Nancy Murillo Corrales, la educadora de 45 años asesinada el domingo en su casa, en Coto Brus, cantón fronterizo con Panamá, era una mujer “carismática, alegre y muy emprendedora” que “siempre buscó ser feliz”. Así la recuerda Laura Guzmán, trabajadora social y excompañera de la fallecida.
Murillo Corrales, directora de la Escuela de Fila San Rafael, en el distrito de Gutiérrez Braun, era oriunda de Pérez Zeledón y residía en el mismo distrito donde trabajaba. Según testigos, no se le vio durante el domingo, lo que llevó a personas cercanas a buscarla en su casa. Allí encontraron el cuerpo y alertaron a las autoridades.
Los primeros informes de la Policía indican que la víctima no presentaba heridas visibles de arma de fuego o arma blanca en su cuerpo, por lo que se sospecha que la muerte pudo haber ocurrido por asfixia. No obstante, será la autopsia la que determine las causas definitivas del deceso. Nancy era divorciada y no tenía hijos, según datos del Registro Civil.
La Fuerza Pública custodió la escena hasta que los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Corredores llegaron al sitio para realizar las pesquisas respectivas y el levantamiento del cuerpo, que se llevó a cabo en la madrugada de este lunes.
La Policía no descarta que se trate de un femicidio, pues la pareja sentimental de la directora no aparece y tampoco el vehículo de Nancy, un Suzuki Cross del año 2019, valorado en ¢7,8 millones. En redes sociales ya circulan fotos de ese carro blanco placas BSQ-914, con el fin de que la población ayude a encontrarlo. Al parecer, algunas otras de sus pertenencias de la docente también hacen falta.
Las autoridades también cuentan con fotografías del sospechoso, al que la docente había conocido hace aproximadamente dos meses. En caso de no dar con él en las próximas horas, podrían pedir ayuda a la ciudadanía para su localización.
El sueño de Nancy Murillo: Encontrar a alguien que la amara
Laura Guzmán dice que Nancy fue maestra durante varios años en el cantón de Talamanca. Estuvo en la escuela de Gandoca y luego pasó a la de Hone Creek, donde atendían a más de 700 estudiantes. Llegó a la zona en 2012, procedente de Coto Brus, y se retiró hacia ese mismo cantón en 2019. Era amante de los animales y tenía un perro que a menudo la acompañaba durante los mandados en su carro.
Añadió que ha sido un golpe muy fuerte para sus excompañeros y amigos. Desde el domingo por la noche, cuando le llegó la foto de ella por WhatsApp y la noticia de que la hallaron muerta, no pudo dormir más. Afirma que Nancy no merecía una muerte tan súbita, porque a pesar de tener un temperamento fuerte, no le hacía daño a nadie y siempre buscó ser feliz y encontrar a alguien que la amara.
Su sueño era volver a Coto Brus y conseguir una dirección, como al fin lo logró en la escuela de Fila San Rafael, donde tenía más de un año y medio como directora. Murillo impartía clases a un grupo por la mañana y a otro por la tarde. Además, tenía una tienda en Puerto Viejo de Cahuita. “Era una mujer que sabía coser muy bien y siempre vestía muy elegante” dijo Guzmán.
En la escuela de Fila San Rafael este lunes no hubo lecciones y más bien se coordina para que los docentes y estudiantes pudieran recibir charlas que les ayuden a elaborar el duelo. Justo al regreso de las vacaciones de medio periodo, se toparon con la noticia de la muerte de la directora. En Facebook, allegados escribieron mensajes de pésame para la familia de la educadora.
Estadísticas de homicidios contra mujeres en Costa Rica
De confirmarse las sospechas, la educadora sería la víctima femenina de homicidio número 38 en lo que va del año, cinco menos que en igual periodo del año pasado, según las estadísticas del OIJ. De esa cantidad, hasta el 13 de junio el Observatorio de Violencia de Género del Poder Judicial había clasificado 10 como feminicidios y al menos otros 20 están en investigación. En 2023 se registraron 22; en 2022, 23; en 2021, 20 y en 2020, 30 casos.
Entre los casos más recientes de mujeres fallecidas a manos de compañeros o excompañeros sentimentales, está el de Julieta Fernández Calderón, de 67 años, exfuncionaria del Ministerio de Seguridad. El sospechoso es un hombre que ella conoció un mes antes y que, al parecer, además de asesinarla, le sustrajo el vehículo y otras pertenencias. El sujeto, de apellido Martínez, está detenido.
Otro caso es el de Euleen Umaña Arguedas, de 39 años, cuyo cuerpo apareció semiquemado en el sitio conocido como el Quebrador, cerca de la desembocadura del río Barranca, Puntarenas, el 25 de junio. Por medio de tatuajes se le pudo identificar por parte de familiares que reconocieron el nombre de un sobrino de ella que tenía tatuado en el antebrazo izquierdo y la figura de un alacrán en su pie derecho.
Posteriormente, el 2 de julio, en Santiago de Palmares, Alajuela, apareció el cuerpo de Floribeth Monge Anchía, de 51 años, quien habría muerto por asfixia. El sospechoso del crimen es su pareja sentimental, un hombre de apellido Matarrita, de 47 años. El hombre indicó que la mujer se había quitado la vida, pero la investigación hace presumir otra cosa. Desde entonces, permanece detenido.
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