Una auditoría judicial confirmó la desaparición de 35 armas de fuego de la Bodega de Suministros y Evidencias (BSE), de los Tribunales de Goicoechea.
El estudio realizado por la Sección de Auditoría de Estudios Especiales, de la Auditoría Judicial y firmado por Hugo Esteban Ramos Gutiérrez, fue conocido en la sesión del Consejo Superior del Poder Judicial, celebrada el pasado 1°. de diciembre, según consta en el acta 108-09.
Las armas perdidas fueron decomisadas en diversos operativos policiales y forman parte de diferentes procesos penales.
El documente precisó que el faltante se dio por fallas en el sistema de control interno de custodia de las evidencias.
Entre ellas citaron, la falta de supervisión por parte de la jefatura administrativa y la escasa frecuencia con que se realizaron los inventarios de evidencias, los cuales habrían permitido determinar posibles faltantes.
Debilidades. La desaparición de las armas quedó al descubierto cuando una fiscal pidió que le enviaran un arma Beretta calibre 9 milímetros, modelo 92 F, serie Bero 045977 que necesitaba para un proceso judicial y no apareció .
Tras varias investigaciones fueron trascendiendo diversos casos de faltantes de armas, hasta el punto que el subaministrador de los Tribunales de Goicoechea puso el asunto en conocimiento del Ministerio Público.
Una primera denuncia se presentó en agosto del 2008, cuando se informó sobre la pérdida de 31 pistolas. Luego, el 20 de marzo del 2009, se hizo una ampliación por el faltante de otras cuatro armas.
Según el informe de la Auditoría Judicial, al evaluar las fallas en el control interno, se determinó que la cámara de video instalada en la bodega no tiene una apertura de lente adecuado para capturar la totalidad de los movimientos de quienes ingresan a la zona donde se custodian las evidencias.
Asimismo, señalaron que la administración realizó pocas gestiones para enviar al Arsenal Nacional las armas decomisadas.
También, la auditoría detectó que las armas se guardaban en cajas de cartón, las que eran colocadas en un archivo metálico, que tenía un candado “que por su tamaño resulta ser poco seguro”.
Otra de las deficiencias encontradas fue la desaparición de las boletas donde se autorizaba el ingreso a la bodega (los fines de semana o los feriados) en el período comprendido de enero a setiembre del 2008.
El documento hizo mención de que la BSE no cuenta con un sistema informático que registre y respalde la información que resulta de los procesos de recepción, custodia y entrega de armas.
Alfredo Jones León, director ejecutivo del Poder Judicial, dijo que sobre este asunto se presentaron dos denuncias, una ante el Ministerio Público y otra ante la Inspección Judicial. Asimismo, informó de que se aplicaron una serie de medidas concretas para evitar nuevos faltantes de armas.
Por su parte, la oficina de prensa del Ministerio Público comunicó que el caso fue pasado a Archivo Fiscal, por cuanto la Sección de Robos y Hurtos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) determinó que no existían factores de resolución para continuar con la investigación. Lo anterior debido a que la Policía Judicial no ha logrado identificar o individualizar al posible responsable del delito denunciado.