El expolicía de la Fuerza Pública, Rónald Herrera Borgues, de 31 años, quien fue despedido en el 2012 por usar símbolos nazi y decirse afín a esa ideología, se quitó la vida en la mañana de este sábado, en su casa, en La Capri de Desamparados.
Los familiares y allegados de Herrera confirmaron su fallecimiento, así como el hecho de que dejó una carta, pero prefirieron no dar más declaraciones.
En su perfil de Facebook, Herrera publicó cartas hace 10 horas indicando que tomaba la decisión porque sus fuerzas estaban "extintas". Añadió que había perdido a sus hijos, principalmente, a sus tres hijas menores a quien ya no le permitían ver. "Perdónenme por no verlas crecer y no estar para celebrar sus logros", escribió.
Herrera había sido despedido luego de que saliera a la luz pública que él aparecía en fotografías de la red social Facebook mostrando signos y banderas relacionadas con la ideología nazi. El Ministerio de Seguridad dijo que investigaría el caso y, posteriormente, lo separó del cargo el 24 de abril del 2012 alegando que registraba ausencias injustificadas de un año atrás.
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En una entrevista que dio a La Nación en julio del 2013, el expolicía aseguró que, desde entonces, no lograba conseguir un empleo.
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Relató que se dedicaba a recoger chatarra y, en ocasiones, a vender lapiceros en la calle. El día de la entrevista, aseguró que había gastado los últimos ¢500 que tenía en leche para sus hijas.
Además, afirmó que muchas personas no le daban trabajo por relacionarlo con la ideología del nacionalsocialismo y que se trataba de discriminación.
La Defensoría de los Habitantes había dicho años atrás que investigaría este caso.