Limón alcanzó el año pasado cifras históricas de homicidios y la tendencia sigue al alza en lo que va del 2022. Por esta razón, la Fuerza Pública multiplica las estrategias para reducir el flagelo y apuesta por alianzas con otros cuerpos de seguridad, represión callejera y estrategia policial.
De acuerdo con el viceministro de Seguridad Pública, Daniel Calderón, ese puerto tiene dos muelles que atraen a organizaciones criminales que tratan de mover grandes cantidades de droga hacia Europa y Estados Unidos. “Claramente lo que tenemos ahí es un problema de crimen organizado. Necesitamos articular mejor con la Policía Judicial e incluso con nuestra Policía de Control de Drogas (PCD), para ver si logramos impactar de una manera contundente a esas estructuras”, dijo.
La presencia de sicarios o pistoleros a sueldo contratados por esas agrupaciones para la venta y movilización de drogas, origina esa espiral de violencia que golpea los seis cantones de la provincia, pero principalmente Limón, Pococí y Guácimo.
Según las cifras del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), la provincia caribeña tiene hasta ahora 83 de los 340 homicidios que hasta este martes han ocurrido en todo el país, es decir, el 24%. Esa cantidad supera en 12 casos la que había igual periodo del año pasado (71).
Según el viceministro Calderón, a raíz de casos como el de marzo en Matama, con ocho muertos, se reforzó con más de un centenar de policías la provincia. El objetivo es realizar labores de control y prevención de acuerdo con el análisis de cada una de las zonas, lo que ha permitido sacar de las calles muchas armas de fuego, principalmente en regiones de alta incidencia delictiva. “Se trabaja en control de carreteras y se ingresa a barrios donde la Policía tiene objetivos específicos “, agregó.
Emboscada y récord
En cuanto a casos múltiples, es decir, escenas donde la Policía encuentra más de un fallecido en el mismo lugar, de los 21 casos registrados en el país, nueve han ocurrido en el Caribe. Precisamente, la de Matama es la masacre más grande de la que se tenga registro en nuestro territorio, con ocho víctimas que fueron emboscadas en finca Los Pinto.
Entre los fallecidos esa vez estuvo el líder narco Danny Hernández Fernández, conocido como Ratón. Al igual que él, otras tres víctimas habían afrontado juicios por drogas y homicidios, tal es el caso de Leonardo Bonilla Pérez, Alejandro Salazar López y Divan Michell Bustos. Los otros fallecidos ese día fueron Michael Kelly Davis, Royandy Cook Beckford y el constructor José Bernardo Montoya.
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El 11 de marzo, nueve días después de que aparecieran los primeros siete cuerpos, vecinos alertaron sobre una víctima más de la emboscada, cuyo cadáver apareció en una zona boscosa y fue identificado por el OIJ como de apellidos Bell Arias, de 42 años, quien sería el ayudante del constructor que levantaba una cabaña en la finca, propiedad de Luis Manuel Picado Grijalba.
Tres venezolanos sin registro de entrada legal a nuestro país, de apellidos Pantoja Jiménez, Zapata Díaz y Duarte Tovar, fueron detenidos como sospechosos de sicariato, lo mismo que un costarricense de apellidos Arias Solano.
Para Daniel Calderón, está muy clara la vinculación de bandas organizadas con esos asesinatos, pues al revisar el historial delictivo de las víctimas y de los gatilleros detenidos, en su mayoría tienen expediente por drogas.
Incluso el caso ocurrido el 1.° de mayo pasado en el parqueo del Centro Educativo María Inmaculada, en barrio la Colina, cuando un sujeto llegó a dejar a su hija y fue abatido a balazos, se investiga como un ajuste o venganza entre pandillas. El fallecido ese día fue Ronny José Dobrosky Rojas, de 38 años, detenido a inicios de marzo del 2020 como sospechoso de liderar una organización criminal dedicada al narcotráfico en la que también estaba Danny Hernández Fernández, alias Ratón.
El fallecido portaba tobillera electrónica pese a que desde años atrás había sido detenido en La Uruca, en San José, mientras trasladaba ¢137 millones en efectivo dentro de un vehículo. Se le procesó por lavado de dólares.
El caso múltiple más reciente en Limón tuvo lugar el pasado 9 de julio, cuando cuatro sujetos fueron ultimados en una vía pública de Corales 3 de Limón, donde otras cuatro personas resultaron heridas de bala y trasladadas al Hospital Tony Facio.
Entre los fallecidos ese día estuvo Eddy Vega Sánchez, de 36 años, quien en el 2013 fue investigado por la supuesta colaboración con una banda de narcotraficantes que traía cocaína desde Colombia para luego reexportarla a Holanda por el muelle de Moín. Así consta en la resolución Nº 00090 - 2017, del Tribunal de Apelación de Cartago.
Por ese antecedente, las primeras hipótesis del OIJ sobre el crimen que cobró la vida de esas cuatro personas se relacionan con un ajuste de cuentas. Eso también evidencia el común denominador entre el narco y los homicidios. Los otros fallecidos de ese crimen cuádruple fueron Alexis Cooper, Ricardo Alvarado y Kerrinth Leiva Acuña, todos con edades entre los 23 y 37 años.
“A diferencia de lo que ocurre en otras partes del país, donde la violencia se liga al narcomenudeo, en Limón la vinculación es con el narcotráfico internacional”, dijo el viceministro Calderón, quien incluso afirmó que esas organizaciones han minado otras rutas que antes eran más robustas, como la del ingreso de marihuana jamaiquina, pues ahora los envíos hacia Europa dejan mayores dividendos.
“Vamos a seguir con golpes para seguir sacando armas de fuego de las calles, asi como afectar objetivos de alto perfil y esperando que los casos judicializados avancen de forma positiva y lo más rápido posible”, puntualizó Calderón.