La mujer asesinada, cuyo cuerpo apareció el miércoles en el río Platanar, a su paso por Quebrada Azul de Florencia de San Carlos, murió de asfixia por sumersión (ahogada).
El dato lo confirmó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), que al mismo tiempo comunicó que el cuerpo solamente presentaba un golpe en la cara, entre la nariz y la boca. No tenía heridas de armas de fuego, arma blanca ni otros golpes o lesiones.
Estos fueron los principales hallazgos de la autopsia practicada a Shirley Natalia Pérez Barrientos, de 28 años.
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El cadáver apareció boca arriba en una orilla del río y tenía salveque amarrado a la espalda, lleno de piedras, que impidieron que el agua lo arrastrara. La víctima estaba desnuda, amarrada de pies y manos con cordones.
La Policía Judicial no quiso dar a conocer más detalles pues la investigación de este homicidio apenas tiene dos días y se está en el proceso de elaborar un estudio de la víctima, que hasta el momento se ha determinado era una persona que no tuvo problemas judiciales.
Pese al hermetismo policial, trascendió que las autoridades manejan un posible sospechoso, del cual no se dieron detalles, ni si tenía algún tipo de relación con la fallecida.
Las primeras investigaciones indican que la joven salió de su casa, por sus propios medios, el martes poco después de las 10 p. m. y fue una hija quien detectó su desaparición a eso de 1:30 a. m.
Ella llamó al esposo de Pérez, un hombre de apellido Navarro, que en ese momento trabajaba en un ingenio de caña de azúcar en Quebrada Azul. El hombre abandonó sus labores y regresó a la casa para sumarse, junto a otros vecinos, en la búsqueda de su pareja.
Finalmente, el cuerpo apareció el miércoles a las 6:30 a. m.. Estaba aproximadamente a un kilómetro de distancia de donde habitaba con su esposo.
Shirley Pérez era madre de tres hijos y se había casado con Navarro el 7 de diciembre del año anterior, según datos del Registro Civil. Ella se dedicaba a oficios domésticos y de acuerdo con su cuenta en la red social Facebook, había estudiado en el Colegio Técnico Profesional de Guatuso y en el Colegio Diurno de Florencia.
Por el momento la policía judicial no ha determinado ningún nexo de este caso con la muerte de una muchacha de 17 años que apareció ahogada, el domingo 5 de abril, con marcas en el cuello y en ropa íntima, en una quebrada en Valle Azul de San Ramón, Alajuela.
Estos homicidios se registraron en un lapso de 17 días y entre ambas comunidades hay una distancia de kilómetros.
Se debe recordar que en marzo del 2018, otra mujer identificada como Maritza Vargas había sido asesinada en Florencia de San Carlos y el cuerpo lanzado al río Platanar. Por ese crimen se había detenido a un peón agrícola de apellido Guadamuz, de 20 años.
La víctima tenía unos 25 años, era de nacionalidad nicaragüense y el cuerpo presentaba múltiples heridas de arma blanca.