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Cuatro oficiales se turnan entre sí para cuidar y proteger a la única persona que sobrevivió a la masacre de cinco universitarios, ocurrida este jueves en una casa en el barrio La Victoria, en Liberia, Guanacaste.
Se trata de una adolescente, de 14 años, quien está internada en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Enrique Baltodano, en esa localidad. Ella tiene una profunda lesión en su cuello, provocada con un cuchillo, según detallaron las autoridades.
Actualmente, la menor está recuperándose de la operación que le hicieron para suturar esa herida.
Debido a que ella es el único testigo presencial del homicidio múltiple, las autoridades deben protegerla y evitar que algún tercero la lastime.
William Guido, director de Servicio de Apoyo de ese centro médico detalló a La Nación que la custodia policial se realiza las 24 horas del día.
Agregó que para ayudar con dicha protección, los funcionarios del hospital decidieron prohibirle las visitas a la menor por dos razones: la primera, para que los policías tengan mayor control del lugar; la segunda, por un tema de salud.
Se intentó conversar con Gustavo Mata, ministro de Seguridad, sobre la estrategia de protección que se aplica sobre ella y sus familiares, pero no respondió a las llamadas realizadas a su teléfono.
Estado de salud
Guido detalló que la menor aún no salió de peligro, pero que, pese a ello, se encuentra estable dentro de su condición.
"Ella aún está inconsciente y sedada. Lo más delicado fue la pérdida de sangre que tuvo y que se le vio comprometido un músculo del cuello y la tráquea", señaló el doctor.
El médico explicó que, de momento, se está a la espera de que ella reaccione en las próximas horas. Dependiendo de eso se podría dar un diagnóstico más acertado, agregó.
Guido dijo que, hasta este viernes, ningún familiar de la menor se había acercado al hospital.
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Silencio
A dos kilómetros del hospital, en el barrio La Victoria, el ambiente era completamente hermético.
Los pocos vecinos que accedieron a hablar con este medio aseguraron que no se explican el misterio que envuelve este crimen atroz. Ellos detallaron que, entre lo que se conversa en la zona, nadie escuchó ni vio nada extraño durante la madrugada del jueves.
"No entendemos cómo algo así sucedió, aquí nadie se explica, hay muchas teorías, pero nadie sabe lo que realmente ocurrió", expresó una vecina que vive a escasos 25 metros de la casa donde ocurrió la masacre y quien prefirió no ser identificada por temor a represalias.
Comentaron también que la pareja que vive en un apartamento contiguo a donde ocurrió la matanza se fue por unos días, porque los agentes judiciales necesitaban revisar minuciosamente esa vivienda.
Durante todo el viernes, la Policía Judicial recopiló pruebas en el lugar de los hechos. Como parte del trabajo, los agentes revisaron un vehículo y hasta llevaron la unidad canina para buscar elementos que puedan ayudar a esclarecer lo sucedido.
La masacre
A las 6:36 a. m. de este jueves, un vecino halló los cinco cuerpos de los universitarios, los cuales estaban degollados, maniatados y amordazados. Ellos estaban en un mismo cuarto de esa casa.
Las víctimas mortales fueron identificadas como Joseph Briones Solís, de 22 años; Dayana Vanessa Martínez Romero, Stephanie Hernández García, Ingrid Massiel Méndez Serrano y Ariel Antonio Vargas Condega, todos de 24 años.
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Briones, Martínez, Hernández y Méndez eran estudiantes de la sede en Guanacaste de la Universidad de Costa Rica (UCR) y alquilaban la vivienda donde ocurrió el ataque.
Vargas, por su parte, era estudiante de la Universidad Técnica Nacional (UTN), pero no residía con los otros fallecidos.
Por el momento, las autoridades cuentan con pocas pruebas para esclarecer el móvil del homicidio múltiple. Además del posible relato de esta menor, la Policía cuenta solo con un audio que una de las víctimas envió a una vecina minutos antes de ser asesinada.
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