
La laguna del cráter oeste del volcán Turrialba desapareció como consecuencia de la disminución de las lluvias y el aumento de la actividad del coloso.
Así lo constató un equipo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico (Ovisicori-UNA) que visitó el volcán esta semana. Los geólogos y vulcanólogos observaron unas machas blancas en el fondo del cráter oeste que constituyen el rastro que dejaron los últimos pozos de agua al secarse.
“Si usted ha visto una salinera, es algo similar por la evaporación. Cuando se van asentando todos los sólidos que están suspendidos en el agua, estos tienden a concentrarse en el punto más bajo y este es el caso de esas manchas en el fondo del cráter”, explicó Eliécer Duarte, experto del Ovsicori-UNA.
Esta laguna se formó en julio del 2011 debido al aumento de la erosión y a la sedimentación en el fondo del cráter, lo cual propició un sellamiento que impermeabilizó el sitio, y el agua de lluvia fue depositándose allí.
El año pasado, la laguna medía unos 70 metros de diámetro y contaba con una temperatura de entre 17 °C y 23 ºC.
Según Duarte, la desaparición del depósito puede deberse a varios factores. Por un lado, la disminución de las lluvias en los últimos 15 días y, por otra parte, el aumento en la actividad del volcán, lo cual pudo haber acelerado el proceso de evaporación debido a las altas temperaturas que, en la cavidad recién formada, registran los 260 °C.