A menos de tres días de terminar el primer cuatrimestre del 2023 el país registra 281 homicidios, 87 más que en el mismo periodo del año pasado, cuando la cifra llegaba a 201 crímenes. Esto significa un crecimiento del 43% y un promedio de dos personas ultimadas por día.
Entre un año y otro también varió la provincia que encabeza la mayor ocurrencia de crímenes. En el 2022 fue Limón y ahora es San José. La provincia capitalina registra 76 asesinatos, frente a 73 de la región caribeña.
Otra zona costera que resaltaba en la lista es Puntarenas que no varió su puesto y se mantiene como la tercera con mayor mortalidad a causa de asesinatos, 27 hace un año y 42 este 2023. A esa les sigue Alajuela, Guanacaste, Heredia y Cartago.
Aunque muchos de los casos están en investigación, la mayoría se asocian con ajustes de cuentas por disputas de territorios narco, pues no hay un asalto o robo de por medio. Por el contrario, muchas de las víctimas son interceptadas en vía pública y sin mediar palabra les disparan. De hecho, la pistola es el arma más utilizada para cometer los homicidios, según el viceministro de seguridad, Daniel Calderón.
Al consultarle al jerarca a qué se debe el incremento en el número de homicidios comparado a otros años, sostuvo que no es posible vincularlo a un solo factor, pues cada provincia tiene sus particularidades y criminalidades distintas, lo que no se puede atribuir a una sola causa.
“Hemos visto estructuras que operan en el área metropolitana y han llegado a posicionarse a las costas, hemos visto también atentados contras personas que tienen antecedentes criminales que han sido objeto de amenaza y que han buscado otras zonas para evadir o huir de la violencia”, dijo Calderón.
También lamentó que haya cada vez gente más joven involucrada en delitos tan graves. “Un actor principal de la violencia son jóvenes de 15 años en adelante, basta ver el perfil de las personas que fallecen y va a estar el perfil de las personas que están implicadas como sicarios. Estamos hablando de jóvenes en más del 40% de los casos y las personas que tenemos identificadas en su mayoría cumplen con ese perfil”.
Prevención del delito
Para Eduardo Solano, exviceministro de Seguridad Pública, la realidad criminal no ha variado significativamente en la última década, pues las rencillas y conflictos de territorios siempre han estado presentes; sin embargo, a su criterio la forma en que Seguridad Pública aborda el tema y el abandono de ‘recursos exitosos’ como los mega operativos, podrían repercutir en la ola de homicidios actual.
“No hay ninguna medida trabajando temas de prevención, y yo creo que es importante enfocarse en ese tema porque las causas de la inseguridad están en la desigualdad y la exclusión, hay programas que sería bueno que se retomen”, comentó.
Entre los programas a los que el exjerarca hace referencia que se están aplicando pero no con la misma priorización está Sembremos Seguridad, que en alianza con gobiernos locales, invierte en arte y cultura para personas jóvenes, y así alejarlos de las calles y la comisión de delitos.
“Igualmente las iniciativas de seguridad comunitaria y barrios organizados. Dejaron de graduarse comunidades y de dársele la promoción a estas redes que son claves y se han implementado con muchísimo éxito por más de 25 años”, añadió Solano.
Solano considera, al igual que otros exministros de esta cartera, que se necesita dotar al ministerio de más recursos como patrullas, motocicletas y mejor equipamiento para los policías.
Por su parte, Calderón alega que los operativos no han dejado de realizarse, pero no se aplican bajo el mismo nombre que utilizaba la administración pasada. Incluso, Fuerza Pública tiene grupos dedicados a atacar esta problemática en zonas prioritarias o puntos calientes de recurrencia de delitos.
“No se han dejado de hacer, es clave seguir realizando operaciones fuertes, ¿qué ha cambiado? Hemos variado un poco la tecnología en que se gestionan las unidades policiales, pero el concepto de integrar a otras policías y sumar recurso se mantiene”, enfatizó.
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Recuento mortal
Entre la noche del jueves y el amanecer del viernes, la Policía Judicial reportó tres homicidios, uno de ellos doble en San Juan de San Ramón, Alajuela. En una casa utilizada como búnker murieron atacados a balazos Rafael Ángel Chacón Fernández, de 32 años y Rosbin Javier Obregón Batista, de 30 años.
Al parecer, los sujetos eran los responsables de alquilar una vivienda a la que llegaban gran cantidad de adictos de la zona. Este jueves, durante la noche, ingresaron varios hombres que les dispararon en múltiples ocasiones.
Poco después de los crímenes, las autoridades judiciales encontraron un vehículo parcialmente quemado en La Guaria de San Ramón, muy cerca del lugar donde quedaron los cuerpos. Se presume que los asesinos huyeron en ese automotor y luego abordaron otro carro
Pocas horas después, a las 3 a. m. del viernes, en el precario El Erizo, en Alajuela, un hombre identificado como de apellido Saénz y de 35 años fue asesinado a balazos. Al parecer, el hoy occiso dormía a la orilla de una acera, cuando se le acercó un sujeto que le disparó en ocho ocasiones.
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El alza en el comportamiento delictivo y la tendencia que se refleja en estos primeros cuatro meses del año hacen que algunos especialistas, como el director interino del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) Randall Zúñiga, estimen que el año cierre con casi 900 muertes, una cifra histórica hasta el momento, ya que la más alta de la que se tiene registro fue el 2022, año que cerró con 656 casos.
El más reciente informe del Centro de Investigaciones y Estudios Políticos (CIEP), de la Universidad de Costa Rica (UCR) reveló que el aumento de crímenes posicionó a la inseguridad y la delincuencia como la principal problemática que afronta el país en estos momentos, a criterio de la mayoría de los costarricenses.