Los 143 homicidios ocurridos en los primeros dos meses de este 2023 proyectan unos 900 casos a fin de año. Los cuerpos policiales, la Fiscalía y expertos en Seguridad afirman que todavía se puede aplanar esa curva exponencial que comenzó el año pasado, pero solo un certero golpe de timón puede atenuar la pérdida de tantas vidas.
En el Caribe el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ha detectado una expansión importante de los grupos criminales por una especie de corredor natural entre Limón, Guápiles, Sarapiquí y hacia el norte de Alajuela y Guanacaste. Esa actividad delictiva tiene relación directa con el aumento de la criminalidad, según el director a.i. del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Randall Zúñiga.
Limón como provincia, tiene una tasa de 33 homicidios por cada 100.000 habitantes, triplica la tasa nacional y es similar a la de países como México y Honduras, pero en el cantón cabecera de la provincia caribeña, la tasa es mayor.
En el cantón central de Limón la cifra es casi el doble. Ahi viven 100.000 habitantes, de modo que la cantidad de asesinatos con que cierre cada año, equivale a su tasa anual, cifra que aumentó de 52 muertes en el 2021, a 63 en el 2022, la mayoría relacionadas con ajustes por narcotráfico. Se trata de un punto medular para la entrada y salida de drogas en nuestro territorio.
Una de las bandas en expansión involucró al exjugador de fútbol de primera división, Rayner Robinson Watson, que fue parte del plantel de Limón F. C. Al momento de su captura, en abril del 2018, el deportista estaba radicado en Guanacaste para surtir de droga a clientes de la provincia pampera.
Según las autoridades, esta banda era conocida como ‘Los Limonenses’ y se habría instalado en suelo guanacasteco en el 2016. A pesar de las rencillas con otro grupo llamado ‘Los Paveños’, lograron establecer un monopolio para la venta de marihuana, cocaína y crack en la zona.
Otro ejemplo de esa colonización para la venta de drogas en Guanacaste, quedó evidenciada el año pasado, al darse la masacre de cinco personas inocentes en Santa Cruz. Casi de inmediato se detuvo a los sospechosos, quienes eran parte de una banda narco de Limón y que, por error, mataron a los extranjeros, pues vivían en una casa que poco antes estuvo ocupada por integrantes de una organización rival, que era el verdadero objetivo de las balas.
Solo en Santa Cruz, la cifra de homicidios paso de 4 a 15, entre el 2021 y el 2022 y en toda la provincia los valores pasaron de 36 asesinatos a 61 en el mismo periodo, para un crecimiento del 69%.
“Se da un efecto cascada, porque si un grupo le mata un integrante a otro, esos últimos van a querer vengarse de algún modo y surge una espiral de violencia”, acotó Zúñiga.
A sabiendas de que los ajustes de cuentas constituyen la principal causa de homicidios, Zúñiga afirma que el acento está puesto en las bandas de criminalidad organizada, principalmente a quienes operan en los “puntos calientes”. Entre esas zonas están la Rita y Cariari de Pococí, donde la policía tiene entre sus principales objetivos a Alejandro Arias, alias Diablo, a cuya banda se atribuyen homicidios y narcotráfico.
El afán por regiones costeras se debe a que muchos turistas visitan playas y buscan marihuana y otras drogas para consumo. Ellos pagan mejor precio que la clientela de la capital. Por eso, en playas de Santa Cruz, Nicoya, Cóbano y Limón, entre otras, se triplica el valor de la droga en relación con lugares sin turismo.
Al igual que en Guanacaste, bandas radicadas en Limón se han extendido por varios puntos de Pococí, donde en el 2021 hubo 41 homicidios y el año pasado se llegó a la cifra de 44, algo nunca visto en ese cantón del Caribe norte. De igual manera, en Sarapiquí de Heredia y cantones al norte de Alajuela como Los Chiles y Upala, la policía ha notado incursión de bandas limonenses.
