Apenas es setiembre y Costa Rica ya está a punto de llegar a un nuevo récord de homicidios en este 2023.
Con 641 asesinatos contabilizados hasta este viernes, las cifras se acercan a las proyecciones del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), que señalaban que, a finales de este mes, se superaría la cifra total de homicidios del año pasado, que cerró con un registro de 657 casos.
Según esta misma proyección, el año podría terminar con 931 homicidios, una cifra superior a los 865 proyectados por la Policía Judicial meses atrás.
En las últimas horas, estos datos se incrementaron con hechos violentos en San Carlos, Curridabat, Heredia y Goicoechea.
El crimen en San Carlos ocurrió a eso de las 10:10 p. m. del jueves en Aguas Zarcas, al costado sur del templo católico, donde fue asesinado Edin Esquivel Marín, de 20 años.
Esquivel viajaba como acompañante en una motocicleta que conducía otro joven de apellido Gómez. Cuando avanzaban por la carretera detrás de la iglesia, fueron alcanzados por otros dos sujetos en moto. Aparentemente, el que viajaba atrás le disparó a muy corta distancia.
Tras ser alertados, una unidad de la Cruz Roja llegó al sitio a atender la emergencia, pero ya Esquivel estaba fallecido por un balazo en las costillas. Gómez solo fue rozado por una bala en una de sus piernas, pero no ameritó traslado al centro médico.
La Fuerza Pública realizó un operativo en la zona para tratar de dar con los sospechosos, pero no lograron detener a nadie. Trascendió que Esquivel era vecino de Pitalito de Aguas Zarcas y, según las autoridades, no tenía antecedentes penales.
Ataque con arma blanca y dos balaceras
Asimismo, un hombre de unos 26 años fue asesinado tras un ataque de arma blanca, la tarde del jueves, en vía pública en La Milpa de Guararí, en San Francisco de Heredia.
De acuerdo con la Cruz Roja, el cuerpo de la víctima, cuya identidad no ha sido revelada, fue descubierto a las 3:39 p. m. El sujeto presentaba lesiones en espalda y tórax.
Horas después, cerca de las 7:30 p. m., una balacera dejó a un joven de unos 19 años muerto y otros dos heridos en barrio Nuevo de Curridabat.
Según datos proporcionados por la Cruz Roja, la víctima fue alcanzada por varios disparos en el tórax, lo que ocasionó su muerte de forma instantánea. En cuanto a los heridos, fueron trasladados al Hospital Calderón Guardia; uno presentaba una herida de bala en el muslo y el otro, en el cuello.
Este viernes, el Ministerio de Seguridad reportó que oficiales de la Fuerza Pública arrestaron a tres sospechosos del hecho, de apellidos Dávila, Rodríguez y Agüero, este último con expediente judicial por homicidio. También decomisaron dos armas de fuego, así como una motocicleta con una placa que no le correspondía y con denuncia por robo.
Asimismo, la Cruz Roja registró el fallecimiento de un hombre de 27 años, cerca de las 10 p. m. en Guadalupe de Goicoechea, en una balacera que dejó herido de gravedad a otro joven de 24 años. El sujeto fallecido fue encontrado con varios impactos de bala, 200 metros al norte de Correos de Costa Rica.
‘Hay comunidades donde el Estado de derecho ya no existe’
La desigualdad y la falta de oportunidades han sido algunos de los detonantes de la ola de violencia que atraviesa el país, explicó a La Nación el director de Ciencias Criminológicas de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), Rodrigo Campos.
Campos señaló que muchas personas que quedan excluidas socialmente, optan por buscar fuentes de ingresos en el narcotráfico.
“Costa Rica es uno de los países más desiguales, en una de las regiones más desiguales del planeta, y esto nos va a generar mucha gente que no está integrada a la sociedad, es decir, mucha gente que se queda en el camino sin posibilidades de acceder a lo básico como seres humanos, salud, educación, trabajo, vivienda”, declaró.
“Cuando la gente se queda fuera del desarrollo social, está dispuesta a vincularse a cualquier cosa. Hay otras regiones donde se vinculan a ideologías extremistas, como los movimientos racistas en Estados Unidos. A nosotros nos ha tocado esta región, donde las personas dejadas por fuera en la sociedad se vinculan al narcotráfico”, detalló el criminólogo.
Campos apuntó que, más allá de las soluciones policiales, que ayudan a contener el crimen, es necesario buscar soluciones a los problemas sociales de raíz. Una de sus propuestas es reforzar el tejido social en las comunidades donde aún no se ha infiltrado el narcotráfico, y hacer intervenciones integrales en aquellas que ya son dominadas por el hampa.
“Tenemos comunidades en donde el Estado de derecho ya no existe, y quienes toman las decisiones son los que establecen las reglas de manera informal, quienes pertenecen al crimen organizado. Eso en un Estado democrático como Costa Rica no debería estar ocurriendo, pero ocurre”, señaló.
Por su parte, Gustavo Mata, exministro de Seguridad, explicó que Costa Rica se ha convertido en una “gran bodega” de cocaína proveniente de Sudamérica y con camino hacia Estados Unidos y Europa. La enorme cantidad de cocaína en circulación ha provocado que baje su precio, pues un kilo que en el país antes valía $7.000, ahora ronda los $3.000.
Esto ha motivado una violenta lucha entre grupos narco por apropiarse de ese mercado en los barrios nacionales.
“Estos minicarteles, al querer competir por el mercado, pues ahí se están matando. El problema también es que entre más muertes se están dando, también existen víctimas colaterales, algunas de estas fallecen en el lugar, otras salen heridas, pero hay una cantidad de víctimas colaterales muy importante en el país”, manifestó Mata, quien aseveró que no ve un futuro promisorio debido a la creciente producción de cocaína en Sudamérica.