Los grupos de “nudes” (desnudos), donde se comparten fotos íntimas de mujeres sin su consentimiento, han existido desde hace muchos años a vista de toda la población y las autoridades.
Comenzaron en foros de Internet y emigraron a redes de mensajería como Telegram, por ejemplo, en donde hace unas semanas se detectó un espacio de este tipo con más de 3.000 participantes, casi todos hombres.
El hecho fue denunciado por el Instituto Nacional de la Mujer (Inamu) y permitió que se abrieran dos investigaciones judiciales sobre el caso, según confirmó el Ministerio Público a La Nación.
No obstante, este es solo uno de los tantos espacios digitales en donde se violenta a las mujeres de esta manera y son utilizados a diario, en cada rincón del país.
Además, dejan como resultado una gran cantidad de víctimas con repercusiones emocionales y cognitivas.
Según Erick Lewis, jefe de la sección de Delitos Informáticos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), las acciones que ocurren en estos grupos pueden calificar como delitos penales, ya sea por violación de correspondencia o comunicaciones, o por violación de datos personales, los cuales son sancionados con penas de cárcel de entre uno y tres años, según los artículos 196 y 196 bis del Código Penal.
Cuando las víctimas son menores de edad, la pena asciende de cuatro a ocho años de prisión, pues el delito variaría a difusión de pornografía infantil, el cual es penado en el apartado 174 de esa misma normativa.
Aunque la legislación es clara, las autoridades alegan que no es sencillo dar con los responsables y que las investigaciones son complicadas.
Erick Lewis aseguró que no es posible saber cuánto tiempo pueden durar las diligencias para resolver este tipo de casos: “Va a depender mucho de la plataforma en donde ocurra el evento, la cantidad de personas responsables o el tiempo que tengan de existir las publicaciones o mensajes”.
Agregó que la libertad de publicar fotografías o videos de terceros en Internet se termina cuando no se cuenta con el consentimiento de las personas que salen en las imágenes. Si no se tiene el permiso expreso de las partes, no se puede publicar.
“Si las fotos fueron tomadas en el ámbito de la intimidad de una pareja, que es un caso muy común, es probable y casi que evidente que no fueron creadas para publicarse en Internet”, insistió el jerarca.
Otro punto importante es la responsabilidad que tienen las plataformas digitales en estos casos, aunque cada una se rige de acuerdo a términos de uso distintos, no siempre sancionan situaciones de violencia sexual.
Además, muchas veces están custodiadas en otros países y se regulan por diferentes legislaciones, lo que complica aún más que intervengan en estos asuntos a nivel mundial.
Foro de Costa Rica
Uno de los espacios más viejos del país, donde se comparten y hasta venden fotos íntimas de mujeres sin su consentimiento, es la página web “Foro de Costa Rica”.
El sitio cuenta con una basta suma de foros divididos por zonas geográficas y “secciones” como “Ticas +18″, “Ticas en Redes Sociales”, “Ticas en la calle”, entre otros.
En ellos, los usuarios ofrecen fotos que en apariencia se compraron en plataformas como OnlyFans, un servicio de suscripción de contenido, donde las personas comercializan imágenes sin censura.
También cuelgan fotos de sus parejas, conocidas, amigas de redes sociales y hasta ponen los nombres de distintas mujeres para preguntar si alguien más tiene fotos de ellas.
En los peores casos, se comparten las cuentas de Facebook o Instagram de las víctimas, así como sus direcciones domiciliares, números de teléfono y demás datos privados.
La Nación conoció que las autoridades judiciales ya han atendido casos por delitos cometidos en este espacio, pero la página sigue existiendo y funcionando con total libertad.
Cuando se le consultó al Ministerio Público si se han dictado sentencias por actos cometidos en este foro, indicó que no le era posible ubicar esa información en su sistema.
“Es necesario contar con datos más específicos como número de expediente y/o nombre de las partes, así como la Fiscalía que tramita el caso, ya que el sistema informático del Ministerio Público no está unificado y siempre requiere de esos detalles para generar una búsqueda.
