El hallazgo de una huella dactilar marcada sobre sangre, así como un cuchillo y prendas de vestir con rastros de ese fluido, fueron determinantes en la vinculación de un hombre de 33 años con la masacre de cinco universitarios el 19 de enero en el barrio La Victoria, en Liberia, Guanacaste.
Wálter Espinoza Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), explicó —en conferencia de prensa— que luego del arresto del sospechoso de apellidos Ríos Mairena (detenido en el cuarto de su casa, donde vivía con su mamá y su padrastro) un perro adiestrado del OIJ, llamado Aquiles, olfateó rastros de sangre hasta identificarlos en un cuchillo, una pantaloneta y unos zapatos.
Estas evidencias físicas y materiales están bajo análisis y, por el momento, coinciden plenamente con la narración de una menor de 14 años y única sobreviente de la masacre.
A la 1 p. m. la adolescente de 14 años, acudió a los tribunales de Justicia de Liberia, donde señaló al detenido como el supuesto responsable de los cinco homicidios.
Espinoza explicó que la huella dactilar se localizó en la escena de los homicidios y, tras su análisis, arrojó 14 puntos de coincidencia con la persona a la que se le atribuyen los hechos. El vocero señaló que la huella marcada con sangre se localizó en una pared cerca del apagador del cuarto donde aparecieron los cuerpos degollados.
Esto es determinante porque, según el funcionario, con 11 puntos de coincidencia ya es suficiente para descartar cualquier duda. En este caso fueron 14 puntos.
LEA MÁS: Sospechoso de masacre de Liberia era vecino y tenía beneficio carcelario
"Además, como la huella se halló en la sangre de una de las víctimas, quiere decir que esta persona tuvo acceso directo a las víctimas y al lugar de los hechos. Esto será determinante cuando se llegue al momento del juicio", adelantó Espinoza, quien confirmó que los análisis hechos en los cuerpos indican que ninguna de las tres mujeres asesinadas fueron agredidas sexualmente.
A partir de ahora, el OIJ tomará muestras de la sangre del sospechoso para compararla con otras muestras tomadas de los cuerpos. También se planea realizar un reconocimiento físico al cual acudirá la menor sobreviviente cuya narración de lo ocurrido, aseguró el funcionario, fue un pilar clave en la investigación.
El OIJ logró acumular en las últimas dos semanas datos electrónicos (registros de llamadas) los cuales sitúan al sospechoso en el sitio de la masacre el día que esta ocurrió y que, además, confirman su alejamiento de la zona hasta su regreso posterior a la vivienda de su madre y su padrastro.
Según Espinoza, el OIJ integró un equipo de trabajo compuesto por distintos especialistas centrados en el análisis de los cuerpos de las víctimas, entrevistar a la sobreviviente y recopilar información en el barrio donde pasaron los homicidios.
Este trabajo permitió concluir que el sujeto tenía acceso fácil al lugar, que parecía saber cómo ingresar a este y hasta la posibilidad de que conociera a los estudiantes.
"Esto nos permitió crear una alta probabilidad. Incluso logramos establecer que el sujeto tenía un tatuaje en la espalda como expresó la testigo y tuvimos acceso a una fotografía. Incluso se lograron establecer datos precisos de distancia ligados a la posibilidad de que el agresor conociera a las víctimas y pudiera acercarse a ellas", añadió.
Durante la conferencia, Espinoza reiteró que la investigación logró establecer con claridad que el sospecho es una persona narcisista, de pocos amigos y en extremo violenta, sadista, hostil y agresiva.
Ríos Mairena, agregó el funcionario, es un individuo que no hace empatía con otros y, a todo esto, se suma un consumo de drogas ya documentado que pudo alimentar una fantasía sexual compulsiva recurrente, que pudo haberlo motivado a cometer el crimen.
LEA MÁS
¿Por qué el sospechoso de masacre de Liberia estaba libre si tenía una condena en su contra?
10 preguntas clave sobre la masacre en Liberia
Sospechoso de masacre de Liberia era vecino y tenía beneficio carcelario