La tentativa de homicidio que mantiene entre la vida y la muerte al subjefe de la Policía Judicial de Pococí, Geiner Zamora, es un hecho alarmante dentro de la escalada de violencia que sufre el país, afirman expertos en seguridad.
La criminóloga Lauren Gordon señaló que aún se debe esperar el avance de las investigaciones para esclarecer el motivo del ataque a bala contra el jefe policial, de 38 años. Sin embargo, si se confirma que el atentado está relacionado con sus investigaciones sobre grupos criminales, como se presume inicialmente, el caso sería extremadamente grave.
En ese escenario, se estaría ante un irrespeto a la autoridad por parte de grupos que no sienten temor, lo que evidenciaría que la criminalidad no tiene frenos para atentar contra quienes dirigen el sistema policial y judicial, generando un grave desequilibrio en la sociedad.
Gordon hizo un llamado a implementar mecanismos que impidan al crimen organizado actuar con impunidad. En su criterio, es fundamental atacar sus finanzas, ya que, mientras dispongan de capital, los esfuerzos por combatirlos serán insuficientes. “Mientras sigan gozando de su economía y usándola como mejor les parezca, no lograremos nada”, afirmó.
Además, advirtió que con esos recursos, las organizaciones criminales logran involucrar a una parte de la ciudadanía, ya sea encubriéndolos o facilitando sus actividades ilícitas a cambio de pagos. La pobreza, la exclusión educativa, la falta de empleo y otros factores llevan a muchas personas a asociarse con estas redes delictivas.
Asimismo, alertó que si los delincuentes se atreven a atentar contra la Policía, con mayor razón podrían hacerlo contra cualquier persona que interfiera con sus intereses, lo que genera temor en quienes buscan denunciar sus crímenes.
Un acto vil y cobarde
Por su parte, Gustavo Mata, exministro de Seguridad Pública y exfuncionario del OIJ, calificó el atentado como un acto vil y cobarde contra un oficial con una gran trayectoria en la lucha contra el crimen organizado.
Expresó su dolor al ver cómo el oficial baleado se debate entre la vida y la muerte, a pesar de que durante años se ha insistido en distintos foros sobre la necesidad de dotar a los cuerpos policiales de los recursos suficientes para combatir la criminalidad.
Advirtió que, así como hoy las víctimas son oficiales del OIJ, mañana podrían ser fiscales o jueces, quienes queden en la mira del crimen organizado, que actúa con facilidad y rapidez.
En este sentido, insistió en que el Ministerio de Hacienda debe girar al OIJ los fondos aprobados por la Asamblea Legislativa para mejorar la seguridad y evitar que sean desviados hacia otros intereses o políticas del Poder Ejecutivo, lo que ha llevado a la seguridad del país a un punto crítico.
El exdirector del OIJ, Rafael Ángel Guillén, consideró que el atentado contra el investigador del OIJ en Guápiles ha conmocionado a todos.
Lamentó que un oficial valiente y comprometido con su labor ahora luche por su vida en un hospital tras haber sido víctima de un criminal armado, como tantos que deambulan libremente por las calles de ese cantón, sin que la policía preventiva logre contenerlos.
Agregó que, si las investigaciones confirman que la delincuencia organizada planeó el ataque, quedará en evidencia la grave situación de inseguridad que enfrenta el país y la urgente necesidad de brindar mayor protección a quienes están en la primera línea de combate contra el crimen organizado.
Aunque atentados como el ocurrido el viernes no son nuevos, la escalada de violencia es alarmante. La impunidad y el desafío a la autoridad representan una seria amenaza para el Estado de Derecho y la seguridad de todos.
Guillén instó a los tres poderes de la República a unificar esfuerzos y evitar que los delincuentes continúen atacando y amedrentando a quienes trabajan incansablemente por garantizar la justicia y el orden en el país.
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