La brutalidad con la que operaba una banda en Garabito de Puntarenas quedó patente con el descubrimiento de los restos de al menos cuatro personas esta semana por parte de la Policía Judicial, en el fondo de dos tanques llenos de agua en una finca privada en Las Parcelas de Herradura.
Este cantón, reconocido por su belleza natural que atrae visitantes a playas como Jacó, Herradura, Punta Leona y playa Hermosa, está siendo cada vez más frecuentado por grupos del narcotráfico en busca de una clientela adinerada para distribuir la creciente cantidad de cocaína que llega al país y se queda aquí como medio de pago a cambio de trabajos de logística en la cadena de venta y distribución de estupefacientes.
En paralelo al problema de las drogas, en Garabito se ha observado un aumento de la delincuencia, según denuncia Anyelo Hernández, coordinador de Seguridad de la Policía Municipal de este cantón puntarenense. Hernández afirma que las denuncias por hurtos, tachas de vehículos y robos han aumentado de 39 en enero del año pasado a 73 en enero de este año.
En los últimos tres años, en promedio, se registra un asesinato por mes, la mayoría relacionados con disputas entre bandas narcotraficantes y ajustes de cuentas entre pandillas o al interior de ellas. Solo en enero de este año se reportaron tres homicidios y ahora se suma al hallazgo de al menos cuatro cuerpos, cuyo tiempo de permanencia en los tanques de agua en Las Parcelas de Herradura se desconoce, elevando a siete el número de muertos en menos de 50 días de este 2024.
Según el criminólogo Gerardo Castaing, exjefe del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), lo sucedido en Las Parcelas es un síntoma de lo que está ocurriendo en la sociedad, con un deterioro total de valores y una falta de respeto por la vida e incluso por la autoridad policial. Castaing asevera que muchos viven sin límites y no se ajustan a las normas.
Además, agrega que Jacó es atractivo para los grupos criminales debido al mayor consumo y venta de drogas en las playas, donde estas se comercializan a precios más altos. Este mercado resulta muy lucrativo para los grupos criminales, pero cuando llegan organizaciones narcotraficantes de otras partes del país, surgen conflictos con las bandas locales. Este patrón se repite en todas las playas concurridas, como Coco y Tamarindo en Guanacaste, lo que genera más violencia.
Casos como el de Las Parcelas de Herradura se vuelven ejemplos didácticos, afirmó Castaing, al señalar que otros grupos observan estos acontecimientos y buscan emularlos. Si la Policía no logra prevenirlos ni identificar a los responsables, o si envían a los líderes a la cárcel sin evitar que continúen dirigiendo desde allí, otros seguirán el mismo camino, subrayó.
Según el experto, el futuro se presenta aún más sombrío, ya que la escalada de homicidios continúa, lo que obligará a la sociedad a prepararse y a cambiar sus patrones de comportamiento. “Hay áreas donde las personas tendrán que considerar la compra de chalecos antibalas para uso diario, porque los gobiernos han sido incapaces de resolver el problema de la criminalidad”, expresó.
Castaing enfatizó que lo que la gente realmente desea es que se proteja su vida y la de sus seres queridos, y no simplemente que luego el OIJ llegue y les informe quién los mató; eso carece de sentido.
Dos fiscalías lo seguían
Mauricio Boraschi, fiscal adjunto, explicó que la Fiscalía contra el Narcotráfico llevaba meses investigando a la banda liderada por un nicaragüense de apellido López González, alias “Oso”. Sin embargo, cuando ocurrió la emboscada en la que presuntamente miembros de ese grupo asesinaron al policía Bryan Josué Rivera, el 25 de enero, tuvieron que adelantar los allanamientos previstos para la semana siguiente a ese crimen.
Alias “Oso” está siendo investigado por narcotráfico, secuestros, extorsiones y amenazas, incluidas las dirigidas durante su campaña electoral al alcalde electo de Garabito, Francisco González. Además, la Fiscalía de Jacó está investigando al grupo de “Oso” por la venta de drogas, secuestros, coacciones, amenazas agravadas y un intento de homicidio ocurrido el 2 de enero en Orotina. También se les atribuyen varias desapariciones de personas en la zona.
Cuando las líneas de investigación de las fiscalías de narcotráfico y la de Jacó se cruzaron, lograron llegar a los tanques subterráneos de una finca en Las Parcelas, donde se encontraron los restos humanos, algunos de los cuales podrían ser de bandas rivales, como la conformada por varios colombianos.
Además, se descubrieron dos cuerpos que aparecieron en estañones plásticos pocos días después de la muerte del policía. Aparentemente, la banda pretendía arrojarlos en los tanques, pero todo coincidió con el asesinato del oficial de la Fuerza Pública y el refuerzo policial en la zona.
Los cuerpos correspondían al nicaragüense Francisco Mejía Díaz, alias “Chayanne”, de 31 años, y a su novia Alannis Menéndez Monge, de 19. Mejía era el hombre de confianza de “Oso” y sicario de la banda, pero por razones que se investigan, la misma banda lo eliminó junto con su pareja.
Además de López González, el cabecilla, los allanamientos permitieron la captura del nicaragüense Martínez Paladino (alias “Tuerto”), así como de otros posibles cómplices apellidados Salmerón González, Vega Rodríguez, Ruiz Mayorga y Meira Pérez. Todos están cumpliendo seis meses de prisión preventiva.
Anyelo Hernández, de la Policía Municipal, considera que falta contundencia en las medidas cautelares que se imponen a los grupos criminales, lo cual desmotiva, ya que hay personas a las que se les ha incautado armas y drogas y, después de ser llevadas ante la Fiscalía hasta tres veces, vuelven a quedar en libertad horas después para reincidir en el delito.
Afirma que esto mina el respeto hacia las autoridades y por eso aplaude el proyecto que está a punto de entrar en la corriente del plenario legislativo, el cual agrega nuevos criterios para dictar prisión preventiva. Mientras tanto, continúan con el apoyo de la Policía de Migración y la Policía Turística para realizar operativos constantes en el cantón, principalmente en las zonas más concurridas.