Sergio Alonso González Zúñiga, de 29 años, fue asesinado de un balazo en el abdomen por reclamarle al dueño de un perro, que este defecó en el jardín frente a su vivienda.
El crimen ocurrió el lunes, a las 9:45 p. m., en la calle Sevilla del barrio Valencia de San Rafael Abajo de Desamparados.
“Los dos involucrados vivían bastante cerca uno del otro. Se habla de que hubo problemas originados por un perro, que uno de ellos solía pasear”, comentó Juan Carlos Arias, subjefe de la Fuerza Pública de San José.
José González, hermano del fallecido, explicó a La Nación que él se encontraba al otro lado de la calle cuando mataron a su familiar, en la acera frente a la vivienda.
Según dijo, él escuchó los disparos y luego se topó, de camino, con el homicida, sin saber que había herido a su hermano, por lo que siguió caminando hacia un supermercado, a realizar un mandado.
“Sonaron los impactos de bala y yo iba caminando. El muchacho pasó al frente mío y me dijo: ‘Estoy armado y acabo de matar a un mae ahí. Mejor váyase para su casa’. Yo seguí caminando porque no me imaginé que fuese mi hermano.
”Cuando llegué al supermercado, él (el sospechoso) también estaba y tiró la pistola al suelo, que el guarda majó, y luego decía: ‘Yo necesito protección porque acabo de matar a alguien’. Tenía la cara como extraviada y después me dijeron que eso pasó cerca de mi casa, me devolví y vi a mi hermano”, contó José González.
Mientras los vecinos y familiares alertaron a las autoridades y esperaban por la Cruz Roja, los agentes de la Fuerza Pública capturaron al sospechoso, de 26 años, quien estaba refugiado en el supermercado.
La víctima, conocida como Yiyo, fue declarada fallecida en el lugar del suceso.
Agentes de la Sección de Homicidios del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) realizaron el levantamiento del cuerpo, hacia las 11 p. m., para llevarlo a la Morgue Judicial.
Arias, subjefe de la Fuerza Pública de San José, explicó que al sospechoso le realizarían pruebas para comprobar si tenía residuos de pólvora en las manos.
En el sitio, las autoridades ubicaron varios casquillos de una pistola de calibre 9 mm. No se pudo saber si el detenido tenía permiso para portar armas y si la pistola de 9 mm estaba inscrita.
Sergio González era operario en una empresa de papelería en San José. Vivía con sus padres y hermanos en la vivienda.
José González manifestó: “Esperamos que se haga justicia como dice la ley, nada más. Lo demás lo juzgará Dios”. Colaboró el periodista Carlos Láscarez.