Los ajustes de cuentas por invasión de territorios de narcomenudeo, robos de drogas, pérdida de capitales, traición a grupos narcotraficantes, deudas con el distribuidor de estupefacientes y otras del crimen organizado pasaron de 31 casos en el 2012 a 299 el año pasado.
Eso significa un aumento del 865% y la tendencia para este año es similar, pues de los 317 asesinatos ocurridos hasta este jueves, 130 han sido por ajustes de cuentas (41%).
Uno de los casos más recientes que se investiga como ajuste de cuentas es el ocurrido el lunes pasado en Orotina, donde mataron a una mujer de 64 años, su hijo y a su nuera, de 16 años, por parte de un grupo armado que irrumpió disparando en una propiedad en barrio Santa Rita Nueva de Coyolar.
Al parecer, el objetivo era el joven Kirby Agüero, de 21 años, quien según el OIJ tenía antecedentes por robo agravado. El OIJ también tiene datos de que en esa vivienda se vendía droga.
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El director del OIJ, Wálter Espinoza, estimó que este año cerraría con unos 625 asesinatos, es decir 22 más que los 603 del año pasado.
“Si seguimos con este crecimiento, en el año 2025 vamos a estar en el mismo nivel que México”, afirmó.
El jefe policial se mostró preocupado porque además del aumento en los asesinatos, cada vez es más violenta la manera en que se cometen.
Estamos encontrando cuerpos sin cabeza, cuerpos quemados, personas desmembradas y una cantidad impactante de indicios balísticos en las cadáveres.
“Eso nos habla de un aumento de la violencia como concepto y como visión, pero además nos habla de la existencia de grupos criminales detrás de estos homicidios que usan la muerte como señal de poder, como método para enfrentarse a otras organizaciones y como manera para disciplinar a su propio grupo criminal”.
Otro elemento que preocupa mucho al OIJ y que así lo hizo saber Wálter Espinoza a la Comisión Especial de Seguridad y Narcotráfico, es que quienes cometen esos delitos son jóvenes entre los 18 y los 28 años.
El perfil de esos jóvenes es de condiciones de vulnerabilidad en educación, vivienda, empleo, falta de espacios públicos y otros que tienen que ver con el entorno y condiciones de vida.
Aunque tiene mucha esperanza en los esfuerzos que coordina el Ministerio de Seguridad con los retenes de carretera y otras acciones preventivas, Espinoza dijo que no avizora nada que vaya a cambiar la situación delictiva actual.
A su juicio, se requieren acciones que involucran a muchas instituciones estatales para mejorar las oportunidades sociales de las poblaciones vulnerables.
Además de este exagerado incremento en los homicidios por ajuste de cuentas, la Policía Judicial también ha descubierto una merma en las cifras por asesinatos en San José y un repunte en el resto del territorio nacional.
"Antes los esquemas de trabajo de las organizaciones criminales nos ubicaban fundamentalmente en San José y Limón, pero con el paso del tiempo hemos visto manifestaciones criminales violentas y agresivas en Guápiles, Puntarenas, Orotina, La Unión y zona sur. Se traslada como una especie de ósmosis de manera inconveniente para la tranquilidad y estabilidad del país”, dijo Espinoza.