Un adolescente de 16 años fue detenido a la 1:30 a. m. de este martes como sospechoso de agredir a una compañera de colegio en San Carlos, Alajuela. Horas después, el Ministerio Público tramitó la acusación por un delito de abuso sexual y la contravención de lesiones levísimas.
De acuerdo con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el joven fue aprehendido en su casa, luego de que la familia de la adolescente lo denunciara ante las autoridades.
Mientras avanza el proceso, el muchacho deberá cambiar de domicilio, “sin embargo, mientras se ubica un nuevo hogar, vivirá en un albergue del PANI. También tendrá que reubicarse en otro centro educativo e informarlo a la autoridad judicial, y tiene prohibición para amenazar, contactar o acercarse a la víctima“, agregó la Fiscalía Penal Juvenil a las 6:50 p.m.
Ahora el Juzgado deberá fijar una audiencia inicial en la que se definirá si eventualmente el caso se conoce en un juicio.
Este caso se viralizó el lunes en redes sociales cuando trascendió un video que muestra el momento en que un menor de edad, rodeado de otros compañeros dentro de un bus, golpea, pisa, arrastra por el suelo, jala del cabello y escupe a otra colegiala.
En la grabación también se observa que el muchacho intenta sentarse sobre la cabeza de la menor, de 15 años y segundos después también le abren las piernas y le colocan un zapato sobre sus genitales.
Además, cuando la joven intenta levantarse del suelo, él la empuja repetidamente, mientras le dice: “Quedáte ahí, hijue**ta”. Ella le pide que se detenga, pero él no lo hace. En el fondo, también se escuchan las risas de sus compañeros.
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Trascendió que se trata de estudiantes del Liceo La Palmera, en San Carlos. Este medio envió consultas al respecto al Ministerio de Educación Pública (MEP) el lunes; sin embargo, para la tarde del martes, aún no se recibía una respuesta. Asimismo, se contactó al Liceo La Palmera, pero tampoco se obtuvo una declaración sobre lo ocurrido.
Pese a que el video corresponde a un evento ocurrido hace 12 días, la viralidad que tuvo el audiovisual el lunes ocasionó que una turba de vecinos acudiera en la noche a las afueras de la casa del presunto agresor, con la intención de pedirle cuentas por sus acciones.
En videos también compartidos en redes sociales, se observa a numerosas personas afuera de la propiedad. Con gritos, le pidieron al joven que saliera. Sin embargo, eso no pasó y el menor abandonó la propiedad escoltado por las autoridades al momento de su detención.
Las imágenes y las identidades de los menores involucrados en casos como estos no se divulgan pues la privacidad y la confidencialidad están tuteladas en los artículos 20 y 21 de la Ley de Justicia Penal Juvenil.
“La gente debe ser muy cauta y no azuzar linchamientos, como en este caso, y menos reclamar que se haya dado protección policial al menor de edad que cometió la agresión porque se puede incurrir en delitos de lesiones graves o de homicidio, que no están justificados, resultando peor esa forma de justicia privada”, agregó el abogado penalista Federico Campos.
PANI recibió la denuncia la semana pasada
El departamento de prensa del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) confirmó que la institución conocía sobre la situación desde la semana pasada, cuando el Centro de Orientación e Información (COI) recibió la denuncia de los hechos.
“De inmediato se refirió a la Oficina Local de Aguas Zarcas, se coordinó con el Ministerio de Educación Pública (MEP) y el Poder Judicial”, indicó la entidad.
Según el Patronato, la oficina local además brindó atención psicosocial a las personas menores de edad de la familia afectada y garantizó la presentación de la denuncia ante la Fiscalía de San Carlos. Asimismo, se coordinó con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) para la atención psicológica a la víctima.
“Es importante indicar que la adolescente víctima tiene una familia que es un entorno protector que brindó acompañamiento, presentaron la denuncia judicial y la atención psicológica para su hija”, destacó el PANI.
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Actualmente, los estudiantes se encuentran en sus vacaciones de medio año, por lo que para el Patronato resulta un momento oportuno para que los padres de familia hablen con los menores respecto a situaciones similares, con el objetivo de prevenirlas a futuro.
Por su parte, la psicóloga del Patronato, Carol Guzmán, enfatizó la importancia de que los padres estén al tanto de los comportamientos de los menores, pues los niños y niñas que reciben acoso empiezan a presentar cambios en el comportamiento, que pueden ser casi invisibles cuando se encuentran en situaciones de vulnerabilidad emocional.
De acuerdo con la experta, es importante observar si empiezan a experimentar trastornos del sueño, aislamiento, intranquilidad, ansiedad, trastornos de alimentación, retrocesos en el desarrollo (no querer o poder realizar cosas que ya habían aprendido y superado, como ir al baño a hacer sus necesidades fisiológicas y no orinarse en la cama, como lo hacía cuando era bebé, excusas para asistir a la escuela, marcas en la piel y otros comportamientos diferentes a los que presenta usualmente.
Colaboró Vanessa Loaiza.