El departamento de Medicina Legal del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) entregó este jueves los restos de Nadia Peraza a sus familiares. Se presume que la muchacha, de 21 años, fue asesinada y desmembrada desde finales de febrero anterior, pero su homicida mantuvo partes del cadáver ocultas en una refrigeradora hasta el 17 de mayo pasado, cuando fueron descubiertas por la Policía Judicial en el jardín de una casa en San Pablo de Heredia.
Juan Cortés, padrastro de Nadia, confirmó a La Nación que ya trabajan en los preparativos para darle el último adiós. Los restos se encuentran en una funeraria en San Francisco de Dos Ríos, donde los cremarán para que la familia pueda velarlos el sábado en la iglesia evangélica de Bajo Los Molinos, en San Rafael de Heredia, donde vivían Nadia y su familia.
El domingo, después de un culto, las cenizas se depositarán en el cementerio de Mercedes, donde también yace el cuerpo de la abuela de Nadia. “Va a haber un acto simbólico de mensajes que se colgarán en algunos globos y se van a elevar al cielo, en el momento en que ella esté en el cementerio”, explicó el padrastro de Nadia.
Cortés comentó que su esposa, Marilyn Espinoza, madre de Nadia, ha pasado por altibajos emocionales desde que se confirmó la muerte de la joven. “Por ejemplo, ahorita que salimos de Medicatura Forense, llegamos a la casa y está bien, pero algunas cosas la ponen sensible”.
Nadia Peraza, madre de una niña de dos años, desapareció el pasado 20 de febrero, poco después de que salió de su trabajo en una empresa de alimentos en Santo Domingo de Heredia. Luego de semanas de pesquisas, las autoridades judiciales presumen que entre el 20 y 23 de febrero, la muchacha fue asesinada en su propia casa, en Bajo Los Molinos, a manos de su compañero sentimental, un peón de 25 años de apellidos Buzano Paisano, quien luego ocultó parte de los restos en un refrigerador.
El 6 de abril, Buzano dejó la casa que compartía con Nadia y se mudó, con algunos enseres, entre ellos la refrigeradora, a la vivienda de un adulto mayor en San Pablo, quien lo acogió de buena fe. Ese electrodoméstico desconectado quedó en el patio y fue allí donde el OIJ descubrió el crimen. Mientras el proceso avanza, el sujeto cumple un año de prisión preventiva.
Nadia y Buzano tuvieron una hija, la cual está a cargo de los abuelos maternos. Cortés señaló que ellos continúan en terapia psicológica para sobrellevar, junto a la menor, el duelo por el feminicidio, aunque la niña todavía no tiene idea de lo que ocurrido. “A veces vienen las funcionarias del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), pero para ella es solo jugar. Sin embargo, tenemos que llevar el proceso hasta que la niña tenga claro qué fue lo que pasó”, concluyó Cortés.
Encargado de asuntos judiciales y de sucesos en La Nación desde setiembre del 2023. Es bachiller en Periodismo de la Universidad Federada San Judas Tadeo. Se dedica a la comunicación desde el 2021.
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