“Lo que debemos hacer es que este evento único nos brinde la oportunidad de hacer un cambio en la sociedad y de transformar en algo positivo este momento de indignación, tristeza, impotencia y dolor (...).
“Estoy de acuerdo en empoderar a las mujeres; sin embargo, la contraparte es la actitud del hombre, que pasa por cosas tan pequeñas como ser conscientes de que los chistes machistas o el intercambio de fotos de mujeres desnudas no está bien, tenemos un concepto equivocado de lo que debe ser un hombre”.
Con esas palabras explicó Óscar Morera Herrera, padre de Eva Morera Ulloa, su sentir luego de que un joven de 24 años, de apellidos Garita Oviedo, matara de un balazo en las espalda a su hija.
El crimen se registró el viernes anterior en horas de la tarde en San Pablo de Barva, Heredia.
Para Morera, especialista en mercadeo digital, una situación tan trágica como la muerte de su hija puede llenarlo de diversas emociones, pero es una decisión personal dejar que estas lo gobiernen o no.
Afirma que desconoce si hay una forma correcta de sobrellevar el dolor, pero considera que el haber perdido otro hijo hace 20 años le da más herramientas para afrontar el duelo.
“Es el segundo hijo que perdemos, el otro murió de 3 años, en circunstancias diferentes. La gente podría estar de acuerdo con que no hay nada más terrible que un padre entierre a un hijo y a nosotros nos ha pasado dos veces.
“La primera vez que pasé por esta experiencia tan dolorosa, que dura para toda la vida, tomé decisiones incorrectas, entonces creo que eso me da claridad y capacidad de escoger cuáles emociones me van a gobernar y quiero que sean el amor, la compasión y la empatía y transmitirlas a la sociedad para mejorar las herramientas de protección de las mujeres, la administración de justicia y la educación de los jóvenes, tenemos que cambiar de actitud”, manifestó.
Este hombre de 49 años recordó a Eva como una muchacha valiente y rebelde, quien formó parte de la solución de la violencia contra las mujeres, pero que a la vez fue incapaz de romper su propio círculo.
La joven, de 19 años, estudiaba Trabajo Social en la Universidad Latina, realizaba su práctica profesional en el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y se caracterizaba por la lucha y defensa de los derechos de las mujeres.
“La mamá de Eva y yo teníamos muy presente el terror de que este iba a ser el desenlace de la historia. Es una historia de terror de seis años que se materializó, entonces creo que hay mucho espacio para mejorar, reforzar y hacer cambios en el sistema, las instituciones y las relaciones familiares. Somos los hombres los que las victimizamos, los que las ignoramos, los que las matamos y al final las culpamos también”, aseguró Morera, sereno, sentado en una silla del comedor de su casa, ubicada en Santa Ana, San José.
Él y la madre de Eva, Alina Ulloa Hernández, están divorciados desde el 2012, por lo que ellas vivían en San Pablo de Barva.
Salida tempranera
Morera contó que el viernes su hija salió de la casa temprano y le dijo a su mamá que iría a la universidad; no obstante, pasó donde su pareja y en la tarde sobrevino la tragedia.
Hace tres semanas, contó, Eva acudió al Juzgado a pedir medidas cautelares contra quien días después se convertiría en su homicida, debido a que este la agredió físicamente a ella y al niño que tenían en común.
“Se supone que Eva iba para la universidad, pero desde que salió temprano se fue a ver con él (Garita). Este tipo de situaciones demuestra que el problema de una relación de violencia, de una espiral de violencia, es tan complejo que ella (Eva) a pesar de ser una muchacha valiente y luchadora fue incapaz de romper su propio círculo de violencia”, dijo.
Considera que en casos de violencia, las autoridades deben hacer un análisis de riesgo para determinar qué tan expuesta se encuentra una víctima.
Además, recalca que así como se deja al agresor sin acceso a la víctima, debería existir un mecanismo en el que se limite el acceso de la mujer agredida al victimario.
“Era evidente que en el caso de Eva había un riesgo muy alto, pero no existen herramientas para atacar el problema con la severidad y la urgencia que se requiere (...). Debería existir un mecanismo para la familia y para las instituciones que dan seguimiento a los casos, más en este caso que el perpetrador del crimen tenía antecedentes de agresión y era violento”, aseveró.
Morera contó que también su exesposa y su otra hija eran víctimas de la violencia de Garita porque el hombre ingresaba a la casa y las amenazaba.
Conciencia social
Don Óscar llamaba a Eva su princesa rebelde porque siempre estaba con una sonrisa en la cara, positiva y dispuesta a ayudar.
Recordó que en el kínder se enojó porque sus compañeritos estaban matando renacuajos, por lo que le dijo a la maestra y esta le pidió exponer sobre la importancia de los animalitos.
Para él si se logra hacer un cambio en la mentalidad y con esto una muchacha se salva, se estará salvando todo un universo y eso lo haría sentir satisfecho.
El Grupo Barvak Cultura convocó a una marcha en honor a las fallecidas por feminicidios el próximo domingo 10 de noviembre al mediodía.
El recorrido saldrá del colegio Rodrigo Hernández Vargas y finalizará en el parque central de Barva.
“Somos el grito de las que ya no están”, se denomina el movimiento.
Durante este 2019 se registran 11 femicidios, lo cual equivale a un caso cada 27,72 días.
Además, 16 menores de edad han perdido a sus madres en estos hechos.