La cantidad de homicidios es el principal parámetro internacional para medir la delincuencia de un país y eso repercute en inversiones, llegada de turistas, establecimiento de empresas extranjeras, que podrían estancarse o deprimirse si la tendencia se mantiene.
Al respecto, Randall Zúñiga aboga por darle a la Seguridad Pública la importancia que requiere, con más inversión en recursos y personal, lo cual comparten expertos en ese campo que a fines del año pasado dieron la voz de alerta.
Luchas internas
Zúñiga afirma que además de la criminalidad por territorios, muchos de ellos en el corredor del norte, hay fuertes luchas de poder a lo interno de las bandas en todo el país.
Uno de esos casos, ya de larga data, ocurrió con una de las primeras organizaciones grandes del narco detectadas en nuestro país, la cual era liderada por Marco Antonio Zamora Solórzano, alias El Indio, actualmente preso. Ese grupo dominaba las ventas en los barrios del sur de San José, así como en el casco urbano, e incluso exportaba drogas y tenía estructuras de criminalidad a su servicio para controlar el negocio.
Luis Ángel Martínez Fajardo, alias Pollo, quien está preso en Nicaragua, era un aprendiz de esa banda pero luego tomó fuerza cuando se separó del Indio, para formar su propia organización en barriadas del sur, donde muchos hombres murieron por la lucha entre esas dos agrupaciones.
Según el OIJ, el exfutbolista de primera división de Grecia, Alexánder Rodríguez Araya, integrante de la banda de Erwin Guido Toruño, alias El Gringo, habría sido quien entregó a su jefe a la banda rival del Pollo, para que lo mataran a mediados diciembre del 2017.
Rodríguez fue detenido por narcotráfico en 2018 y sometido a un juicio en el 2020, el cual luego fue pospuesto para buscar una opción de proceso abreviado.
En el 2017 nuestro país tuvo el pico histórico más alto de homicidios (604) que solo fue superado el año pasado (657). Muchos de los asesinatos del 2017 se atribuyen a disputas de bandas como la de Erwin Guido Toruño. Su muerte, a manos de grupos rivales, generó una fragmentación interna con varios cabecillas que intentaron dominar el mercado acéfalo.
Devolver tranquilidad
La expresidenta de la República Laura Chinchilla publicó en las páginas editoriales de este medio el 22 de enero una ruta para devolver la tranquilidad a la población e insiste en la urgencia de no posponer más las soluciones. La exmandataria considera urgente integrar cuanto antes al Consejo de Seguridad para que defina a lo interno y con otros poderes del Estado una estrategia clara, pues estima que actualmente existe gran descoordinación.
En el programa radiofónico Malas Compañías, dijo el martes pasado que es erróneo afirmar que se trata de homicidios donde los integrantes de bandas se matan entre ellos, pues en los tiroteos mueren muchos hombres y mujeres inocentes. Además sostuvo que todas son vidas de personas y que no se debe categorizar al ser humano.
A su juicio existen posibilidades de revertir las cifras, como ocurrió durante su gestión (2010-2014) y como se ha logrado en grandes ciudades de Estados Unidos como Nueva York, así como en Medellín de Colombia y en naciones europeas, pero las acciones deben tomarse cuanto antes.
Para este año, ve difícil una reversión, pero al menos podría evitarse que la cifra se dispare a montos como los que se proyectan con la tendencia de enero y febrero.
Llamó a capacitar más policías, a reactivar los Tribunales de Flagrancia que actualmente están debilitados, a construir más cárceles y a controlar el ingreso de armas de fuego.
Daniel Calderón, viceministro de Seguridad, afirma que además de girar más recursos económicos a las policías, se deben tomar medidas excepcionales e integrales. Insiste en mayor control de armas de fuego ilegales y un castigo efectivo a quienes se sorprenda con ellas. Otra urgencia es un efectivo bloqueo a la señal celular desde las cárceles y un detallado análisis criminal.
Puntarenas, Alajuela y Guanacaste en rojo
Homicidios en Guanacaste se triplicaron en 8 años
FUENTE: OIJ || Infografía / LA NACIÓN.