“Cuando la familiar de la muchacha (Miriam Andrea Fernández Vallejo, víctima de feminicidio) me indica que ella sufría violencia doméstica volví a solicitar a Fuerza Pública para que me acompañaran a recoger un equipo en la casa.
“Cuando ingresé a la vivienda había familiares del muchacho (el sospechoso, de apellidos Brenes Oviedo) limpiando la escena, les dije que no podían hacer eso y una de las mujeres (eran cuatro personas en total, dos mujeres, una menor de edad y un hombre) me dijo que yo no era nadie para decirles eso. Sin embargo, les respondí que yo era la autoridad competente para dar una orden y que mi hicieran el favor de retirarse, ya luego llegó la radiopatrulla”.
De esa forma recordó Nelson Enrique Alcázar Rodríguez, conductor permanente de la Cruz Roja de San Isidro de Heredia, lo acontecido el 29 de marzo del 2018 en San Francisco de San Isidro de Heredia, donde él y otros dos compañeros atendieron a Andrea Fernández con un paro cardiorrespiratorio.
El funcionario fue uno de los testigos ofrecidos por el Ministerio Público en el juicio por el femicidio de la joven, quien tenía 20 años cuando ocurrieron los hechos.
Además, narró ante los jueces Maureen Sancho González (quien preside), Guillermo Ampié Bonilla y Guillermo Arce Arias que a su arribo notó que la fallecida tenía una herida en la ceja, así como marcas moradas en el cuello y las manos, compatibles con un hematoma.
El cruzrojista recordó que aquel Jueves Santo ingresaron a la vivienda y encontraron una mujer tendida en el piso, completamente desnuda, con el pelo mojado y con rastros de que había defecado.
Ella se encontraba en paro cardiorrespiratorio por lo que comenzaron con las maniobras de reanimación.
“La muchacha (Fernández) no tenía respiración ni frecuencia cardíaca, pero la trabajamos por la edad. En 30 o 40 minutos salió del paro y se trasladó al Hospital San Vicente de Paúl.
“Recuerdo que en el baño había espuma como de shampoo y que le vi un golpe en la ceja de dos o tres centímetros”, explicó Alcázar.
También dijo que a su arribo Brenes les dijo que la muchacha se había caído en el baño, que no padecía nada y aseguró que estaba eufórico y ansioso. “Caminaba de un lado a otro”, mencionó el testigo.
El paramédico expresó que no es normal que una persona vomite sangre en un paro cardiorrespiratorio, como sucedió con Andrea.
Aunado a la atención brindada a Fernández, el socorrista contó a los juzgadores que antes de hacer el traslado de la víctima escuchó el llanto de una bebé que provenía de una habitación.
Al ingresar al aposento vio a Brenes cambiándose la ropa.
“Antes de que hiciéramos el traslado vi a la niña llorando en cuarto y al esposo de la fallecida cambiarse de ropa. Cuando nosotros llegamos él estaba sin camisa y con pantaloneta, lo vi desnudo, cambiándose la pantaloneta y el bóxer”, afirmó Alcázar.
Puerta sin rastros de forzadura
Durante este jueves también testificó en el debate el encargado de Inspecciones Oculares del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Heredia, Marco Vinicio Esquivel Alfaro, quien descartó que la puerta del baño en el que, al parecer, ocurrieron los hechos fuese forzada.
En la indagatoria por el imputado aseveró que él tuvo que abrir la puerta a la fuerza para ingresar, después de asomarse por una ventana y ver a su esposa tendida en el piso; no obstante, el testimonio brindado por Esquivel contradice lo expresado por el sospechoso.
“Para abrir un llavín así es necesario el uso de más de un objeto, el cuchillo encontrado en la escena no tenía doblada ni la punta y no había marcas que muestren un daño en la puerta”, manifestó el agente judicial.
Agregó que a la hora de allanar el inmueble en el que vivía la pareja la escena estaba manipulada, pero encontraron rastros de sangre y heces.
En tanto, Jorge Aguilar Pérez, jefe de Patología Forense encargado de levantar el cuerpo de Fernández en el centro médico, aseguró que a partir de los primeros indicios obtenidos se consignó en un acta que la causa probable de la muerte era asfixia por estrangulación.
Empero, recalcó que eso debía ser confirmado en la autopsia.
Cuando los peritos judiciales, el cruzrojista y las partes involucradas analizaron las fotos del cuerpo, las cuales no fueron visualizadas por todos los presentes en la sala, Brenes no quiso observarlas y solo su abogado estuvo presente.
Por su parte, Carlos Arias Gómez, especialista en Medicina de Emergencias del Hospital San Vicente de Paúl que atendió a Andrea, explicó que el paro cardiorrespiratorio es la parte final de muchas acciones: el corazón no late y no circula la sangre por el cerebro ni los pulmones.
Describió que, a partir de su experiencia, para el estado en el que ingresó la muchacha al centro de salud se presume que tuvo una falta de oxígeno de entre cinco y diez minutos.
Arias también rememoró que cuando Dowglas Nilson Fernández Aguilar, padre de la víctima, se enteró de lo ocurrido, se enojó y le reclamó a Brenes.
Al escuchar esto, Dowglas estalló en llanto, mientras que el acusado se mostró tenso en algunos lapsos y en otros se recostaba en sus brazos.
Durante este jueves cuando sacaron al imputado de la sala por algún receso allegados a la víctima le gritaron: “basura”, “ni limpiar la escena te va a salvar” y “vas a pagar”.