“Es decir, no nos es posible ubicar algún caso ingresando ‘Foro de Costa Rica’ o cualquier otro. Debido a que no contamos con información que nos permita ubicar ese caso, no es posible conocer si existe algún proceso o alguna una sentencia”, respondió la institución, a través de oficina de prensa, en un correo electrónico.
Repercusiones en las víctimas
Aunque parezca que estas acciones delictivas se cometen con total impunidad, no son menor cosa y pueden provocar repercusiones graves en las víctimas, que en su gran mayoría son mujeres.
Darcy Araya, psicóloga del Inamu, señaló que en estos grupos, el cuerpo de la mujer es visto como un objeto, como si no valiera y fuera desechable. Incluso, afirmó que la apariencia física de ellas, en algunos casos, es sujeto de mofas en redes sociales, con chistes y comentarios despectivos.
En su criterio, cuando se comparten estas fotos, las mujeres se sienten inseguras, como cuando caminan en la calle y no pueden pasar por ciertos lugares o vestir de determinadas maneras, ante el temor de ser acosada o víctima de una violación.
“Es como aleccionar a las mujeres y decirles ‘si usted sale de su casa, le va a pasar esto’, entonces no es extraño que en estas páginas o plataformas, que es la forma de comunicación que va avanzando más rápidamente en este momento, suceda todo esto”, manifestó Araya.
Para la psicóloga del Inamu es necesario poner un castigo mayor al impacto psicológico que viven las víctimas de estas situaciones; sin embargo, en la legislación nacional no se regula el acoso en las redes sociales o en sitios web.
Aunque resaltó que no es suficiente con eso, ya que también se necesita un cambio cultural. Que no se siga justificando el control sobre los cuerpos de las mujeres.
“Cuando nosotras estamos apostando a un cambio cultural, lo que queremos hacer es trabajar con los más pequeños, niños y niñas, desde edades preescolares hasta los años de colegio, para cambiar un poco la percepción sobre los significados de algunos valores.
“Que comprendan que la vida tiene que ser más justa, que tiene que ser igual para mujeres y hombres. Que la dignidad no aplica para solo una parte de la población. Que queremos una sociedad donde las mujeres no corramos peligro en todos los espacios de nuestra vida”, expresó.
Importancia de denunciar
Darcy Araya sostuvo que lo más importante en este asunto es que la población empiece a responsabilizarse y deje de pasarlo por alto, es decir, que denuncie cuando pueda.
Declaró que desde el Instituto no han hecho alguna denuncia por otros grupos como el caso de Telegram, pero que cuando conozcan de algún caso similar, de inmediato lo pasarán a la Fiscalía.
“Hay que hacer un llamado para que las personas que vean este tipo de situaciones, hagan la denuncia directamente en el OIJ, en la Fiscalía, para que haya una sociedad que esté muy alerta para prevenir la violencia contra las mujeres”, dijo Araya.
Por su parte, Erick Lewis, el jefe de la sección de Delitos Informáticos del OIJ explicó que, cuando se es víctima de estos delitos, lo mejor es documentar todo lo que se pueda, como capturas de pantalla, y acercarse a la oficina judicial más cercana a interponer la denuncia, hasta con testigos si se puede.
Lewis considera que la legislación costarricense tiene las herramientas necesarias para atacar los actos delictivos en estas plataformas digitales, pero que todavía se pueden realizar algunas mejoras.
“Tanto lo que es la Policía Judicial como el Ministerio Público, siguen en un proceso de capacitación constante que, de hecho, se ha estado trabajando en ese sentido, con el fin de mejorar la capacidad de respuesta operativa y legal para poder atender mejor estos casos.
“Igual, hay limitaciones que hay que ir subsanando, que están fuera de nuestro control, pero esa capacitación ayuda a buscar cómo hacer esas modificaciones a la ley, si es que hacen falta, para poder subsanar algunos portillos que puedan quedar por ahí”, declaró.
El jerarca aconsejó que, en la medida de la posible, siempre es mejor considerar muy bien con quién se comparten fotografías íntimas, aunque sea con alguna pareja sentimental en un ámbito de confianza.