente, el nuevo abogado del sujeto, José Francisco Herrera, dijo que este miércoles solicitará una ampliación de la declaración de su cliente y no descartó que ahora niegue los cargos que se le atribuyen.
Ante ese panorama, son fundamentales los argumentos que se presenten para justificar por qué ahora la versión es distinta.
El licenciado Carlos Cartín detalló que, en ocasiones, la defensa de la persona detenida puede alegar una intimidación y eso pone en entredicho la credibilidad de los datos suministrados inicialmente.
“En este caso el problema es la confesión (...). En los procesos abreviados, por ejemplo, uno valora con elementos objetivos si la culpa es motivada, si la persona que está declarando realmente es sincera y cometió lo que narra o si más bien está tapando a alguien”, explicó.
Agregó que en este caso Sánchez hizo la confesión, pero no brindó elementos coyunturales que permitan ubicar el cuerpo u otras evidencias fundamentales.
Cartín considera que todavía hay “mucha tela que cortar, fundamentalmente porque la confesión no tiene elementos adicionales”, pese a que en la cajuela del auto del hombre se encontró un rastro de sangre.
Desde su punto de vista, él podría estar cubriendo a una segunda persona que participó con él en este crimen, tomando en cuenta que también existe un audio en el que Allison Bonilla hace referencia a dos “pintiticas” que la venían siguiendo y no solo una.
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Pese a eso, el lunes anterior, el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Wálter Espinoza Espinoza, aseguró que el asesinato fue cometido por una sola persona, ya que los trabajos realizados por los agentes así lo concluyeron.
“La hipótesis señala e indica que es una sola persona. Nosotros valoramos varias posibilidades y nos inclinamos, desde la perspectiva científica, porque sea una sola persona, esto es compatible con lo señalado por el imputado en la audiencia”, aseveró.
Ausencia de cuerpo
En tanto, otra de las dudas que han surgido en los últimos días es si Sánchez puede ser juzgado sin que se encuentre el cuerpo, ya que luego de cuatro días de búsqueda en un botadero clandestino de San Jerónimo de Cachí, en Paraíso de Cartago, no se ha encontrado ningún hueso o indicio de valor.
Incluso, la madre de la joven, Yendry Vásquez Cordero, aseguró a La Nación que ella duda de la versión de Sánchez, quien también registra su domicilio en Ujarrás.
Sin embargo, tanto Espinoza, como los penalistas Campos y Cartín, creen que en este caso ese no es un problema, ya que se valoran otros elementos para tomar una decisión.
“Conocemos que existen sentencias por homicidio donde no se ha ubicado el cuerpo, son casos recientes en los que ha trabajado el OIJ y que podrían aplicarse a ese caso, pero esa valoración es de la Fiscalía”, mencionó el jerarca judicial.
Mismo criterio tienen los abogados, quienes recordaron diversos casos en los que hubo condena a partir de otros elementos de prueba aportados.
"Depende mucho de que la prueba indiciaria sea unívoca, es decir, que todos los indicios nos lleven a un solo camino, donde todo coincida y no choque. Para mí, tienen que haber indicios claros, precisos y concordantes de que él acabó con la vida de ella.
“Por ejemplo, la sangre en el vehículo y otros datos de mensajes que podrían sostener los hechos”, detalló Campos.
Cartín, por su parte, coincidió en que la ausencia del cuerpo no es un problema, debido a que lo que el sistema judicial exige es lo que se conoce como la sana crítica racional, que combina la lógica, experiencia y psicología.
Precisamente, en julio del 2017, las hermanas Ruth y Dayana Gaytán Ramírez fueron sentenciadas a 25 años de prisión por el homicidio de Brian Lynn Hogue, un pensionado estadounidense cuyo cuerpo nunca apareció.
Los hechos, ocurridos el 1.° de junio del 2015 en Moín, Limón, se registraron después de que la víctima descubriera que había sido despojado, mediante un fraude registral, de dos valiosas propiedades que tenía en Paquera.
Las mujeres estaban detrás de la sustracción de la propiedad y fue por eso que lo asesinaron.
Otro caso fue el de Kenny Bryan McDonald Hills, de 26 años, cuyos restos nunca se localizaron. Tampoco se logró establecer el móvil del crimen, pero tres sujetos fueron condenados entre el 2014 y 2015.
Se trata de José Luis Rodríguez Zamora, alias Chichi, sentenciado en julio del 2015 por decapitar y desmembrar a un pescador la madrugada del 7 de febrero del 2012, cuando la lancha en la que viajaban estaba en el sector de Dos Aguas, en el mar Caribe.
También, por este caso, fueron castigados con cárcel los hermanos Jonathan y Nicolás Jiménez Morales.