El aumento de homicidios por ajuste de cuentas no muestra signos de disminución en Puntarenas, así como la violencia y la crueldad. Durante la última semana, las autoridades atendieron al menos cuatro hallazgo de cadáveres que parecen llevar mensajes de advertencia entre organizaciones criminales que operan en la provincia porteña.
El caso más reciente tuvo lugar durante la mañana de este lunes, cuando los residentes de Fray Casiano, en Puntarenas, se encontraron una cabeza humana dentro de un saco de plástico como los utilizados para transportar verduras.
A su llegada, las autoridades acordonaron la escena para permitir que los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Puntarenas realizaran el levantamiento de los restos y llevaran a cabo un recorrido por la zona en busca del resto del cadáver. Empero, no hubo resultados positivos.
Fray Casiano y Chacarita se posicionan entre las comunidades más conflictivas y donde se han registrado 17 homicidios en lo que llevamos del año.
El otro hallazgo de este lunes ocurrió en Esparza, en un sitio conocido como la Roca de Caldera, donde la Policía recibió una alerta sobre la presencia de restos óseos de una persona en el lugar. Al llegar, los agentes observaron que el cuerpo había sido inicialmente quemado y estaba rodeado de animales carroñeros.
Estos dos casos se suman a los registrados el jueves en Miramar, cuando dos pescadores encontraron dos cadáveres quemados en bolsas plásticas. Y más atrás, el domingo 17 de setiembre, un vecino de Chacarita que paseaba al perro descubrió un cuerpo mutilado y decapitado detrás de la escuela de la localidad.
Carteles locales imitan crueldad instalada en otros países
Gustavo Mata, exjefe del OIJ, declaró a La Nación sostiene que la provincia está enfrentando una grave crisis de criminalidad y homicidios relacionados con ajustes de cuentas.
“Los pequeños carteles costarricenses están imitando a sus homólogos mexicanos, copiando tácticas como la desmembración de cuerpos, la decapitación y otras atrocidades. La situación en esa zona es extremadamente delicada, y lamentablemente, no veo una solución inmediata a este problema”, señaló el exagente.
Este tipo de mensajes se han vuelto cada vez más comunes en Puntarenas. El año pasado, un video que circuló en las redes sociales mostró a dos individuos encapuchados y con gafas oscuras cortándole una parte de la oreja a un hombre que estaba arrodillado y amordazado en el suelo.
Según Erick Villalba, criminólogo e exinvestigador del OIJ, tres organizaciones criminales han desestabilizado la seguridad en Puntarenas. “Estamos viendo cómo las organizaciones en Costa Rica están adoptando prácticas similares a las de los carteles mexicanos. Ya no se limitan a asesinar, sino que demuestran un odio y ensañamiento extremos en sus actos”, explicó Villalba.
El criminólogo destacó que la lucha territorial entre estos grupos es a vida o muerte, y los mensajes violentos son su forma de enviar un claro mensaje.
La semana pasada, miembros de la Policía de Control de Drogas (PCD) denunciaron que habían sido desplazados de puntos estratégicos como los muelles. Villalba explicó que esto podría facilitar el tráfico de drogas y la ambición a los narcotraficantes de controlar más territorios para el desarrollo de sus organizaciones delictivas.
“Los delincuentes realizan estudios e inteligencia. Si encuentran vulnerabilidades como la falta de escáneres o presencia policial insuficiente en una zona, la explotan, y esto es lo que estamos presenciando en Puntarenas esta semana”, concluyó.