Enero cerró con 16 mujeres fallecidas por homicidio, una cifra que quintuplica los tres casos registrados un año antes, en enero del 2022.
Según las estadísticas preliminares del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), de los 16 casos contabilizados en enero 2023, dos habrían sido derivados de violencia doméstica, tres por asaltos, una víctima colateral y los 10 restantes estarían relacionados con drogas o ajustes de cuentas.
Entre los tres asesinatos de enero del año pasado solo está el de una mujer degollada tras una riña en un búnker de León XIII, llamada Oriana del Carmen Salguero, de 43 años, y el deceso en San Rafael de Heredia de Anette Elena Benavides, de 40 años, producto de una discusión con su compañero sentimental, el cual quedó detenido. El tercer caso no trascendió.
En cambio, en el arranque del 2023 el OIJ analiza dos presuntos feminicidios, uno ocurrido en una comunidad indígena de Buenos Aires de Puntarenas y otro en Manuel Antonio de Quepos. También la muerte colateral de Sigrid Chaves, una ama de casa de 42 años el fin de semana pasado en una balacera donde el blanco era un exconvicto de 27 años en Hatillo.
Aparte está la muerte de la educadora pensionada Zoraida Bustamante, a la que asesinaron para robarle en Parrita. Hay dos casos donde se presume que, colateralmente, murieron mujeres por asalto a sus parejas. Los otros 10 serían por ajustes de cuentas asociados a drogas.
Mientras en enero del 2022 las mujeres muertas representaron el 5% de los 58 asesinatos del periodo, en el 2023 representan el 21% de los 77 homicidios contabilizados.
Tanto el director a. i. del OIJ, Randall Zúñiga, como el criminólogo y exagente pensionado del OIJ, Gerardo Castaing, coinciden en que el blanco de un doble homicidio perpetrado el 25 de enero pasado en barrio Los Lirios, en Limón, era Joselyn Karina Arroyo, de 27 años, madre de dos niños y excompañera sentimental de Danny Hernández, alias Ratón, excabecilla de un grupo narco también acribillado hace un año en esa provincia. Colateralmente, falleció Giselle Villarreal, amiga de ella, de 25 años, que la acompañaba en el apartamento.
“Lamentablemente, muchas corresponden a ajustes de cuentas. Estamos viendo que las mujeres tienen a menudo una participación pasiva. En ocasiones algún sujeto tiene un diferendo con bandos contrarios y en ese momento la mujer está ahí, con ellos, y las asesinan”, dijo Randall Zúñiga.
Gerardo Castaing coincide en que la mayoría de muertes de mujeres en este mes son por ajustes por narcotráfico. Explicó que algunas son víctimas colaterales directas, es decir, conscientemente, ellas toman la decisión de relacionarse con algún sujeto vinculado con el narcotráfico y mueren por el atentado contra el sujeto. Generalmente ellas saben que corren un riesgo, aseveró.
Agregó que en la situación social que vive el país, muchas mujeres han tomado la decisión de involucrarse en el narcotráfico de forma pasiva o activa y se constituyen en objeto de atentados. A veces lideran organizaciones y, por la lucha de territorios para venta de drogas, son el objetivo principal”, concluyó.
Daniel Calderón, viceministro de Seguridad Pública, coincide en que, lamentablemente, la dinámica del crimen organizado involucra a hombre y mujeres en igualdad de condiciones, incluso con mujeres con una participación de mayor protagonismo, como líderes de grupos delincuenciales. Citó, de ejemplo, que en una operación en La Tabla, en Desamparados, saben que hay mujeres con roles destacados en estructuras narco.
Larissa Arroyo, experta en derechos humanos, considera que al identificar las causas detrás de estos números no solo hay que ver si las mujeres actúan como sujetos activos o pasivos, sino analizar la desigualdad de género.
Por ejemplo, citó esa visión del amor romántico derivado del ideario de la media naranja, en donde una mujer no está completa sin una pareja. Sumó, además, que mujeres en condición de pobreza dependen de ese hombre, quizá involucrado en organizaciones criminales, para subsistir ella y para sostener a sus hijos. Por último, agregó, no debe dejarse de lado que muchas de ellas se involucran en el narco por esa relación de codependencia, desde el simple hecho de llevarles droga un centro penal, solo por citar un ejemplo.
OIJ refuerza acciones
Como enero se constituye en el mes con más homicidios en la historia y uno donde más mujeres han fallecido, el OIJ movilizó investigadores de San José a regiones más golpeadas por ola homicida. A Limón y Guápiles se enviaron agentes especializados de San José, dos en investigación y dos en estructuras.
En Ciudad Neily, dos más, mientras que las oficinas de San José, Heredia y Alajuela optaron por un trabajo mancomunado debido a la cercanía. A Guanacaste también se ha enviado refuerzos y se les capacita en temas como levantamiento de la escena a fin de optimizar la recolección de indicios.
Se ha detectado que el narcomenudeo en zonas costeras resulta más rentable para las organizaciones porque entre la clientela hay algunos turistas que pagan mejor la droga que en barrios urbano marginales de San José y otras provincias.
Colaboró en esta información Vanessa Loaiza.