Bagaces, Guanacaste. - “Cuando lo encontramos, él estaba vivo, pero el rescate nos tomó horas”.
Wálter Rodríguez narró el drama de encontrar con vida a su amigo y compañero de trabajo, Denis Alvarado, para después, las dos horas de esfuerzos por liberarlo quedaran frustradas al verlo morir entre los escombros de la casa que sepultó a otras tres personas en Bagaces.
En la vivienda, destruida por un alud de piedras y barro que bajó desde las faldas del volcán Miravalles, también fallecieron Orlando Obregón Jiménez de 44 años, su compañera sentimental Marisa Socorro Alvarado Méndez de 45, y el hijo de ella, llamado Joseph Gerardo Barboza Alvarado, de 24 años.
Rodríguez relató entre pausas, el recorrido que hizo con Marco Alvarado (su jefe y hermano de Denis), hasta llegar al sitio de la tragedia.
“Estábamos en el poblado de Guayacán y mi patrón me dijo que fuéramos a ver qué había pasado con su hermano, pero la calle que pasaba al frente del complejo turístico Thermomanía estaba devastada”, recordó.
Era jueves por la noche y el huracán Otto ya había golpeado el corredor fronterizo norte de nuestro país, provocando que en esa zona, una avalancha bajara desde las faldas del volcán, destruyendo todo a su paso.
Cuando los dos hombres se internaron en la oscuridad, las piedras y la correntada de lodo aún bajaban con fuerza.
Al llegar a la casa en ruinas todo era confusión. Denis, quien estaba prensado de la cintura para abajo por una de las paredes. Estaba consciente y orientado, pero tenía una pierna destrozada. Rodríguez y Alvarado hicieron todo lo que pudieron, por más de dos horas, tratando de liberarlo.
La lluvia seguía cayendo a torrentes. Nada garantizaba que no se presentara otra cabeza de agua y arrastrara a los dos improvisados rescatistas.
En ese momento ellos no habían visto, pero en las afueras de la vivienda estaba el cuerpo de Obregón, quien al parecer trató de ponerse a salvo pero quedó prensado por piedras y murió.
Dentro de los restos del inmueble yacían los cuerpos de Alvarado, quien murió mientras dormía junto cerca de su hijo Joseph.
Después de mucho trabajo, Rodríguez y Alvarado lograron liberar a Denis, pero él, luego de verse la pierna destrozada, se desvaneció y entró en paro cardiorespiratorio.
Al poco tiempo se presentaron al sitio rescatistas de Cruz Roja, quienes le dieron maniobras de resucitación pero no pudieron reanimarlo y falleció en el lugar.
Destrucción. Al amanecer de ayer sábado, el panorama era desolado en el pueblo de Guayabo, una pequeña villa anclada a 4 kilómetros de las faldas del Miravalles. En los albergues habilitados en los templos católico y el adventista, así como en el salón comunal, allegados de los fallecidos no querían creer lo ocurrido.
Las lecherías, las parcelas y los tres centros turísticos: Thermomanía, Guayacán y Yökö Termales, quedaron destruidos o con daños considerables.
El paso del huracán Otto dejó cicatrices profundas en este cantón guanacasteco de unos 20.000 habitantes, que ahora busca como recuperar su normalidad.
En el barrial, cargando una pantalla de televisión, caminaba Milena Vargas Lizano, una costurera de 45 años, quien buscaba donde guardar el aparato que logró rescatar de la noche de pesadilla. Encenderlo de nuevo era su lucecita de esperanza.