Un ajuste de cuentas habría sido el móvil detrás de una balacera que dejó a un menor de 2 años fallecido y dos heridos, la noche de este domingo sobre la ruta 27, en Balsa de Atenas, Alajuela. Esa es la versión inicial brindada por el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Walter Espinoza, quien insistió en que los investigadores aún deben “esclarecer de manera más adecuada cuáles fueron los factores que intervinieron en el asunto”.
Los hechos se registraron a las 11:13 p. m., según la Cruz Roja. Al llegar, los socorristas confirmaron que el niño ya no tenía signos vitales, pues recibió múltiples disparos en el tórax. Por otro lado, los dos heridos fueron trasladados de urgencia a un centro médico.
El OIJ indicó que el fallecido viajaba en un pick-up con sus padres, junto a dos menores más, una niña de 7 años y un niño de 3 años, así como una mujer de 45 años. El auto transitaba en dirección Atenas-San José cuando, al parecer, fueron sobrepasados por otro automóvil que les obligó a reducir la velocidad, momento en que inició el ataque a balazos.
El conductor del pick-up, al intentar evitar el ataque, chocó contra la barra divisoria de carriles. Cuatro sujetos se bajaron del automóvil y se acercaron al pick-up y siguieron disparando.
El chofer del auto atacado, de apellido Quesada y de 34 años, recibió varios impactos de bala, mientras que la mujer, de apellido Alfaro y de 26 años, recibió un balazo en una pierna. Los otros dos niños y la adulta que viajaban en la parte de atrás del carro resultaron ilesos. La identidad de esta segunda mujer abordo no trascendió.
La Policía Judicial efectúa las investigaciones correspondientes para esclarecer el móvil de la balacera. Según datos de esa dependencia, en lo que va del año se reportan 69 homicidios en todo el país.
Niños víctimas de balaceras
La muerte de este menor de 2 años se suma a otros casos de niños que han sido víctimas colaterales de la violencia criminal en los últimos años.
El 21 de agosto del 2018, en Guararí de Heredia, un niño de 10 años murió mientras dormía, al entrar a su cuarto una bala perdida que impactó su cabeza. Según las autoridades, habían quedado al menos 13 marcas de bala en las latas exteriores de la vivienda.
Otro incidente ocurrió el 15 de marzo del 2017, en Dondonia de Matama, Limón, donde un grupo de pistoleros pensó que atacaba un vehículo donde iba José Manuel Kelly Rojas, conocido como Chitá, reconocido por la Policía como el líder de una organización delictiva. Sin embargo, Kelly no estaba en ese automóvil. En esa ocasión, murieron dos niños, de 4 y 5 años, además de la esposa de Kelly y su guardaespaldas.
También en Limón, el 4 de octubre del 2016 en la comunidad de Cieneguita, una balacera entre bandas rivales cobró la vida de cinco personas, entre ellas un menor de edad de 11 años que recibió un impacto de bala en el cuello.
Asimismo, el 8 de junio del 2015 en La Cuesta de Corredores, Puntarenas, un niño de 10 años murió al recibir un balazo cuando jugaba en el corredor de su casa. La bala provino de un enfrentamiento entre policías y narcotraficantes.
Otra tragedia similar ocurrió el 17 de diciembre del 2010, cuando un intercambio entre pandillas en el barrio Limoncito de Limón culminó con la muerte de una niña de 12 años que recién salía de la fiesta de la alegría de su escuela.
La menor recibió un impacto de bala en la cabeza, lo que llevó al arresto de dos hombres. Ese proceso penal concluyó con la condena de 13 años de cárcel contra Jeremy Rivas Picado, y a la absolutoria de Dinier Estrada Jiménez, alias Ojos Bellos, porque no aparecieron ante los Tribunales dos testigos del crimen.