Una organización liderada por un reo y a la que se le atribuye el robo de 27 vehículos en los últimos dos años fue desmantelada, la mañana de este martes, en un operativo desplegado por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
En total, fueron siete allanamientos realizados en diferentes puntos de Alajuela y en Belén, Heredia, los que permitieron la detención de seis supuestos miembros de la banda, aunque la Policía Judicial anda en busca de más sospechosos.
Cuatro de las intervenciones se ejecutaron en Alajuela (tres casas y un predio). Otro allanamiento se hizo en una vivienda en Belén, otro en una casa en Grecia y el último en un taller en Sarchí.
El supuesto cabecilla, de apellidos Gatgens Chacón y de 30 años, desde enero cumple prisión preventiva por homicidio en la cárcel Terrazas, en el complejo La Reforma, en San Rafael, Alajuela. Como parte del operativo, el sujeto fue trasladado este martes a la Fiscalía para la apertura de un nuevo expediente.
La organización, según detalló el OIJ, había reclutado al dueño de un taller ubicado en Grecia, de apellidos Sáenz Hernández, de 36 años, para que recibiera los vehículos robados y los modificaba para venderlos por medio de Facebook a personas de buena fe, como si fueran autos nuevos.
Sáenz Hernández fue, precisamente, una de las personas capturadas durante los allanamientos.
También quedó detenido en Canoas de Alajuela un hombre identificado con los apellidos Cartín Cordero, de 37 años, quien supuestamente trasladaba en un auto a los ladrones al sitio del robo y se quedaba vigilando en su vehículo por si llegaba la víctima.
Otros detenidos fueron un hombre de apellidos Clark Umaña, de 26 años, quien al parecer era el encargado de abrir los vehículos, otro apellidado Alfaro Martínez, de 28 años, quien supuestamente tramitaba los documentos de los autos para ponerlos al día y venderlos.
Horas después de los allanamientos, fue capturado un taxista apellidado Hernández Jiménez, de 56 años, quien aparentemente también se dedicaba a tramitar el papeleo de los automotores.
La Policía anda tras la pista de un sétimo sospechoso de apellidos Rojas Espinoza, de 26 años, quien es la supuesta mano derecha del líder y cuya casa fue allanada este martes, pero él no estaba allí.
Durante los allanamientos fueron decomisados en el taller dos autos que habían sido reportados como robados, uno de ellos presentaba alteraciones. También se hallaron prendas con las que habían sido identificados los sospechosos, machotes de llaves para abrir vehículos, herramientas y documentos falsos.
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¿Cómo operaban?
Wálter Espinoza, director del OIJ, afirmó este martes que la banda actuaba principalmente en el centro de San José, pero también extendió sus operaciones hacia la provincia de Alajuela y el cantón de Pérez Zeledón.
Espinoza explicó que el taller adquiría vehículos declarados en pérdida total, lo que les permitía adquirir calcomanías, placas y números de identificación vehicular.
Una vez con esos datos, los antisociales elegían el auto que necesitaban y planeaban el robo. El grupo utilizaba llaves falsas, quebraba ventanas o se aprovechaba de descuidos para robar los carros.
Una vez en su poder, estacionaban los vehículos sustraidos en puntos como Hatillo y zonas solitarias de Alajuela para “enfriarlos”, es decir, alejarlos de la zona del delito y evitar de esa forma ser descubiertos mientras transitaban por las calles.
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“Una vez que el vehículo había sido sometido a este enfriamiento, era trasladado a un predio ubicado en Desamparados de Alajuela, o a un taller situado en Sarchí, donde les colocaban las placas que habían previamente obtenido.
“Les insertaban los ‘stickers’ de identificación, y además les alteraban los números de VIN, que son los datos de identificación de cada uno de los automotores”, detalló Espinoza.
Aseguró que esta banda contaba con una estructura muy fuerte, actuaba a distintas horas del día, era muy eficiente al sustraer los carros y además contaba con un esquema comercial para generar ganancias prontas luego de los robos.