“Me mataron a mí también”. Así se siente Carlos Fernández, luego de que dos hombres asesinaran de varios disparos a su nieta de 4 años y a su hija Kristtel Fernández Quesada, de 21, la noche de este martes en un apartamento de barrio Limoncito, en Limón.
En medio de lágrimas, este hombre recuerda cómo era su nieta, así como la última conversación que tuvieron unas horas antes del doble homicidio. Don Carlos contó que iba llegando a su casa cuando se topó a su nieta y a su hija, quienes iban de salida.
“Me dice: ‘Voy a dormir con mamá hoy, papi. No te voy a dejar solo, mañana vengo y duermo contigo’“, recordó el abuelo
Después de eso, él le dio a su nieta una leche que le había comprado y ellas se marcharon, no sin antes darle un abrazo y un beso de despedida. “No se ponga triste, papi; yo mañana vengo”, le dijo la niña, quien iba a pasar la noche con su madre en una nueva casa, en Limoncito.
Horas más tarde, Kristtel y su hija fueron asesinadas, cuando dos sujetos con armas de fuego irrumpieron en la vivienda. A la niña le dispararon en la cabeza y a su madre, en pecho y abdomen, según informó la Cruz Roja tras valorarlas y declararlas fallecidas.
El crimen hizo que los sueños de este abuelo con su nieta quedaran truncados y ahora recuerda con dolor el momento en que la niña le prometió que volvería a estar con él.
“No vino más y ya no va a venir más”, expresó con dolor don Carlos, quien describió a su nieta como una niña “muy cariñosa” y como “lo mejor que Dios le dio” en estos últimos cuatro años.
“Estamos perdiendo bebés”
Durante los primeros cuatro meses de este año, la provincia Limón registra 60 de los 271 asesinatos ocurridos en todo el territorio nacional, lo que representa un 22,5% del total. Solo San José la supera en esta dolorosa estadística, con 70 homicidios.
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), la mayoría de estos crímenes están asociados a ajustes de cuentas. Ahora las autoridades indagan los motivos detrás de este doble crimen y, por el momento, don Carlos prefiere no especular sobre si el homicidio fue a consecuencia de una venganza, para no entorpecer la labor de los agentes judiciales. Asimismo, sostuvo que su hija no era como algunas personas la han descrito.
Don Carlos fue enfático en afirmar que la seguridad de Limón no ha bastado para detener la criminalidad que los acecha.
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“Limón necesita una intervención seria, no esos pichuleos que están haciendo. Ya, que por favor vengan como tiene que ser, porque si no, eso va a seguir pasando y ya vemos que estamos perdiendo bebés”, exclamó don Carlos.
En marzo anterior, Marlon Cubillo, director de la Fuerza Pública, detalló que en Limón hay aspectos históricos, geográficos y culturales que diferencian a esa provincia del resto del país, y estos factores inciden en sus altos índices de homicidios.
Citó Cieneguita, Los Cocos, Limoncito, Atlántida, Pacuare, Moín y Los Lirios, entre las comunidades más afectadas por el crimen organizado, el narcotráfico y los homicidios, así como por la delincuencia común.
Otro inocente
Esta niña de cuatro años fue víctima colateral en este crimen y, en lo que va del 2024, las autoridades suman un total de 15 menores asesinados.
El pasado 24 de marzo, Leandro Rodríguez Alvarado, un joven de 15 años, hogareño y aficionado a los videojuegos, estaba con un tío en un taller en Alajuelita, mientras esperaban el arreglo de la llanta de una motocicleta, cuando dos pistoleros lo confundieron con otra persona y le dispararon.
Leandro falleció el 26 de marzo en el Hospital San Juan de Dios, en San José, dos días después de la agresión. Su padre dijo a este medio que recibió 13 disparos.