Al informar que el año 2024 cerró con 880 homicidios como cifra oficial preliminar, el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Randall Zúñiga, afirmó que considera poco probable lograr una disminución significativa de los asesinatos a corto plazo.
Explicó que, a pesar de los esfuerzos desplegados al máximo en el año recién concluido, solo se logró reducir en 25 el total de asesinatos en comparación con 2023, que registró 905 casos, la cifra más alta en la historia del país.
El jefe policial sostuvo que esta disminución del 2,7% no es motivo para “lanzar campanas al viento”, ya que la población no debe acostumbrarse a cifras cercanas a los 900 homicidios, como ha ocurrido en los últimos dos años. Recordó que, antes de 2021, el número de crímenes no superaba los 600.
El 2024 cerró con 880 homicidios
Con 250 muertes San José concentró el 28% del total de asesinatos
FUENTE: OIJ || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
De los 880 asesinatos documentados, el 70% corresponden a ajustes de cuentas (615), muchas veces asociados a crimen organizado, como narcotráfico y lavado de activos. Le siguen las riñas, con el 13,5% del total (119) y en tercer lugar los fallecidos durante la comisión de otro delito, como un asalto, que sumaron 57, el 6,5% del total.
Durante el año murieron 78 mujeres, cinco más con respecto a los datos del 2023. De ese total documentado, 33 fallecieron por violencia doméstica. Además, como ha sido lo común en los últimos años, el 42% de los fallecidos son hombres entre 12 y 29 años.
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El jefe policial lamentó que, en los últimos años, ha venido aumentando la comisión de homicidios a manos de sujetos en moto, pues la cifra pasó de 43 en el 2021, a 208 el año pasado. Por eso urgió que se aprueben iniciativas de ley que restrinjan la circulación de dos personas en moto en los horarios en los que más ocurren asesinatos.
Las muertes colaterales aumentaron de 52 a 54 entre el 2023 y el 2024. De estas, 42 correspondieron a hombres y 12 a mujeres, entre los cuales se incluyen ocho menores de edad (siete niños y una niña). Los pistoleros dispararon de forma indiscriminada en lugares como escuelas, paradas de autobuses, plazas, talleres, vehículos, viviendas, barberías, bares y lavacares.
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La tasa de homicidios cerró en 16,6 por cada 100.000 habitantes, consolidándose entre las más altas de Centroamérica.
Para proyectar cómo podría comportarse este nuevo año, el OIJ se basa en los 153 homicidios registrados durante los dos últimos meses de 2024 y en los decesos que se contabilicen en los primeros dos meses del 2025, que en los primeros tres días ya contabiliza tres casos.
“Yo no veo un cambio a corto plazo en lo que está sucediendo.” afirmó Zúñiga, quien dijo que van a permanecer varias semanas en una operación especial en Batán, donde recientemente varios delincuentes dispararon contra la oficina regional del OIJ y mataron a un oficial de la Fuerza Pública, pero en algunas semanas deberán dejar la zona porque el presupuesto es limitado.
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Durante la conferencia de balance del 2024, Zúñiga agregó que hay tres mujeres y 12 hombres desaparecidos, cuyos casos el OIJ presume que están relacionados con muertes violentas. Sin embargo, al no encontrar los cuerpos, no pueden sumarse a los 880 homicidios reportados.
Algunas de estas desapariciones podrían estar vinculadas a disputas entre bandas narcotraficantes, conflictos personales u otras causas. Entre estas personas figuran Nancy Margot Chacón Jiménez, de 35 años, quien desapareció el 24 de marzo tras salir de su casa con destino a un baile en La Fortuna; una mujer indigente de Nicoya involucrada en un conflicto con un grupo criminal; y otra mujer que desapareció en Limón.
2025, un año complejo
El jefe policial advirtió que 2025 será un año complejo debido al contexto preelectoral, que podría polarizar los criterios y politizar el tema de la seguridad para ganar votos.
“Cada homicidio o cada situación se va a politizar muy probablemente, y en eso el OIJ queda de por medio”, afirmó. No obstante, reiteró que el Organismo continuará trabajando por la seguridad ciudadana al margen de la política, ya que Costa Rica no merece cifras tan elevadas de homicidios.
Zúñiga hizo un llamado a mantener el fortalecimiento de los cuerpos policiales, ya que constituyen el principal mecanismo para reducir los homicidios en el corto plazo. Subrayó que las leyes tienen un efecto más notable a mediano y largo plazo.
Durante el año, el OIJ llevó a cabo operativos intermitentes en el Caribe y Puntarenas para contener la creciente ola de homicidios. Sin embargo, la falta de presupuesto para viáticos y horas extra limitó la sostenibilidad de estas acciones a largo plazo.
Zúñiga destacó que Limón no puede descuidarse, ya que cada vez que se desarticula una banda, otra surge para ocupar su lugar, generando pugnas violentas. En el Valle La Estrella, el OIJ desarticuló una organización meses atrás, pero una de sus integrantes, que evitó prisión preventiva, fue asesinada el 12 de noviembre en barrio Bambuzal, en el contexto de disputas por territorios para el narcotráfico.
San José pagó consecuencias de falta de recursos
Según las estadísticas oficiales, San José registró 250 homicidios en 2024, lo que representa el 28% del total. Esta cifra es la segunda más alta en la historia de la provincia, solo superada por los 258 casos de 2015. Aunque entre 2019 y 2022 los homicidios se mantuvieron por debajo de los 200, en 2023 aumentaron a 220, y el año pasado hubo 30 casos más.
Zúñiga señaló que San José fue la provincia más sacrificada, ya que gran parte de su personal fue enviado a reforzar las zonas costeras, así como Turrialba, Santa Cruz, Nicoya y otros puntos críticos. Las disputas entre organizaciones criminales en Hatillo, Pavas, la Uruca, Alajuelita, San Sebastián y el centro de la capital incrementaron la criminalidad en la provincia.
El director del OIJ explicó que se dio prioridad a Limón porque desde allí se abastecen otras regiones. Controlar la provincia caribeña permite cortar las líneas de suministro de drogas hacia el norte, Sarapiquí y otras zonas. Señaló que algo similar ocurre con las bandas de Puntarenas, que buscan expandirse hacia Guanacaste.