“Tenemos un año y medio de estar en zozobra (...). Según la ley (las autoridades) hay una persona que le hizo daño y nosotros confiamos en eso, pero realmente lo que más nos duele a nosotros es no tener el cuerpo para darle cristiana sepultura y de esa forma tener un lugar donde rezar y hablar con ella”.
Las palabras anteriores reflejan el sentir de Raúl Ramírez Noguera, el padre de Deire Odalia Ramírez Barrantes, quien fue vista con vida por última vez el 18 de noviembre del 2018 en barrio Panamá, en Santa Cruz, Guanacaste, donde residía.
De acuerdo con la acusación de la Fiscalía Adjunta de Santa Cruz, la mujer, de 23 años, fue asesinada por su compañero sentimental dentro de la casa en la que ambos vivían. Luego, se deshizo del cuerpo y hasta la fecha este no ha sido ubicado.
Esa institución explicó que el hecho de no localizar el cádaver no significa que no exista delito, por lo que durante el debate, que inició este martes 18 de agosto, confirmaran su hipótesis.
“Con la prueba recabada por el Ministerio Público, este despacho demostrará que la ofendida fue asesinada, tras comparar cómo era su comportamiento en vida”, precisó la institución.
Detallaron que el sospechoso es un policía municipal de apellidos Córdoba Nuñez, quien según las investigaciones del caso, “ejercía conductas de control y amenaza sobre ella (Odalia Ramírez)”.
Hasta ahora, se desconoce la causa de muerte de la joven, así como el lugar en el que se encuentra su cuerpo.
“Se cree que el imputado estaba en el mismo lugar (en la casa) y, presuntamente, en un momento determinado procedió a darle muerte a Ramírez.
“Se sospecha que Córdoba ocultó el cuerpo de la víctima y luego lo trasladó a un lugar desconocido, donde se deshizo de este. A la fecha, no se ha podido establecer el lugar ni la fecha (en la que trasladó el cadáver), así como la causa de muerte”, precisa la acusación fiscal.
Petición de justicia
Tanto Raúl Ramírez como María Alejandra Benavides Vallejos, amiga de la víctima, estuvieron afuera del Tribunal Penal de Santa Cruz este martes y, junto con otras personas que llevaron pancartas, pidieron justicia por el crimen de Odalia.
“Espero que el caso de mi hija no quede impune, se cree que la mataron y la verdad es que el dolor es terrible. Uno disimula con el trabajo, pero es muy triste”, afirmó el padre de la fallecida.
En tanto, Benavides recalcó que su amistad no murió, sino que fue asesinada por su pareja.
Aseveró que como cualquier persona es justo para sus allegados que tenga una despedida digna y que puedan llevar flores a su tumba.
“Pedimos justicia por mi amiga Odalia, no queremos que dejen libre al sospechoso. Ella fue asesinada, fue víctima de su pareja.
“Nosotros queremos un entierro digno para ella, un lugar donde llorarla”, aseguró Benavides.
Captura tres meses después
Desde el 12 febrero del 2019, Córdoba Núñez descuenta prisión preventiva, ya que ese día se presentó a la delegación del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y dijo estar anuente a colaborar con las autoridades.
En ese momento, se le detuvo, ya que fue catalogado el principal sospechoso de la desaparición y se abrió una investigación dentro del expediente 18-001651-800-PE.
Por el delito de homicidio, Córdoba Núñez se expone a una pena de entre 20 y 35 años , según el artículo 112 del Código Penal.
Ese apartado destaca que se impondrá esa pena “a quien mate a su ascendiente, descendiente o cónyuge, hermanos consanguíneos, a su manceba o concubinario, si han procreado uno o más hijos en común y han llevado vida marital, por lo menos durante los dos años anteriores a la perpetración del hecho”.
Odalia Ramírez no tenía hijos y trabajaba como cajera en una pulpería.
Desde su nacimiento, vivió en el cantón de Santa Cruz.
Información actualizada a las 5:59 p. m. con más datos.