Matthew Francis Nolan, hermano mayor del cineasta Christopher Nolan, enfrentó acusaciones en Costa Rica como uno de los responsables del homicidio del financista estadounidense Robert Curtis Cohen, el 9 de marzo de 2005, en Limón.
El juicio se llevó a cabo en mayo del 2007 en dicha provincia, y durante el proceso, la familia de la víctima reveló que el sospechoso usaba el alias de “Oppenheimer”, casualmente el título de la última película de su hermano que trata sobre la vida del científico clave en la creación de la bomba atómica, en los años 40, J. Robert Oppenheimer.
En la audiencia, la esposa e hija de Curtis Cohen declararon por videoconferencia desde el consulado de Costa Rica en Miami, afirmando que el homicidio fue motivado por la pérdida de $12 millones en inversiones que Cohen había realizado en Costa Rica, de acuerdo con la cobertura del caso hecha por La Nación.
Ambas testigos mencionaron que temían ir personalmente a declarar a Costa Rica debido a la presencia de dos personas prófugas vinculadas al crimen.
Consultadas por el presidente del Tribunal de Juicio de Limón, Wilberth Montenegro Reyes, si conocían a estas personas, ambas afirmaron que sí. Identificaron a un costarricense, quien la fiscalía utilizó como testigo en el juicio, y a un sicario prófugo apellidado Oppenheimer, junto con otro estadounidense llamado Bresko.
Curtis Cohen era un contador que recibía dinero de inversionistas estadounidenses para adquirir propiedades en Costa Rica, una actividad que tenía desde los años 80 mediante la creación de sociedades con las cuales formalizar las compras, tal y como se conoció en aquel debate en el Tribunal.
Para eso, Cohen se apoyó en un abogado tico fallecido en octubre del 2004.
Según la hija del inversionista, Anicha Lee Cohen, su padre le comentó que tras la muerte de ese abogado descubrió que $12 millones que tenían invertidos en propiedades se habían perdido. Por razones desconocidas –según dijo en la videoconferencia–, los bienes no estaban inscritos a nombre de las sociedades que ambos habían constituido.
Según la hija, Bresko, uno de los sospechosos prófugos, fue quien presentó a su padre a Oppenheimer, haciéndole creer que este último era otro inversionista interesado.
Sin embargo, la investigación determinó que Oppenheimer y un hombre llamado Luis Alonso Douglas secuestraron a Cohen el 5 de marzo del 2005, cuando salía del hotel Real Intercontinental, en Guachipelín, Escazú, para hacer ejercicio.
Douglas Mejía fue sentenciado a 27 años de prisión por el homicidio y privación de libertad del inversionista, mientras que una mujer de apellidos Chacón Sánchez fue absuelta por dudas en su participación como cómplice.
El asesinato salió a la luz el 10 de marzo del 2005, cuando el cuerpo de Curtis Cohen fue encontrado debajo del puente sobre el río Chirripó, en Matina de Limón, mostrando signos de tortura con múltiples heridas y golpes.
Un video de seguridad grabó al fallecido cuando salió del hotel junto con el estadounidense Matthew Francis Nolan, alias Oppenheimer.
Los agentes de la policía judicial determinaron que Cohen fue trasladado en un vehículo a una vivienda en Liverpool de Limón, donde lo mantuvieron retenido un tiempo no precisado.
El 13 de abril del 2005 se detuvo a Luis Alonso Douglas Mejía como autor material del crimen y ese día se emitió una primera orden de captura internacional contra Nolan para extraditarlo a Costa Rica. Nolan abandonó el país el 11 de marzo del 2005.
Desenlace
La Oficina Federal de Investigación (FBI) finalmente arrestó a Nolan el 26 de febrero del 2009, en Chicago.
Sin embargo, ese intento de extradición fracasó cuando, en agosto del 2009, el Tribunal del Distrito Este de Illinois rechazó la gestión de las autoridades nacionales porque el juez Michael T. Mason consideró que las pruebas aportadas por la justicia de Costa Rica eran insuficientes.
El juez concluyó que sí había suficiente evidencia para tener como probable la participación de Nolan en el delito de uso de documento falso pero “no así en los delitos de homicidio calificado y privación de libertad agravada”.
Ante esa respuesta, la Fiscalía declinó en ese momento seguir con la extradición pues, en tales cincunstancias, a Nolan solo se le podría haber juzgado por un delito secundario cuya pena podía ser hasta por seis años.
El pedido de extradición tenía la intención de juzgarlo por homicidio calificado (pena de 20 a 35 años) y privación de libertad (4 a 10 años). Las pruebas en su contra fueron las mismas que sirvieron de base para la condena de Douglas Mejía, según comunicó la Fiscalía, el 6 de diciembre del 2014 a La Nación.
Ese año, la Fiscalía confirmó la reactivación de la orden de captura internacional del 2005 contra el prófugo Matthew Francis Nolan; nuevo intento estaría vigente hasta el 15 de mayo del 2019.
Como Nolan fue liberado en Estados Unidos, la Fiscalía reactivó en diciembre del 2014 el pedido ante Interpol a la espera de que el sospechoso abandonara ese país para que la Policía Internacional (Interpol) pudiera entonces capturarlo en otra nación y desde así gestionar su extradición a Costa Rica. Esto nunca pasó.