El pescador José Manuel Kelly Rojas, de 32 años, a quien la policía supone iba dirigido el ataque ocurrido la noche del martes en Dondonia de Matama, Limón, registra líos judiciales desde el 2003.
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El 8 de setiembre de ese año el Tribunal de Juicio de Limón le impuso cinco años de prisión por el robo de ¢9 millones a un mensajero de la Mutual Cartago de Ahorro y Préstamo (Mucap), según consta en la sentencia 260-03. Ese atraco había sucedido el 18 de abril del 2000, en el centro de Limón. Kelly, conocido como Chitá, aceptó en un proceso abreviado que cometió el delito.
Aunque después este hombre reclamó que la pena era muy alta, el Tribunal de Casación Penal de San José confirmó el castigo en julio del 2004 en la condena 2004-0674.
No fue posible saber cuándo salió Kelly de prisión y se tienen pocos datos sobre lo que sucedió con él hasta el 2014, cuando el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fiscalía Adjunta de Limón lo relacionan con una balacera que se produjo la noche del 29 de julio de ese año en barrio Pacuare, en el centro de la provincia caribeña.
En aquella ocasión cinco individuos bajaron de dos vehículos y, armados con al menos dos AK-47 y escopetas, dispararon en múltiples ocasiones en contra de la vivienda. Además, lanzaron una granada de fragmentación que no estalló. En total, el OIJ recogió 121 evidencias balísticas.
Supuestamente, dentro de la residencia se encontraban varios hombres, los cuales lograron escapar por las ventanas traseras y por el techo y gracias a esa maniobra no hubo heridos.
Por este hecho se abrió un proceso penal en el que figuran Kelly Rojas, Dinier Estrada Jiménez, conocido como Ojos Bellos, y otros cuatro hombres apellidados Casanova León, Green Davis, Clayton Davis y Barthey Maxwell. A todos se les atribuye el delito de homicidio en grado de tentativa.
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Chitá fue detenido el 29 de diciembre del 2014 a las 7:40 a. m., en la soda West, en el centro de Siquirres, Limón. El arresto fue porque este hombre no se presentaba a firmar ante las autoridades judiciales como se lo había impuesto el Juzgado Penal de Limón, por el caso de la tentativa.
El nombre de Kelly Rojas fue otra vez noticia el 4 de febrero del 2016, cuando Celso Gamboa Sánchez, en aquel momento subjefe de la Fiscalía General de la República, compartió en su cuenta de Twitter la foto de Chitá, para pedirle a la población que si veía al sujeto de la imagen llamara de inmediato al 9-1-1.
Ese mismo día la Fuerza Pública y el OIJ habían realizado un amplio operativo, sobre todo en Dondonia de Limón, para localizar a Chitá pero fallaron en el intento. En esa comunidad, a 30 kilómetros del centro de Limón, este hombre tiene una finca de 50 hectáreas, según confirma una consulta de sociedades en el Registro Nacional.
José Manuel Kelly, quien se encuentra en libertad, enfrenta desde el pasado 19 de enero el juicio por la balacera en barrio Pacuare. Este debate, que sufre constantes interrupciones por ausencias de los testigos o choques de horarios de los abogados, continuaba este miércoles a las 8:30 a. m.
El debate por razones de seguridad se realiza en los Tribunales de Goicoechea.
Protegido.
Chitá acudió a la audiencia, pero esta vez iba protegido por una gran cantidad de agentes judiciales. Se mantuvo sentado en una banca, de las que generalmente usa el público, alejado de los otros cinco imputados. Nunca levantó la cabeza, siempre miró al suelo.
Cuando los jueces del Tribunal de Juicio de Limón abrieron el debate, el abogado Humberto Méndez Barrantes, quien es codefensor junto a Rodolfo Price, pidió que se suspendiera la audiencia debido a que la noche anterior hubo una atentado en el cual mataron a la esposa de Kelly, Roschelly Lawson Wright y dos hijos de la pareja de 8 y 3 años habían resultado heridos.
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"Debido a eso a nivel de seguridad se requiere toda la atención a José Manuel, la protección de su vida y la atención psicológica. Es imposible que el pueda estar el día de hoy en un juicio pensando en esa situación. Tiene que atender la situación del entierro, con quien van a estar sus hijos. Se va someter, ya se sometió por plena voluntad al programa de protección a víctimas y testigos y eso requiere el abordaje profesional", dijo Méndez.
El Tribunal de Juicio de Limón acogió la gestión y suspendió el debate, que deberá continuar el viernes a las 8:30 a. m. en Goicoechea.
Entre tanto, Kelly abandonó la sala rodeado de los policías. En el lugar donde se realizaba el juicio había 16 oficiales, más siete agentes de la sección de Cárceles. Afuera, en los pasillos del edificio, se sumaban más agentes de la Fuerza Pública con armas de grueso calibre.
El fiscal Luis Quesada no mostró ninguna oposición a la gestión, pues dijo que las circunstancia lo amerita.
El codefensor de Dinier Estrada, quien pidió no publicar su nombre, dijo que su representado no tiene nada que ver con lo sucedido a Kelly y que a su vez le hizo saber que estaba "dolido y preocupado por la situación".