El médico que visitaba a la anciana atendida días atrás en el Hospital de Guápiles por presentar diversas lesiones asegura que nunca halló señales de violencia cuando la examinaba.
El geriatra Roy Cardona llevó el control médico de la adulta mayor, de nombre María Cecilia Rodríguez, durante su estadía en la casa adscrita a la Red de Cuido del Adulto Mayor, en Pococí.
“El estado de salud de doña María Cecilia es complicado por todos los padecimientos que sufre; sin embargo, nunca presentó signos que indicaran que era agredida”, dijo Cardona.
Según el expediente médico, la anciana sufre síndrome demencial avanzado, trastornos de conducta, osteoartosis, hipertensión arterial, secuelas de enfermedad cerebrovascular, entre otros padecimientos que la hacen completamente dependiente.
Constantes caídas. El dueño de la vivienda donde se hospedaba la mujer, un hombre de apellido Solano, asegura que, a pesar de las limitaciones físicas de Rodríguez, ella intentaba levantarse por sí sola y caminar, lo que provocaba que cayera al suelo.
“En el día, mi esposa y yo estábamos cerca de ella, entonces cuidábamos que no se golpeara, pero en la noche, cuando estaba acostada, se levantaba y se caía”, afirmó.
La esposa de Solano, de apellido Calvo, quien fue acusada por la Fiscalía de agredir a la anciana, negó que ella o su esposo hayan maltratado a Rodríguez.
“A mí todo esto me duele mucho, yo nunca le pegué a doña Cecilia, al contrario, nosotros la tratábamos con cariño”, expresó Calvo.
Abandono. Mauren Monge, una de las encargadas de la la Red de Cuido del Adulto Mayor en Pococí, Limón, dijo que la aciana ingresó a la Red luego de ser abandonada en una parada de autobuses.
Monge, quien además trabaja en la Municipalidad de Pococí, contó que el 28 de noviembre del 2011, Rodríguez fue encontrada por los oficiales de la Fuerza Pública en la terminal de buses de Caribeños, en Guápiles.
“Ella se encontraba muy mal, estaba en estado de indigencia, no traía dinero, ni ropa, lo único que tenía en el bolso era un carné y la cédula”, relató.
Luego de hallar a la anciana, la Red solicitó la ayuda de Solano, quien colabora desde hace varios años con la organización.
Solano y su esposa aceptaron recibir en su vivienda a la anciana.
“Tuvimos que empezar a medirle la presión, a medirle el azúcar y a observarla en general para ver qué tipo de padecimientos presentaba”, explicó Monge.
La funcionaria manifestó que durante la estadía de la adulta mayor en la casa de Solano era visitada periódicamente por el geriatra y por miembros del departamento de Trabajo Social del municipio.
Indignado. Wilbert Durán, hijo de la anciana, dijo ayer que espera que las autoridades castiguen a la supuesta agresora de su madre.
“Yo me siento indignado porque la señora que golpeó a mi mamá fue liberada, no le han hecho nada”, expresó Durán.
Él niega que él o alguno de sus hermanos hayan abandonado a su madre en la terminal de autobuses, como consta en el expediente de la señora.
“Mi hermana Bernarda me la fue a dejar a mí a la parada de buses porque ella ya no podía cuidarla”, argumentó.
Una vez que salió del Hospital de Guápiles, la adulta mayor fue reubicada en el Hogar de Ancianos de Cariari, en Guápiles, donde se recupera de sus heridas.