Costa Rica registra 252 homicidios en los primeros 105 días de este año, 76 asesinatos más con respecto al mismo periodo del año pasado. La tendencia hace prever a las autoridades judiciales y a exjerarcas de Seguridad que el 2023 será aún peor que el anterior y que se alcanzarán cifras históricas, que oscilarán entre 800 y 900 crímenes.
Para los especialistas, el sicariato y los minicarteles del narco favorecen este crecimiento exponencial.
Enero del 2023 cerró con 76 homicidios, febrero con 68 y marzo con 59. Cada uno de esos meses tuvo al menos 15 casos más, al compararlos con el primer trimestre de año pasado, que es el más violento según las estadísticas por este tipo de delito. La tasa pasó de 8,8 asesinatos por cada 100.000 habitantes en el 2013, a 12,6 el año pasado.
El turismo, la inversión extranjera, la llegada de nómadas digitales, el establecimiento de marinas y el turismo médico son solo algunas de las actividades que toman muy en cuenta este indicador para medir la criminalidad de un Estado y tomar decisiones.
El mapa de calor que elaboró el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en el 2022 (el de más homicidios en la historia del país) refleja que los puertos, las fronteras y la capital son los puntos que concentran la mayoría de casos en aquel año y ahora.
Puertos y capital concentran homicidios
Puntos "calientes" del 2022 persisten este 2023
FUENTE: OIJ || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
En relación con el 2022 hay muchos parámetros que se repiten tales como los lugares en que ocurren los asesinatos, el uso de armas de fuego (más del 70% de los casos), la prevalencia de ajustes de cuentas o venganzas como el principal motivo y la edad a la que muere la mayoría de las víctimas, que va entre los 18 y los 39 años, es decir, en una etapa sumamente productiva.
Solo durante la Semana Santa recién pasada, el OIJ registró el asesinato de 26 personas, así como otras 11 muertes que están en investigación.
Una de las particularidades de este año, en relación con los anteriores, tiene que ver con la cantidad de mujeres asesinadas, algunas por asuntos de narcotráfico o feminicidios. Mientras, en los primeros 100 días del 2022 eran 11, este año la cifra es de 26.
Los exministros de Seguridad Gustavo Mata (2015 - 2018 ) y Mario Zamora (2011- 2014), afirman que persisten fallas en la contención ante la escalada criminal y estiman que es hora de buscar una respuesta para atenuar los homicidios. Para ellos, hay minicarteles establecidos en el país que están por la libre, lo mismo que grupos de sicarios o asesinos a sueldo.
Lo que ocurre ahora, sostiene Zamora, no dista mucho de las condiciones que él encontró al asumir el cargo, pues en el 2010 hubo 520 homicidios, la cantidad de patrullas y de oficiales era muy baja y eso les obligó a establecer una estrategia que le dio muy buenos resultados, ya que las cifras bajaron considerablemente, incluso a niveles de 407 homicidios en el 2012.
Desde su punto de vista, en la actualidad, existe un divorcio entre las labores de inteligencia y las operaciones en la calle.
Llamó a concentrar, de forma supervisada, las acciones en los “puntos calientes” que son los puertos, las fronteras y la Gran Área Metropolitana, lugares donde las bandas organizadas ordenan más ajustes de cuentas en las luchas por territorios para el narco.
/ LA NACIÓN.
Asesinos a sueldo
“El crecimiento exponencial que ha recrudecido en los últimos meses es una llamada de atención para que la contención policial sea el eje de la lucha contra el sicariato, que es medio para ejecutar la mayor parte de los homicidios”, argumentó Zamora.
A su juicio, los asesinos a sueldo son los causantes de la mayoría de muertes e incluso ahora van más allá de ajustes por narcomenudeo, pues están extendiéndose al ámbito de ultimar a personas que no cumplen con los préstamos informales, conocidos como gota a gota, así como para venganzas por asuntos personales y otros. En lo que va del año los ajustes de cuentas son 131, es decir el 54%.
Para el exministro es urgente cerrar portillos a los criminales especializados en sicariato, que realizan su labor desafiando a la Policía, a pleno día, encapuchados, con armas pesadas y en sitios concurridos, como se ha podido observar en cámaras de video de recientes asesinatos como el del 9 de marzo, cerca de los Tribunales de Limón, y el del 30 de marzo por la antigua rotonda de la Guacamaya en Paso Ancho, San José.
Añadió que durante su gestión como ministro lograron identificar a los sicarios y aunque en ese momento eran menos, los marcaban paso a paso hasta que dejaron la actividad, pues la Policía los hostigaba constantemente.
“Mi estrategia operativa fue trabajar para que los sicarios supieran que los teníamos controlados mediante la focalización de la Policía en los puntos donde ellos más operaban”, acotó.
Todo eso se reforzó con la verificación operativa por parte de los jefes policiales en cada sitio, para corroborar que la estrategia fuera ejecutada conforme a los planes previstos, pues a veces se notaba cierta resistencia en los mismos cuerpos policiales para la correcta ejecución, por lo que él mismo solía ir a la escena para afirmar que el trabajo iba en serio. Así bajó la tasa homicida de 12 por cada 100.000 habitantes a 8,8.
Minicarteles locales
Para el exministro Gustavo Mata, la tendencia de homicidios de este año permite proyectar que fácilmente el año cerraría con más de 800 casos y eso es muy delicado.
Más allá de los puntos de narcomenudeo, que se ha propuesto atacar el actual ministro de Seguridad, Jorge Torres, para Mata existen estructuras organizadas o minicarteles que operan, principalmente en Limón y Puntarenas, en labores de recepción, almacenaje y reexportación de cocaína a Estados Unidos y Europa.
“Esos minicarteles están a la libre, pues la Policía no tiene la posibilidad de identificarlos, ni frenarlos”, arguyó el exministro.
Para él, resulta inconcebible que tres o cuatro sujetos viajen en carros, incluso con armas de guerra para matar a sus rivales o para defender los alijos de cocaína que tienen almacenados.
Mata insistió en dotar a la Policía de recursos, liberar a los cuerpos policiales de la regla fiscal y darles posibilidades de tener más presencia en acciones preventivas en Limón, Puntarenas y otros puntos.
“Eso es difícil con las condiciones actuales, donde el ministro ha dicho que tiene más del 40% de patrullas varadas y no tiene recursos para comprar los repuestos. Al mismo tiempo tiene 2.000 policías menos para las labores de contención”, expresó.
Pidió tocar puestas de países amigos como Estados Unidos para instalar radares y tener más patrulleras bloqueando el ingreso de drogas cuyo destino final es en muchos casos esa nación.
“Hay que indicarles que requerimos equipamiento, aviones, barcos, escáneres, radares y equipos de contención contra la criminalidad”, aseveró.