Grecia. Flor de María López Dávila tenía 44 años, era madre de cuatro mujeres y un varón, y el dueño de la finca donde trabajaba la describe como una excelente “peona”.
Al amanecer de este lunes, ella se convirtió en la víctima del femicidio número 18 de este año en Costa Rica. Al parecer, murió víctima de “múltiples” puñaladas que le propinó el hombre con quien tenía tres años de vivir en una casa ubicada en una finca en Rincón de Arias de Grecia, Alajuela.
El sospechoso, de apellido Rivas, de 41 años, huyó de la escena, pero minutos más tarde volvió para entregarse a las autoridades.
La muerte ocurre a 24 horas de que Marili Catalina Rojas Jiménez, de 44 años, fuera asesinada, al parecer, por su compañero, este domingo en Cariblanco de Alajuela. El sospechoso, de apellido Pérez, fue detenido en Nicaragua.
A Flor de María también la asesinaron a menos de una semana de que muriera a manos de su esposo Margarita Flores Castro, de 45 años, una profesora de Guápiles, Pococí. Este individuo, de apellido Venegas, permanece en fuga.
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"Nos confirma que estamos ante una emergencia nacional. Una situación de un país en donde decimos que somos un país de paz, del pura vida pero con una cultura patriarcal que ve como normal lo que no es normal. Se empiezan a normalizar conductas machistas que, en algunos casos, terminan con el asesinato de mujeres. El machismo hace daño, mata personas, mata mujeres.
“Ninguna de estas 18 mujeres asesinadas estaba sobrando. Todas hacen falta. Aquí nadie sobra en este país”, expresó Patricia Mora, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu).
Para ella, la violencia contra las mujeres no solo es un problema de seguridad ciudadana y de salud pública, sino también, está “manchando el desarrollo democrático de nuestro país”.
Buena ‘peona’
La pareja nicaragüense habría llegado a Rincón de Arias tres años atrás, según relató Carlos Ugalde, propietario de la finca donde residían.
Según Ugalde, él les autorizó a vivir y trabajar ahí con la condición de que dejaran de tomar licor, compromiso que habían cumplido sin problema, pues trabajaban en lo que se les pidiera y lo hacían muy bien.
"Vivían juntos desde hace mucho tiempo, desde que eran indigentes. Eran excelentes peones, excelente en todo. Nunca peleaban. Ellos se llevaban demasiado bien”, añadió.
Afirmó que Flor de María "era excelente trabajadora, mejor peona que cualquier hombre”.
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Aunque ella no vivía con sus hijos, estos la visitaban con frecuencia, lo mismo que el hijo de Rivas.
Para el finquero, los problemas comenzaron con la llegada de un amigo de la pareja, hace tres meses.
“Metieron a un señor hace como tres meses. Yo me enojé, yo no quería que estuviera ahí pero que ‘pobrecito’, explicó.
No obstante, al parecer con la presencia del amigo las cosas habrían cambiado, pues el hijo de Ruiz comentó al dueño de la finca que llegó a visitar a su papá y encontró a varias personas, hombres y mujeres, tomando licor en el rancho.
Se presume que el amigo, cuyo nombre no trascendió, también habría estado presente al momento del crimen. De hecho, fue él quien contó lo ocurrido.
Deylin Espinoza un lugareño que estaba en el parque de Grecia a eso de las 6 a. m. fue quien dio la alerta del crimen, luego de que un individuo se le acercara, le pidiera ayuda e incluso lo llevó a la calle cerca del lugar donde habrían ocurrido los hechos.
Entretanto, el sospechoso, al parecer, fue visto cuando caminaba hacia una estación de servicio de la zona. Allí, supuestamente, pidió dinero con el argumento de que tenía que viajar a Nicaragua. El hombre fue captado por cámaras de vigilancia a eso de las 6:40 a. m.
Luego, sin embargo, regresó para entregarse a miembros de la Fuerza Pública. Finalmente, quedó a las órdenes de autoridades judiciales.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) trabaja para establecer las circunstancias del crimen en medio de una supuesta riña.
En planes
Ante este hecho, Patricia Mora reiteró su llamado a la ciudadanía para evitar la indiferencia que hace “cómplices”.
Recordó que en agosto firmó un decreto con que declaró la violencia contra las mujeres como un problema de atención prioritaria. El documenta incorpora 40 acciones y obliga a todas las entidades estatales a que inscriban o fortalezcan programas para prevenir y atender estas agresiones.
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Se incluyeron la creación de nuevos Centros de Atención Integral y Albergamiento para mujeres y sus hijos e hijas (CEAAM), ampliación de comités locales de atención inmediata y seguimiento a situaciones de alto riesgo de femicidio (Clais) y la creación de nuevas Defensorías Sociales en zonas vulnerables.
Además, empoderamiento económico con mujeres jóvenes, capacitación a la policía comunitaria, mejoramiento del control de armas de fuego, fortalecimiento con la primera infancia, impulso a la aplicación sobre la Ley de relaciones impropias y a la promoción de nuevas masculinidades y de factores protectores frente a la violencia.
En Costa Rica, según estadísticas del 9-1-1, una mujer pide auxilio por violencia doméstica cada cinco minutos.
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“El Inamu está trabajando muy de cerca con sectores que tienen unos estereotipos de masculinidad tóxica, nocivas, donde parece que se afirman esas masculinidades ejerciendo la violencia contra las mujeres”, añadió.
El viernes 23 de noviembre se realizará una marcha para conmemorar el Día de la No Violencia Contra las Mujeres.