Inicialmente el OIJ les atribuyó ser los autores intelectuales del secuestro de la suiza Regula Susana Siegfried y de la alemana Nicola Fleuchaus. Por ello, Alvaro Sequeira Ramírez y Minor Masís Artavia fueron sometidos el jueves a 16 horas de interrogatorios.
Ambos, quienes están a la espera de juicios, rechazaron cualquier vínculo con el plagio, cometido el 1º de enero en el hotel Laguna del Lagarto Lodge, en Boca Tapada de San Carlos, Zona Norte. Más bien, se mostraron anuentes a colaborar con las autoridades para buscarle una pronta solución a la crisis.
Sequeira Ramírez, líder del denominado Brazo Armado del Pueblo, debe comparecer ante los tribunales --junto con nueve integrantes del grupo-- para responder por cargos de robo agravado y dos privaciones agravadas de libertad en contra de los empresarios Daniel Bolaños y Arnoldo Salazar, vecinos de San Miguel de Sarapiquí, Heredia. También por tenencia de armas prohibidas. Los sucesos tuvieron lugar en junio de 1993.
Masís Artavia también aguarda juicio. Estuvo al frente de un comando de la Guardia de Asistencia Rural (GAR), compuesto por 12 efectivos, al cual se responsabiliza por los asesinatos de Rolando Watson Suárez y Julio Trejos, hechos ocurridos entre el 19 y 23 de febrero en Alto Telire, Talamanca, Limón.
Larga jornada
Las sospechas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en torno a un posible ligamen de ambos con el secuestro de las europeas, fue el motivo de los interrogatorios.
Con Masís Artavia comenzaron a las 8:30 a.m. cuando una pareja de agentes del OIJ, de la delegación de Alajuela, lo visitaron en su casa de acuerdo, tras una conversación preliminar que habían sostenido la noche anterior. Continuaron en otros escenarios, como en una oficina en el centro de San José y en la sede principal del OIJ.
La jornada destinada a aclarar si tal hipótesis tenía fundamento concluyó cerca a las 12 medianoche del jueves cuando, en un vehículo de ese cuerpo judicial, fue llevado a su vivienda, en San Isidro de Alajuela.
La policía judicial creía que el exguardia rural, junto con Sequeira, habían sido los autores intelectuales del plagio. ¿Por qué?
Las autoridades manejaban varios elementos:
*Supuestamente, pocos días antes del hecho los dos fueron vistos en actitud sospechosa en la Zona Norte.
*En la finca de Minor Masís, en Río Cuarto de Grecia, presuntamente había armas, municiones y equipos militares escondidos.
*Finalmente, en la propia noche del secuestro, Artavia había sido visto en Boca Tapada de San Carlos.
Los interrogatorios contra Sequeira Ramírez empezaron alrededor de las 10:30 a.m. y concluyeron a las 2:00 a.m. de ayer, cuando --también en un auto del OIJ-- fue trasladado a su casa, en Concepción de Alajuelita.
Sequeira fue interrogado en una céntrica oficina capitalina y en la sede central del Organismo de Investigación Judicial.
Ambos, quienes dijeron haber recibido un buen trato por parte de los oficiales, aparentemente demostraron que no pudieron haber viajado la semana anterior a la Zona Norte en el carro de Minor, pues el vehículo sufría un viejo desperfecto mecánico, lo cual corroboró un perito del OIJ.
Asimismo, el líder del Comando Cobra aportó cerca de nueve testigos para probar que la noche del secuestro él compartía con los vecinos de su barrio las fiestas de fin y principio de año.
Finalmente, el OIJ allanó la finca, en Río Cuarto de Grecia, y tampoco encontró nada irregular.
Los argumentos de Sequeira Ramírez, al parecer, fueron irrefutables.
Operativos en la zona norte: Otro día sin éxito
Boca Tapada (San Carlos). El día iniciaba con optimismo. Eran las 6:30 a.m. de ayer y el movimiento policial en Boca Tapada prometía ser intenso.
Efectivos de la Policía de Fronteras, equipados con armamento pesado, y oficiales del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), vestidos de fatiga, se movían de un lado a otro; tras intercambiar impresiones, en voz baja, se dirigieron hasta el muelle del río San Carlos.
Allí el barullo era mayor. El director de la Guardia Civil, Juan Félix Barrantes, dio instrucciones a sus subalternos: "Que no quede nada sin revisar, ojalá encuentren algo", dijo el jerarca policial antes de retirarse hacia su base de operaciones, en el salón cumunal de Boca Tapada para tomar café.
Este nuevo despliegue policial, al mando del abogado y jefe regional del OIJ, Fernando Sánchez, extendía sus redes hasta la zona de Cureña y los Lagos de Cureña, un abrupto sector próximo a la margen costarricense del río San Juan.
Allí esperaban encontrar, al menos, rastros de un grupo de secuestradores que permanecen ocultos en la zona.
Los nuevos bríos de las autoridades surgieron ayer, tan solo cuatro horas después de que fueran sometidos a interrogatorios Mínor Masís y Alvaro Sequeira, líderes del Comando Cobra y del Brazo Armado del Pueblo --respectivamente--, de quienes las autoridades esperaban una supuesta colaboración. (Véase nota aparte).
Además del recorrido terrestre, a las 7:35 a.m. se unió a la búsqueda el helicóptero MCP-010 de la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS) y otro de la Sección Aérea del Ministerio de Seguridad Pública (MSP).
Un equipo de La Nación viajó a Cureña, por tierra, y constató la ausencia de policías a lo largo del maltrecho camino y la poca información acerca de los delincuentes en poder de los lugareños. "Nosotros solo vamos al brete, no vemos gente rara", contestó con firmeza el campesino Napoleón Quesada, de 60 años, al ser consultado sobre la presencia de gente sospechosa en el lugar.
En ese momento, a las 11:30 a.m., dos oficiales del OIJ y cinco miembros de la Policía de Fronteras, cubiertos de lodo, salían de entre un empinado cerro, visiblemente fatigados. "Nada; ni un pelo", expresó uno de los oficiales a cargo del grupo.
A las 11:48 a.m., los dos helicópteros sobrevolaron insistentemente la zona fronteriza, pero al igual que los cansados policías que recorrieron a pie grandes extensiones de selva, el resultado fue negativo. "No tenemos nada, y ustedes saben, les consta, que trabajamos muy duro buscando huellas", declaró Juan Félix Barrantes.
A las 5 p.m., el optimismo de la mañana se había esfumado, al igual que los secuestradores y sus rehenes.
El caso
Hechos
Un grupo de diez hombres armados se presentó el lunes 1º de enero al hotel Laguna de Lagarto Lodge y secuestró a la ciudadana alemana Nicola Fleuchaus, de 24 años, y a la suiza nacionalizada costarricense Regula Susana Sigfried, de 50.
Demandas
El grupo, que se identifica como "Comando Viviana Gallardo" exige el pago de $1 millón, ¢1 millón, la liberación de los integrantes del Comando de la Muerte y varias peticiones sociales en torno a los aumentos de precios.
Investigaciones
Los primeros sospechosos son Teodoro Amador Pérez y Omar José Sánchez Vivas. Luego se detuvo a los ticos Jorge González y José Luis Chaverri, pero se les liberó horas después. El miércoles indagaron a Alvaro Sequeira Ramírez y a Mínor Masís Artavia, pero se descartó su vinculación.