El exconvicto Anthony Emilio Arce Arana, que falleció este martes en un enfrentamiento con agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Nicoya, tenía seis causas pendientes en la Fiscalía y había salido de la cárcel cuatro meses y medio antes de morir abatido por un policía que actuó en defensa propia.
Desde noviembre del año pasado la subdelegación regional del OIJ en Nicoya publicó sus fotos y pidió colaboración de la ciudadanía para identificarlo, ya que era requerido por una serie de delitos graves. La Fiscalía de Nicoya informó que, entre otros casos, era investigado como sospechoso de dos homicidios calificados, así como una tentativa de homicidio.
Uno de los casos con los que se le relaciona ocurrió el 25 de noviembre del año pasado cuando una mujer que caminaba por la vía pública fue víctima colateral de un tiroteo pasadas las 8 p. m. en el caserío Calderón Fournier, en barrio San Martín de Nicoya.
La víctima fue Xinia Vásquez Vásquez, de 49 años, quien resultó herida por una bala perdida y fue declarada fallecida a su ingreso al Hospital La Anexión. El sujeto al que iba dirigido el ataque esa vez recibió múltiples disparos, pero logró sobrevivir. Fue identificado como de apellido Villegas, de 23 años.
Con solo 19 años, Arce Arana era un “viejo conocido” de las autoridades, pues según el director regional de la Fuerza Pública en Guanacaste, Erick Calderón, desde que tenía 14 años se le ha pasado en al menos 22 ocasiones al Ministerio Público por delitos relacionados con tenencia de drogas, agresión y resistencia a las autoridades.
Más recientemente se le relacionó con asesinatos referidos a luchas de territorios para la venta de drogas, en cuenta el que ocasionó la muerte colateral de Xinia Vásquez.
Según Calderón, en barrio San Martín de Nicoya era el líder de una agrupación narco y por eso la Fuerza Pública tuvo que reforzar la vigilancia en esa zona con el Grupo de Apoyo Operacional (GAO), los motorizados de Los Linces y en ocasiones hasta con la Unidad Especial de Intervención, debido a que el sujeto era de perfil violento y tenía bajo amenaza a gran cantidad de vecinos. Basado en eso, les exigía la colaboración para desarrollar a la libre el ilegal negocio.
En cuanto a su salida de prisión el año pasado, el Departamento de Prensa del Poder Judicial confirmó que con respecto a la causa por tentativa de homicidio (N.° 22-000443-069-PE), fue a solicitud de la propia defensa del imputado que el 6 de setiembre del 2022 se ordenó variar la prisión preventiva por otras medidas cautelares como firmar una vez al mes, mantener domicilio fijo y no perturbar, molestar o amenazar a los ofendidos.
Así las cosas, Arce fue puesto en libertad el 7 de setiembre del 2022 por orden del Juzgado Penal del II Circuito Judicial de Guanacaste, con sede en Nicoya. El último registro de Adaptación Social indica que estuvo preso en el Centro de Atención Institucional Gerardo Rodríguez Echeverría, en San Rafael de Alajuela.
Trascendió que la agrupación que Arce lideraba ejerció amenazas para que la parte acusadora de esa tentativa de homicidio, desistiera del caso.
La Fiscalía informó que además de las causas por homicidio, Arce tenía otras pendientes por resistencia a la autoridad, daños y por portación ilegal de armas, esta última según el expediente N.° 22-001437-0414-PE, el cual fue remitido al Juzgado Penal con acusación y solicitud de apertura a juicio desde el 28 de octubre del 2022. De igual forma por el delito de portación de arma permitida se ordenó un auto de apertura a juicio el 22 de noviembre pasado, pero tampoco tenía fecha programada aún.
Luego del tiroteo de este martes, la Fuerza Pública se hizo cargo de la custodia y demarcación de la escena, ya que los agentes judiciales, una vez que dominaron el caso, tuvieron que ir de emergencia hacia el centro médico con su compañero Mario Grijalba, gravemente herido.
Lenta recuperación
La mañana de este miércoles, Anner Angulo, director del Hospital La Anexión, indicó que el oficial Mario Grijalba, de 53 años, fue operado la tarde del martes y se encuentra estable. “Va evolucionando bien, todos sus parámetros van en ascenso positivo. Eso significa que, Dios mediante, el va a salir bien de esta situación”, sostuvo.
Gracias a la cirugía se le resolvió el problema pulmonar y una lesión sufrida en la vejiga, de modo que ahora está con vigilancia estricta para controlar cualquier eventual deterioro de su salud y brindarle atención inmediata.
Permanece sedado y los cirujanos están pendientes de su caso en la Unidad de Cuidados Intermedios. Como fue una cirugía grande de tórax, se deben ir bajando los parámetros de sedación para que poco a poco vuelva a reaccionar por él mismo.
El paciente va a seguir en ese centro médico, pues por ahora no hay necesidad de trasladarlo a otro hospital, puntualizó Angulo.