Una adolescente, de 16 años, se encontraba dentro de la habitación del motel Ruta 32, en Calle Blancos de Goicoechea, donde un colombiano fue asesinado este viernes.
A eso de las 2:30 a. m., la Fuerza Pública fue alertada de una balacera proveniente de la habitación N.° 109. Al llegar al sitio, los agentes hallaron a dos mujeres, dos hombres y el cadáver de otro en la cochera del cuarto.
El cuerpo tenía varios impactos de bala, por lo que detuvieron a las cuatro personas mientras se aclaraba lo sucedido.
Al indagar, se determinó que justo cuando las otras personas acababan de ingresar al lugar, un cuarto hombre llegó a bordo de un automóvil, se bajó del vehículo (Toyota Yaris, color blanco o gris), caminó hacia la cochera y le disparó a quemarropa al colombiano, de 28 años.
La víctima fue identificada como Roberto Carlos Salazar Arroyo. Los demás resultaron ilesos. Se trata de la menor de 16 años –identidad protegida–, una mujer, apellidada Hudson (21 años), un sujeto de apellido Montaño (21) y un ciudadano maltés, de apellido Sánchez (35).
¿Emboscada? Cuando llegaron al sitio los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), se informó de que las dos mujeres y los tres hombres llegaron al motel en un taxi, tipo microbús, procedentes del bar Bongos, ubicado en el centro comercial El Pueblo, en San Francisco de Goicoechea.
A los pocos minutos de haberse bajado, Montaño y Sánchez se quedaron en la cochera porque, supuestamente, no podían cerrar el portón pues estaba trabado.
Por esta razón habrían llamado a Salazar para que les ayudara y, en ese instante, entró el pistolero a atacar directamente al colombiano, cuyo cuerpo quedó tendido frente a la puerta.
Las autoridades averiguan si en el crimen medió una emboscada para que el colombiano llegara al motel, y si las mujeres fueron utilizadas como atractivo para que ese hombre fuera hasta esas instalaciones.
La Nación habló con la madre de la menor de edad, cuya identidad se reserva, y dijo desconocer que su hija estaba en el motel.
“Esa amiga (la otra mujer) la llamó, le dijo que estaba deprimida y quería hablar con ella. Mi hija se llevó un suéter y se fue el jueves en la noche. Me dijo que ahorita venía y no ha llegado (ayer en la mañana).
”Esta chiquita se me está haciendo muy rebelde. Está bueno que le haya pasado esto porque hace tiempo se lo vengo diciendo, que anda mucho en la calle. Uno ya no puede con estos güilas. Desde temprano tenía un mal presentimiento, pero no me contestaba los mensajes ni las llamadas”, aseguró la madre.
Según el OIJ, Salazar trabajaba como vigilante privado en el bar Bongos. En el caso de las mujeres, el OIJ señaló que ambas tomaron un bus de Limón, el jueves a las 7 p. m., para toparse con los hombres en el bar. Ellas dos quedaron en libertad luego de que se les tomó la declaración.
Por otro lado, señalaron que Montaño tiene antecedentes por violencia doméstica y, en el caso del maltés, habría ingresado al país el 5 de julio. Sin embargo, no hay entradas reportadas en Migración, por lo que se presume que llegó en forma irregular.
Sobre Roberto Carlos Salazar, tampoco hay movimientos migratorios registrados, pero sí una solicitud de refugio del 2011, que fue denegada, por lo que estaba de manera irregular en el país.
La Nación intentó obtener una versión de Marco Tulio Obando, gerente general del hotel de paso Ruta 32, pero informaron de que se encontraba fuera del país y nadie daría declaraciones a la prensa.