Para doña Josefa Bejarano, de 90 años, el femicidio de su nieta, Meribeth Mondragón Bejarano, de 35 años, no debe quedar en la impunidad. Según ella, al igual que los otros cuatro femicidios registrados en el último mes, este caso merece justicia.
“Yo lo único que quiero pedir es que se busque que haya justicia contra ese hombre que mató a mi nieta, y contra todos los que mataron a mujeres en estos días”, declaró la señora, quien pidió a una de sus hijas hablar con este medio para extender su súplica a las autoridades.
El femicidio de Meribeth, madre de tres menores de edad, de entre 14 años y un año y medio, ocurrió la tarde del domingo en San Rafael de Heredia. Según las investigaciones, la mujer ingresó a una casa junto a un hombre, identificado con los apellidos Oviedo Morales, de 39 años, quien, por razones aún desconocidas, la atacó con un arma blanca en repetidas ocasiones en el tórax y el cuello.
Tras el crimen, el hombre, quien tiene antecedentes por violencia doméstica, ocultó el cuerpo de Meribeth bajo una cama, entre sábanas y cartones y huyó del lugar. Aproximadamente cinco horas después, fue detenido en Bajo Los Molinos de San Rafael, gracias a la alerta de vecinos que informaron a las autoridades sobre su paradero.
Mario Bejarano, tío de Meribeth, comentó que la familia no conocía al sospechoso y que les resulta extraño que la víctima estuviera en San Rafael, ya que residía en Guararí. También indicó que, desde hace algún tiempo, los hijos de su sobrina no estaban bajo su cuidado, sin detallar los motivos. “Teníamos entendido que Meribeth tenía otra pareja y que no era el sujeto que la mató”, afirmó.
El tío mencionó que presuntamente Meribeth estaba embarazada al momento del femicidio, aunque aclaró que esta información no es oficial. En caso de confirmarse, añadió que el padre del bebé no podía ser Oviedo, ya que este estuvo en prisión y recuperó su libertad recientemente.
La Nación consultó al Ministerio de Justicia y Paz sobre el historial del sospechoso. La entidad informó que únicamente puede confirmar si el individuo estaba adscrito al sistema penal al momento de la consulta.
Presuntas amenazas e indignación por comentarios
Mario Bejarano aseguró que, tiempo atrás, su sobrina le mencionó a su madre que “la querían matar”; sin embargo, no profundizó en detalles sobre las amenazas.
Pocas horas después del femicidio de Mondragón, se reportó otro caso en Santa Rosa de Pocosol, San Carlos. Sandra Oporta, de 20 años, fue asesinada por su expareja y padre de su hija, un joven de 21 años.
El lunes, a las 7:12 a. m., fue encontrado el cuerpo de Miriam Lizinia Fernández Hernández, de 32 años, en Alto Catarata de Cahuita, Talamanca. Según declaraciones de su padre, su pareja, identificado con el apellido Núñez, había intentado matarla en dos ocasiones anteriores.
El viernes, se confirmó la muerte de Tamara Centeno, de 20 años y con cuatro meses de gestación. Se presume que su esposo, un estadounidense de 66 años, apellidado Mariondo, la asfixió con una bolsa en la cabeza después de que ella le informara sobre su embarazo.
El primer femicidio del año ocurrió el 1.° de enero, cuando Ingrid Fernández fue apuñalada por su compañero sentimental en Guararí de Heredia. Desde entonces, el sospechoso, Osmar Machado Gómez, permanece prófugo. Las autoridades coordinaron una alerta internacional, ya que se sospecha que podría estar en Nicaragua.
Mario Bejarano expresó su consternación por los “desgarradores” comentarios en redes sociales sobre los femicidios.
“Se creen Dios para juzgar a los demás (...). Se debe hacer conciencia de que en estas situaciones la gente habla más de las víctimas que del victimario. Hablan de mi sobrina, pero nadie habla del asesino. La sociedad está tan enferma y falta de Dios; hay tanta maldad en el corazón de las personas que asusta y duele”, manifestó.
Añadió que, aunque solía ignorar este tipo de comentarios, desde que su sobrina fue víctima de un femicidio, no puede evitar indignarse. “Cuando le pasa a alguien que uno ama, es diferente. Hay gente con poca empatía. Meribeth ya no está, pero queda una madre, quedan hijos, queda una familia unida”, dijo.
Según él, al inicio la familia no sospechó que Meribeth fuera la víctima, ya que el crimen ocurrió lejos de su lugar de residencia. “¿Quién es ese tipo? ¿Cómo y por qué llegó hasta ahí? Son preguntas que nos hacemos, y no sé si en algún momento vayamos a tener alguna respuesta”, expresó.
El funeral de Meribeth se realizó este martes a las 2 p. m. en Tobosi de El Guarco, Cartago, donde reside la familia materna de la víctima.
‘Que pare esto’
Dayra Orozco, de 48 años, hermana de Meribeth por parte de madre, señaló que, a su parecer, los femicidios reflejan la violencia que afecta al país. “Es cuestión de sensibilizar, que pare esto de verdad. Esto no lo merecía Meribeth ni lo merece nadie, ni los hombres ni las mujeres”, comentó.
Orozco, vecina de Aserrí, mencionó que, aunque no creció con su hermana, tenían una relación cercana. “Yo la amaba mucho”, expresó. “Era muy luchadora y buena madre, estudiaba y hacía costuras para ganarse la vida”, añadió.
Sobre el sospechoso, afirmó que no cree que fuera pareja de su hermana, ya que no coincidía con los gustos de Meribeth.
Recientemente, Orozco sufrió otra pérdida, pues un hijo de su esposo, identificado como Pedro Rojas, de 19 años, falleció en un accidente de tránsito en Seattle, Washington, Estados Unidos, el lunes 20 de enero. El joven, quien estaba en un programa de intercambio, aún no ha sido repatriado.
“Han sido días muy difíciles, primero lo de Pedrito y ahora lo de mi hermana”, lamentó.
En redes sociales, Orozco dedicó un mensaje de despedida a su hermana: ”Mi amor, usted sabe que la amé, que siempre vi en usted a una buena mamá, una gran hija y una modista como pocas. Le pido al Altísimo que te reciba en su regazo y que cuide de tus hijos siempre. Siempre les diré cuánto los amabas, como un día me lo pediste. ¡Siempre lo sabrán! Que descanses en paz, hermanita”.
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