Cristhian Gerardo Valverde Núñez, de 21 años, caminaba por la entrada del Centro Integrado de Educación de Adultos (Cindea) de La Selva de Guácimo, Limón, el 16 de febrero del 2017, cuando recibió un disparo en el tórax que le causó la muerte.
En aquel momento, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó que el joven, quien cursaba el noveno año y laboraba en una piñera, fue una víctima inocente de una balacera que iba dirigida hacia un muchacho de 17 años, quien también pereció, y, aparentemente era un vendedor de droga de la zona.
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Valverde es una de las 15 víctimas colaterales que se incluyen entre los 603 homicidios que se registraron en el 2017, según datos del informe estadístico anual del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el cual fue presentado este viernes por la mañana.
La cifra corresponde a un 2,49% del total de fallecidos en esos hechos violentos.
Un homicidio colateral se da cuando el ataque no iba dirigido a la persona que resulta fallecida; es decir, no había una venganza o problema entre la víctima y el victimario, sino que la acción delictiva se desarrolló a su alrededor.
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La cantidad de asesinatos contabilizados en el 2017 muestra un incremento representativo con respecto a los años anteriores, tendencia que de acuerdo con las autoridades se mantendrá este 2018.
En el 2016 se contabilizaron 578 crímenes, en el 2015, 558 y, en el 2014, 453.
Wálter Espinoza, director de la Policía Judicial, manifestó que de mantenerse los números registrados durante los primeros dos meses del año, se puede llegar a unos 620 homicidios el 31 de diciembre del 2018.
Ajustes de cuentas motivaron crímenes
Espinoza precisó que la mayor cantidad de asesinatos fueron provocados por ajustes de cuentas. Un 49,5% (299) fue por este motivo, 16,4% (99) por riñas y 34,1% por otros hechos.
Además, de los 603 homicidios se logró establecer que un 25% (151) fueron generados por disputas vinculadas al narcotráfico.
"Con el paso de los años, los homicidios adquirieron una particularidad y es que en muchos de ellos no hay una relación cercana entre la víctima y victimario, ya que se trata de venganzas, ajustes de cuentas o narcotráfico, eso afecta la posibilidad de resolución”, reconoció Espinoza.
El jerarca mencionó que la tasa de resolución en Costa Rica es de un 60% y, que el promedio para resolver un homicidio es de 162 días (más de 5 meses), aunque en ocasiones el plazo puede ser menor o mayor, dependiendo de la complejidad de cada caso.
Los datos judiciales posicionan a San José y Limón como los cantones donde se registraron más muertes violentas de este tipo, con 91 y 36, respectivamente, mientras que las armas de fuego fueron las más utilizadas por los pistoleros. 435 crímenes se ejecutaron con estas, 93 con puñales o armas punzocortantes y 75 con otro tipo de instrumentos.
Espinoza detalló que en Costa Rica ocurre un homicidio cada 14 horas y 32 minutos, lo cual significa que por día 1,6 personas son asesinadas.
Información actualizada a las 6:08 p. m. con más datos del OIJ.