El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó el hallazgo de un cadáver esquelético en el lugar donde siete hombres fueron asesinados, el pasado 2 de marzo, en Matama de Limón.
La Policía Judicial fue alertada este viernes por trabajadores de la finca, conocida como Los Pinto, de que en una zona boscosa percibían un mal olor. Tras un rastreo profundo con la unidad canina, oficiales de Fuerza Pública y agentes del OIJ encontraron el cuerpo en estado de descomposición.
Desde el día de la masacre se había reportado una persona desaparecida, un hombre de apellidos Bell Arias; sin embargo, por el estado del cuerpo no se puede identificar a simple vista. El cuerpo fue trasladado a la Morge Judicial donde se le realizará un examen de ADN para determinar si se trata del sujeto desaparecido.
Asimismo, la autopsia esclarecerá las causas de la muerte del sujeto y si se trata de una octava víctima de la masacre.
La propiedad donde ocurrió el homicidio múltiple le pertenece a la sociedad de un hombre de apellido Picado, alias Shock, quien en expedientes judiciales aparece como amigo de Danny Hernández Fernández, alias Ratón, uno de los siete asesinados en el ataque y quien contaba con un amplio expediente judicial.
Las otras seis víctimas confirmadas eran Leonardo Bonilla Pérez, de 39 años; Alejandro Salazar López (26), Michael Kelly Davis (29), Royandy Cook Beckford (21), Divan Luis Michel Bustos (34) y José Bernardo Montoya Arias (51).
Montoya Arias era un trabajador de la finca, quien fue encontrado a algunos metros de los otros seis. Estos últimos se trasladaban en un vehículo cuando fueron interceptados por los sicarios, que los bajaron del auto y les dispararon. Shock, quien estaba en la finca ese día, al parecer era el objetivo del ataque, pero logró huir luego de escuchar los balazos contra las víctimas.
Los sospechosos de este ataque identificados hasta el momento son tres venezolanos de apellidos Pantoja Jiménez (28 años), Zapata Díaz (23) y Duarte Tovar (35), así como un costarricense, apellidado Arias Solano, de 34 años.
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Ellos fueron detenidos el mismo día del crimen, en diferentes circunstancias. Pantoja y Arias fueron capturados en un Range Rover rojo, luego de chocar con la góndola de una vagoneta en la localidad de New Castle, a unos cuatro kilómetros de la escena del crimen.
Díaz y Tovar, por su parte, se metieron a una casa a cambiarse de ropa en su intento por escabullirse de la policía, sin embargo, fueron arrestados mientras caminaban en el sector de Westfalia.
Al día siguiente del crimen, el OIJ reportó que los tres venezolanos entraron recientemente al país de manera ilegal, lo que es considerado un comportamiento inusual en homicidios y da indicios de que se trató de un ajuste de cuentas.