En La Perla de Guácimo, a unos 12 kilómetros de la vivienda donde apareció el cadáver de Ana Jenny Otárola Mora, de 47 años, oficiales de la Fuerza Pública detuvieron a las 11:43 a. m. de este miércoles al sospechoso del crimen.
El detenido es un sujeto de apellidos Castrillo Hernández, de 24 años, quien desde hacía varios meses mantenía una relación sentimental con la mujer. Según las autoridades, él la mató a puñaladas la tarde del domingo y luego huyó de la casa con pertenencias de ella.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) distribuyó el martes, luego del hallazgo del cuerpo, la foto del sospechoso en fuga y pidió a los ciudadanos alertar sobre su paradero. En menos de 24 horas, la estrategia rindió frutos. Varios oficiales recibieron un reporte sobre la posible presencia del sospechoso, a quien interceptaron cuando se desplazaba armado con un machete, cinco kilómetros al este de la escuela de La Perla.
Tras decomisarle el machete, lo trasladaron hasta la delegación cantonal de Guácimo para identificarlo plenamente, ya que no portaba su cédula de identidad. Posteriormente, quedó a la orden del OIJ, que lo presentó con un informe ante el Ministerio Público para determinar su situación jurídica.
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En una cuartería
Luego de que familiares de la fallecida hallaran el cuerpo, la mañana del martes, los agentes judiciales desplegaron la recolección de indicios hasta avanzada la tarde, con el fin de obtener huellas, testimonios y videos que ayuden a esclarecer el crimen.
El cuerpo de Otárola yacía en una cuartería, a 75 metros al norte de la delegación de la Fuerza Pública. Presentaba múltiples heridas de arma blanca y estaba envuelto en una sábana. La víctima era madre de dos hijos, oriunda de Quepos y vecina de Guácimo.
En lo que va del año, el OIJ registra el homicidio de 25 mujeres. Al menos en la mitad de los casos, se trataría de feminicidios, es decir, asesinatos relacionados con violencia de género y perpetrados por parejas, exparejas o allegados a las víctimas.
En el caso de Ana Jenny Otárola, sus familiares afirman que sufría de violencia doméstica desde que comenzó la relación con Castrillo.
El hombre se expone a penas de entre 20 y 35 años de cárcel por el femicidio y el posible robo de pertenencias.