Como una mujer trabajadora, que no le hacía daño a nadie y que se esforzaba por salir adelante. Así recuerdan sus familiares a Margarita Santamaría Vega, de 49 años, una de las víctimas del intento de asalto a un autobús de la ruta San Isidro de Heredia - San José la noche del lunes en las inmediaciones del Hotel Radisson, en la ruta 32.
Según su hermana, María del Milagro Santamaría, al momento en que sucedieron los hechos Margarita venía de trabajar en una panadería del Centro de Atención Integral Mujer, ubicado en el centro penal de menores de edad Zurquí, en San Miguel de Santo Domingo, en Heredia.
Normalmente a esas horas acostumbraba tomar el transporte público y devolverse a su casa en El Cacao de Alajuela, donde vivía con sus tres hijas.
“Como hermana y como persona era buena, no le hacía daño a nadie. Trabajaba mucho, también en el campo, lo único que hizo fue trabajar y prácticamente toda su vida se dedicó a eso, pero ahora un desgraciado nos la arrebató”, dijo Santamaría.
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Uno de los últimos recuerdos que le contaron a Santamaría, es que otra de sus hermanas un día antes (el domingo) visitó a Margarita en su casa y esta última le dijo que estaba muy enferma y muy cansada por ciertos padecimientos que la afectaban, relacionados con azúcar, presión alta y los pulmones.
“Le dijo a mi hermana que la amaba mucho y la quería y ahora pasó esto. Yo lamentablemente casi no la veía porque vivíamos lejos y ella trabajaba de 6 a. m. hasta las 8 p. m. que regresaba a la casa”, añadió.
La fallecida purgaba una condena de seis años por venta de droga, pero en agosto del 2021 el Instituto Nacional de Criminología le otorgó un cambio de medida que le permitía cumplir su pena en un régimen semiinstitucional en el Centro de Atención Integral Mujer, ubicado en el centro penal de menores de edad Zurquí, en Heredia.
La Nación consultó al Ministerio de Justicia, el cuál se limitó a confirmar que ella, dado el cambio de medida, trabajaba en la panadería del CAI y por las noches podía dormir en su casa.
“Ella tuvo un problema y estuvo ahí metida pero ya había cumplido su condena, estaba terminándola y ellos mismos le dieron un trabajo a ella. No hizo nada malo, ella estaba en un lugar donde no tenía que estar”, comentó su hermana.
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Según el Registro Civil, Santamaría Vega era casada y mamá de tres hijas, todas mayores de edad. Era oriunda de Alajuela, vivía en El Cacao, aunque en el pasado también residió en Cartagena de Santa Cruz, Guanacaste.
Su familia pide justicia y que la empresa autobusera se haga cargo de lo sucedido, al mismo tiempo ruegan saber información que los ayude a identificar quién fue el responsable de la muerte de la mujer de 49 años.
“Mi hermana no le debía nada a nadie, lo que ella hizo en el pasado es problema de ella y ya pagó lo que tenía que pagar. Era un ser humano, no era un perro lo que mataron, era una persona trabajadora. ¿Que si cometió un error algún día? Todos cometemos errores, aquí nadie es santo”, enfatizó Santamaría.
La vela de Margarita será en Cacao de Alajuela en su casa de habitación y posteriormente pasará a la capilla de San José de Alajuela.
Frustrado asalto
El frustrado asalto ocurrió cerca de las 6:15 p. m. en la parada de autobuses detrás del Hotel Radisson, en la ruta 32. En ese lugar se habría subido el delincuente, quien gritó, “esto es un asalto” y encañonó a los pasajeros con una pistola nueve milímetros. Al parecer, en ese momento un guarda privado acciona su arma y ocurre la balacera que dejó al ladrón y a Santamaría fallecidos.
El conductor del autobús condujo hasta la estación de Bomberos Norte, en la cercanía de la parada de los Caribeños, pero desafortunadamente la señora ya había fallecido.
Producto de los disparos, otra pasajera, de apellido Vargas; de 41 años, y el guarda privado, de apellido Hernández, de 39 años, también resultaron heridos.
Hernández recibió un disparo en la zona maxilar y otro en el hombro derecho. Ambos están a la espera de cirugía, agregó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
En cuanto al presunto asaltante, fue identificado como Avimael Amador Romero, de 34 años y de origen nicaragüense. Él quedó fallecido en un caño, en la ruta 32.
De acuerdo con las autoridades, Amador purgó tres condenas en el sistema penitenciario; una de cinco meses, otra de nueve meses y la última, de 3 años y cuatro meses que concluyó el 28 de noviembre del 2017 por dos delitos de robo agravado y un ilícito de portación ilegal de arma permitida.
También se conoció que el delincuente fue investigado por robo simple, falsedad ideológica y suplantación.
Una de las sobrevivientes mencionó a Noticias Repretel que todo ocurrió muy rápido y solo recuerda que ‘disparaban y disparaban y que se tiró al suelo’ para resguardarse durante la balacera.
“Una muchacha venía delante mío muy mal y nosotros le dijimos al chofer que por favor parara aquí (Estación de Bomberos Metropolitana Norte) y él venía desesperado también”, comentó la víctima quien no fue identificada.
La compañía Transportes Arnoldo Ocampo, dueña del bus, publicó un comunicado en sus redes sociales donde explican que ‘por respeto a las familias y al proceso policial y judicial que ahora sigue, quedarán solo a disposición de las autoridades para dar los detalles de los sucedido en el lamentable hecho que los enluta como empresa y personas’.
“En el momento que se considere oportuno podremos hablar con los medios de comunicación o dar más detalles. Enviamos un mensaje de solidaridad a las familias costarricenses, en especial a aquellas que hoy sufren por esta lamentable situación”, añadieron.