Familiares de Fernanda Melissa Sánchez Aguilar, la mujer de 31 años cuyo cuerpo apareció junto al de su hija de 12 años en un barranco en barrio La Virgen de San Pablo, cantón de León Cortés, están seguros de que su relación de pareja tuvo que ver con el doble homicidio perpetrado el jueves.
“Siempre le aconsejamos que se alejara del infierno que era la relación de ella con su pareja. Hace seis años fue la primera vez que él amenazó con matarla”, dijo María Luisa Sánchez, de 37 años, hermana.
Las amenazas de muerte también fueron extensivas contra otra hermana llamada Luz Miriam Sánchez, de 36 años, quien afirmó que el hecho de ser la más allegada a Fernanda fue la causa de que el compañero de ella la hubiera advertido telefónicamente.
“Tantas veces había amenazado que yo pensaba que solo era una más. Nunca esperamos esto”, afirmó Luz Miriam, mientras se aprestaba para ir por los cuerpos a la Medicatura Forense la tarde de este viernes.
Cuando las autoridades llegaron al sitio del suceso, una finca que está a 500 metros de la calle principal, el compañero de Fernanda estaba entre las personas que observaban las labores de bomberos, extinguiendo el incendio de la vivienda que por años albergó una guerra interna.
Al preguntarle a Luz Miriam porque ni el Patronato Nacional de la Infancia, ni la Fiscalía, ni el Juzgado Contravencional de la zona registran denuncias, afirmó que su hermana solo realizó acercamientos informales.
“Ella algo me había comentado de que había ido a dar una declaración, pero no levantó la demanda correspondiente. Solo dejó un escrito por si a ella le pasaba algo, pues no se animaba a denunciarlo”, dijo.
Afirmó que de momento contra el hombre, de apellidos Ríos Garro, quien es 19 años mayor que la fallecida, no hay ninguna acusación, pero confía en que se aclare pronto lo ocurrido.
La obsesión de que su hija de 12 años tuviera al padre a su lado compelía a Fernanda a sostener esa vida, que según sus familiares era “como de perros y gatos”, con una constante violencia en ambos sentidos.
Fernanda era la menor de seis mujeres en una familia de doce hermanos.
“Ella (Fernanda) siempre decía que nunca iba a separar a mi sobrina del papá, porque la niña lo amaba y ella no quería separarla de él”, dijo Luz Miriam.
Añadió que hace siete meses la pareja se había separado. El hombre tuvo otra relación varios meses al mismo tiempo que vivía en la parte de atrás de la vivienda incendiada.
Una relación impropia
Desde los 15 años, cuando se criaba en un barrio humilde que está 300 metros al sur de la bomba de San Pablo, Fernanda conoció a Ríos Garro, con quien después entabló una amistad.
“Mi hermana decidió juntarse con él e irse, aunque nunca se casaron”, reconoció Luisa Sánchez.
En una ocasión Fernanda se fue a vivir dos días donde Luisa para tratar de evadir los problemas, pero luego él la llamó y retomaron la relación.
Fernanda y su pareja vivían en una casa como cuidadores de una finca de aguacates, truchas y cerdos. Ahí llegó muy pequeña y se desarrolló la menor que procrearon, y que ahora era estudiante de sétimo año, en la sección 7-1 del Colegio Técnico Profesional de San Pablo.
Sin embargo cuando Luisa, tía de la menor, empezaba a describirla como una niña muy linda, el llanto le impidió seguir con la entrevista.
Armando Granados Sánchez, de 18 años y el menor de los hermanos de Fernanda, estaba en el mismo colegio al que este año llegó su sobrina.
Dijo que ella estaba feliz en el colegio y que su sueño era culminar con éxito los estudios de secundaria.
Afirma no explicarse lo ocurrido, pues su sobrina era muy mimada por su padre que solía llamarla su bebé, pese a la mala relación que el hombre tenía con la mamá de ella.
Por lo anterior, dice estar muy confundido. La última vez que la vio fue el 17 de junio, en una fiesta en la que le celebraron el cumpleaños a la mamá.
Al igual que sus hermanas, Armando recibió la noticia en que allegados le decían por mensajes de WhatsApp que la casa de su hermana se estaba quemando, al principio no lo creía, pero mensajes posteriores le reafirmaron el hecho y la posterior fatalidad.
En el centro de San Pablo, vecinos como Rodolfo Cordero, quien es conocido de la familia, sabía de los problemas de la pareja, pero alberga muchas dudas de lo que pudo haber ocurrido.
Dijo que minutos antes de que surgiera el incendio en calle San Francisco de La Virgen, estuvo dialogando con Ríos Garro, quien es maestro de obras y pronto piensa abrir una carnicería en el centro de San Pablo.
La Fiscalía informó este viernes de que por el momento ninguna persona ha sido detenida como sospechosa de los hechos.
Historia casi repetida
La investigación sigue adelante, mientras aquel tranquilo pueblo cafetalero recuerda lo acaecido el 3 de diciembre del 2018 y busca similitudes.
Aquella vez, casi a la misma hora, un hombre incendió dos carros, los bomberos llegaron alertados por un incendio y luego encontraron una casa llena de balazos, una mujer de 53 años muerta y la hija de ella, de 13 años, mortalmente herida.
El asesino, Vinicio Angulo Araya, de 65 años, era excompañero de Gerardita Agüero Fallas, la mujer fallecida. El hombre se entregó, se declaró culpable y en julio del año pasado lo condenaron a 50 años de cárcel por dos asesinatos ocurridos en Carrizales de San Pablo, a escasos 10 kilómetros del doble homicidio del jueves.