Stephen Paul Sandusky, de 61 años, el estadounidense asesinado junto con otras cinco personas en una finca de su propiedad en Llano Bonito del distrito Brunka de Buenos Aires, Puntarenas, tenía en venta el terreno que mide 104 hectáreas en $1,8 millones (¢1,188 millones al tipo de cambio actual). La propuesta todavía está vigente en el sitio digital Chirripó Bienes Raíces, y la subieron desde el pasado 26 de abril.
En el anuncio se destaca que el terreno tiene una casa que mide 150 metros cuadrados de construcción, la cual se encuentra en la cima de una loma con hermosa vista del valle y donde hay excelente cobertura celular. Detalla que 70 hectáreas están dedicadas a repastos para la ganadería y 20 sembradas de café. El resto es de montaña con una gran variedad de árboles frutales. Asimismo, cuenta con corral para ganado, invernadero para cultivo de hortalizas, un tajo para la explotación de material para caminos y agua propia de una naciente que está en la finca.
Precisamente, en las inmediaciones de ese inmueble fue donde el lunes a las 2:38 a. m. encontraron los cuerpos de Sandusky, así como a César Mauricio Quesada Cascante (44 años), su esposa Claudia Alina Villarevia Rivera (41), y el hijo de ambos Daniel Mauricio Quesada Villarevia (20) asesinados. En el lugar también mataron a Susan Anyelic Zúñiga Rodríguez (40) y Willy Alfredo Borbón Muñoz (38), estos últimos amigos de la familia Quesada Villarevia.
Ellos fueron el domingo en la mañana a la propiedad del estadounidense para ayudarlo a arreglar un tractor, puesto que César Mauricio y su hijo Daniel tienen un taller de reparación de maquinaria en la comunidad de La Bonita de Rivas en el cantón de Pérez Zeledón. La familia Quesada y los amigos recorrieron 53 kms de distancia para llegar a la finca de Stephen Sandusky.
“Mi primo César invitó a su esposa, hijo y amigos a que lo acompañaran a dar un paseo el domingo. Se esperaba que todos volvieran alrededor del mediodía, donde habían planeado un almuerzo de cumpleaños para el padre de César (Eladio Quesada Ramírez) pero ellos nunca aparecieron. Pasado un tiempo y después de numerosas llamadas telefónicas a todos ellos, Eladio, el hijo menor de César y Alina, y el padre de Alina decidió ir a buscarlos, pensando que se había descompuesto el vehículo y no podían obtener ayuda debido a la ubicación de la granja. En cambio, lo que encontraron fue una escena de crimen horrible. Todos ellos habían sido brutalmente asesinados y sus cuerpos gravemente quemados. Todavía no entendemos el motivo, pero el robo parece ser la pista principal en este momento”, escribió en redes sociales Kendra Espinoza, una prima de César y que está radicada en Estados Unidos. Este mensaje fue compartido por varios miembros de la familia Quesada.
Hipótesis policial
Wálter Espinoza Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) dijo el lunes en un informe grabado que la hipótesis principal de este crimen múltiple es el robo. Esto lo fundamenta en que en la vivienda del estadounidense había “bastantes signos de registro”, así como una ventana quebrada y varios artículos que, en apariencia, iban a ser sustraídos porque estaban listos, entre estos una máquina de soldar, una motoguadaña y varios insumos agrícolas. Aunque La Nación envió una serie de consultas para conocer sobre avances en las pesquisas, en especial para tratar de determinar qué artículos robaron del lugar, la oficina de prensa de la Policía Judicial en un escueto comunicado informó: “De momento lo único es que el caso continúa en proceso de investigación”.
Desde que se conoció este homicidio múltiple, las versiones sobre el móvil siempre han estado relacionadas a que los responsables llegaron a la propiedad de Stephen Sandusky, porque había circulado una versión en la comunidad de Llano Bonito de que el estadounidense ya había vendido la finca. Sin embargo, sí eso fue así, dicha transacción todavía no está debidamente inscrita en el Registro Nacional. Lo que sí consta es que la propiedad, que está dividida en dos fincas situadas en el distrito de Volcán del cantón de Buenos Aires, fueron hipotecadas en $200.000 (¢132 millones) hace cuatro meses.
Investigadores judiciales retirados, que hablaron con la condición de que no se mencionaran sus nombres, hicieron ver que con base en lo que ha trascendido en los medios de comunicación, el hecho de tener como presunción el robo como móvil, es una teoría válida. Empero, advirtieron que la violencia que se observa en la escena del crimen, como por ejemplo, quemar al menos dos cuerpos luego de rociar algún líquido acelerante, está fuera del perfil de la mayoría de delincuentes costarricenses dedicados a delitos contra la propiedad.
Para los consultados, la Policía Judicial ya debe tener un registro de las llamadas entrantes y salientes a los teléfonos celulares de todas las personas fallecidas, en especial del Sandusky, pues eso permitirá conocer quiénes posiblemente lo visitaron durante los últimos días, dijeron los agentes jubilados.
El estadounidense era divorciado y padre de dos hijos. Ambos residen en Estados Unidos. Este hombre llegó a Costa Rica a finales de la década de los noventa y durante su permanencia en el país ha hecho diversas inversiones. Incluso fue una víctima de la estafa que se cometió por medio de las financieras Ofinter y The Brothers. Asimismo, tuvo un restaurante en Dominical de Osa, el cual cerró entre el 2004 o 2005 y luego compró la finca en Llano Bonito.