Puntarenas
Los pobladores de Islita de Puntarenas enfrentaron a balazos a siete individuos, quienes, con sus rostros cubiertos con pasamontañas, intentaron robar motores, lanchas y otros bienes de sus casas.
En el hecho, que se produjo este viernes a las 4:45 a. m., cuatro personas, tres lugareños y un asaltante, resultaron heridas de bala, confirmaron el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fuerza Pública.
Los afectados fueron llevados en lanchas a la Clínica San Rafael, en el centro de Puntarenas, y al Hospital Monseñor Sanabria. Todos están fuera de peligro, dijeron las autoridades.
Islita es una comunidad costera ubicada ocho kilómetros al norte de Puntarenas, cuyo acceso solo es posible por mar cuando la marea está alta. Una lancha a Puntarenas tarda 20 minutos. En Islita habitan 80 personas y hay 45 viviendas.
Historia
Vecinos narraron que el incidente comenzó cuando los asaltantes sorprendieron a un vecino, Óscar Pérez Díaz, en el momento en el que este preparaba una embarcación para trasladarse a Puntarenas.
Los sujetos le dijeron: "Somos policías, somos policías". Lo amenazaron con armas de fuego y lo obligaron a trasladarse hasta su casa. Allí, además de intimidar a la esposa e hijos de Pérez, les sustrajeron bienes como teléfonos, cadenas y dinero en efectivo.
Cuando los ladrones se preparaban para cargar un motor en una embarcación y meterse a otras viviendas, unos pobladores se dieron cuenta del atraco y decidieron enfrentar a los ladrones.
En la balacera resultaron heridos Pérez, una hija suya de 15 años, Pedro Pablo Rivas Martínez y uno de los supuestos asaltantes, de apellido Portuguez, de 27 años.
Los vecinos también detuvieron a otro sujeto de apellido Cordero, de 30 años. Ambos tienen antecedentes por robo y otros delitos, informó el OIJ.
Debido al asedio de los vecinos, cinco de los ladrones tomaron como rehén a una menor de edad, lo que les permitió llegar hasta un manglar, donde dejaron a la niña y huyeron.
La Policía Judicial comunicó que la menor no sufrió lesiones.
Angustia
Flor María Quesada, junto a su esposo, Mario Peralta, y un hijo de 8 años, dijo: "Fue terrible escuchar los balazos por todo lado. Mi esposo y yo lo que hicimos fue correr por detrás de la casa para el manglar, ya que estábamos con mi hijo y nietos. Lo que hicimos fue darles seguridad a ellos", narró la mujer.
El profesor de la Escuela de Islita, Óscar Castro, manifestó: "Vivo aquí y todo fue un momento de mucha tensión al escuchar gritos de mujeres y niños y luego los balazos. Durante el día, con algunos vecinos realizamos recorridos junto a los policías, ya que la tranquilidad se acabó".
En tanto, Mario Peralta calificó como inaudito que estas personas llegan a un pueblo tan tranquilo a cometer esos delitos. "¿Cómo es posible que agarren a una niña como rehén para protegerse de los vecinos? Espero que esto pare y no se repita", dijo.