En un bananal, en una fosa a 90 centímetros de profundidad, agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Pococí hallaron restos óseos que podrían corresponder a Juliana Diermissen Noel, de 39 años, quien desapareció el 31 de octubre del año pasado.
El principal sospechoso de asesinarla, Fernando Ramírez Mejía, de 46 años, fue arrestado el pasado miércoles en una finca ganadera en Orotina y se le impusieron seis meses de prisión preventiva, tras la solicitud de la Fiscalía de Pococí.
Ramírez aparentemente reveló a la Policía Judicial el lugar donde había enterrado los restos, ubicado en finca Mata de Limón 3, Cariari. Con la asistencia de perros adiestrados en la localización de restos humanos, los agentes ingresaron a la finca bananera en ese sector de Pococí, a unos 25 metros de la calle principal, donde encontraron el cadáver poco antes del mediodía.
En las labores de búsqueda, tres peones bananeros brindaron su colaboración. Luis Alonso Rojas, uno de ellos, alertó a la Policía al descubrir huesos en bolsas negras en uno de los dos puntos de búsqueda donde el perro dio positivo previamente y había tierra suelta. Estaban a unos 90 centímetros de profundidad en una fosa de 1,3 metros de largo.
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Fernando Ramírez trabajó como peón en esa misma finca hasta noviembre pasado, cuando desapareció tras enterarse de que la Policía lo estaba siguiendo. Hamilton Chaves, peón agrícola de esa plantación, informó a Telenoticias que mantenía cierta amistad con el sospechoso, quien solía llegar bajo los efectos del licor.
Chaves añadió que varios compañeros alertaron de manera anónima al sistema de emergencias 9-1-1 al sospechar que Ramírez podría ser el homicida, ya que en la finca se rumoreaba sobre el suceso. También mencionó que, cuando Ramírez estaba sobrio, parecía una buena persona y era sociable. Sin embargo, les llamó la atención su repentina desaparición.
La familia de Juliana sigue de cerca el proceso. Según expresó Luz Dania Noel, madre de la víctima, su deseo es darle sepultura y poder llevarle flores a la tumba. Este lunes, mencionó que al encontrar parte de los restos, los agentes alertaron al juez para ordenar el traslado hacia el laboratorio forense. Confía en que los resultados puedan determinar con prontitud que se trata de su hija.
Los agentes judiciales procedieron al traslado de la osamenta a la Medicatura Forense. Esta evidencia será crucial para las autoridades, quienes ya habían encontrado otras pruebas en noviembre pasado durante el allanamiento realizado en la casa donde vivía Ramírez después de los hechos, ubicada en Campo 2 de Cariari. Durante esa acción se incautaron de una moto, un machete y ropas, las cuales fueron enviadas al laboratorio forense.
Ramírez fue buscado en Campo 5, Campo 2, Caribe Nuevo y Palermo de Cariari, siguiendo pistas que sugerían su posible ubicación. Sin embargo, el individuo, de 46 años y oriundo de Puntarenas, se trasladó hacia Orotina, donde finalmente fue detenido después de cuatro meses en fuga.
Ahora, según el artículo 21 del Código Penal, enfrenta la posibilidad de ser condenado a hasta 35 años de cárcel por el asesinato de la mujer, a quien conoció unos tres meses antes a través de redes sociales.
Juliana era ama de casa y solo había cursado la educación primaria en una escuela de Heredia. Se unió a su primera pareja de la que se separó y vivía sola antes de su relación con Ramírez. Dejó tres hijos de 17, 18 y 20 años.
Su madre la describió como una joven humilde, sin vicios y muy dedicada al hogar.
Colaboró el corresponsal Reiner Montero