Entre setiembre del 2022 y setiembre del 2023, al menos 105 adultos mayores fueron abandonados por sus familiares, según datos de la Sección especializada en violencia de género, tráfico de personas y tráfico ilícito de migrantes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
La mayoría de estas denuncias se presentaron en Cartago. No obstante, San José es la zona donde más ancianos son abandonados, esto por la densidad de población en la capital. Así lo confirmó el investigador de la Sección, Roberto Pérez, en una conferencia de prensa sin desglosar los datos.
Según Pérez, el delito más común relacionado con los adultos mayores es el abandono, pero también existen denuncias por agresiones físicas, sexuales, psicológicas y explotación. De hecho, durante el último año, las autoridades registraron 61 denuncias por violencia física contra personas de la tercera edad.
“Estas denuncias generalmente no se registran inmediatamente a nivel de OIJ, sino que nacen en el Ministerio Público, en las fiscalías correspondientes y luego la Fiscalía le solicita al OIJ la investigación”, explicó Pérez.
Algunas de las denuncias provienen de reportes al 9-1-1, referencias de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) por abandono en centros de salud e informaciones confidenciales.
Cada mes, la oficina en la que Pérez se desempeña recibe entre 25 y 30 denuncias por abandono de adultos mayores, lo que representa entre el 20% y 25% del total de casos.
Según el artículo 142 del Código Penal, puede ser sancionado con una pena de diez días a cien días multa o de uno a seis meses de prisión quien “teniendo el deber de cuido abandone a una persona adulta mayor en condición de vulnerabilidad, poniendo en peligro su vida o su integridad física o psicológica”.
Cuando el abandono resulta en la muerte del adulto mayor, el acusado podría enfrentar una pena de seis a diez años de prisión.
El abandono ocurre tanto en hogares como en centros médicos, especialmente durante las vacaciones, cuando los familiares aprovechan para dejar solos a sus adultos mayores y desentenderse de ellos por varios días.
“En estos casos, los servicios de trabajo social de los hospitales y de la Caja nos informan las circunstancias a nosotros o al Ministerio Público para iniciar una investigación”, indicó Pérez.
Según el investigador, al iniciar una pesquisa por abandono del adulto mayor, una dificultad común es que el ciudadano de oro niegue su situación, ya que los victimarios suelen ser familiares directos, por lo que prefieren no denunciar.
En estos casos, las autoridades recurren a entrevistas con vecinos y testigos para obtener la información necesaria.
El abandono no se limita a una clase social, pues hay casos en los que el adulto mayor descuidado tiene una buena situación económica y otros en los que son personas de escasos recursos.
No obstante, según los registros, los ancianos desamparados son generalmente aquellos que necesitan asistencia para realizar tareas básicas como caminar, ir al baño o comer.
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